Cuándo se habla del síndrome de la cola de caballo, es común que se piense que se trata de una patología en caballos. Sin embargo, esto está lejos de la realidad, ya que se trata de una afección nerviosa que en los humanos puede ocasionar lumbalgia, problemas con la continencia urinaria y fecal, disfunción sexual, dificultad para caminar, disminución de la sensibilidad e incluso pérdida de la movilidad de las piernas. Conoce aquí todo sobre el síndrome de la cauda equina:
Descrita por primera vez en 1889 por el cirujano y dermatólogo Jonathan Hutchinson, el síndrome de la cola de cabello es un término usado para indicar la compresión de los nervios de la cauda equina, ubicados debajo de la médula espinal. Esta situación de compresión puede conducir a la aparición de importantes alteraciones y anomalías neurológicas en las regiones inferiores del cuerpo. Para que logres entender mejor la clínica y las características del síndrome de la cola de caballo, es necesario que antes te hablemos un poco acerca de la estructura anatómica comprometida: la cola de caballo también conocida como cauda equina.
La columna vertebral está formada por 33 - 34 huesos llamados vértebras, el líquido cefalorraquídeo, la médula espinal, así como también con los nervios espinales. Este complejo anatómico se divide en varias secciones: cervical (siete vértebras cervicales), dorsal o torácica (doce vértebras torácicas), lumbar (cinco vértebras lumbares), el sacro y el cóccix. Entre las vértebras se encuentran los discos intervertebrales, que actúan como un tipo de amortiguador entre este tipo de estructuras durante el movimiento.
En el medio de todas estas estructuras se encuentra el canal o conducto vertebral, por donde transcurren la médula espinal y los nervios raquídeos que inervan el tronco y los órganos contenidos en él, así como también las extremidades. Estos últimos se presentan en pares, saliendo uno por la derecha y otro a la izquierda a través de los agujeros intervertebrales, desde estos agujeros se extienden a los diferentes órganos y tejidos. Cada nervio inerva un área determinada del cuerpo con dos fibras nerviosas que tienen diferentes tareas: las fibras nerviosas sensitivas que transmiten las sensaciones percibidas por cuerpo al sistema nervioso central y las fibras motoras que sirven para transmitir la excitación del sistema nervioso central a los músculos y tendones musculares.
La parte inferior de la médula (conus medullaris) termina al nivel de la primera vértebra lumbar. Los nervios espinales inferiores se extienden desde este cono hasta el sacro y emergen caudalmente en pares a través de los agujeros intervertebrales. Este conjunto de ramificaciones nerviosas que parten desde la zona lumbar L2 – L5, sacra S1- S5 y coccígea C1 recuerda a los pelos de una cola de caballo. Por lo tanto, se le llama cola de caballo o cauda equina (en latín significa cola de caballo).
Las funciones que cumplen este conjunto de nervios son:
En más del 85 % de las personas afectadas por este síndrome, la sintomatología aparece de forma aguda y progresa en pocas horas. Aunque el síndrome de cauda equina presenta una baja incidencia respecto a otras enfermedades, variando entre 1: 33.000 y 1: 100.000 personas, las secuelas que deja generan altos gastos a la salud pública. La prevalencia más alta de esta afección fue en los niveles topográficos y neurológicos de L4 – L5 y L5 – S1 (72,7%). Con respecto a su etiología, estudios han demostrado que la causa más prevalente fue la hernia de disco (72.7%), seguida de tumor (13.6%), traumatismos (9.1%), y problemas vasculares (4.5%). Si bien afecta con mayor frecuencia a los adultos mayores de 40 años, esta afección puede presentarse en personas de cualquier edad.
Hay muchos factores causales que pueden conducir al estrechamiento de la médula espinal inferior y dañar o irritar la cauda equina, impidiendo que los nervios espinales que los conforman puedan seguir realizando sus funciones. La situación de compresión y daño que originan el síndrome de la cola de caballo pueden presentarse debido a:
Si cualquiera de estas situaciones patológicas ocurre por debajo de la última vértebra dorsal, conllevará al síndrome de la cola de caballo.
Las raíces de la cauda equina L2-L5 y S1-S5 nacen de la médula lumbar y del cono terminal, descendiendo ve a nivel de los cuerpos vertebrales D12-L1 y de L2-L3. Cualquier lesión por debajo de D10 puede producir un síndrome de la cola de caballo.#RotNeuro @ElkinBeltranMD pic.twitter.com/6RhQ7pTyxT
— Luis Jose Hernandez Romero (@Luisjose741) August 7, 2018
El síndrome se manifiesta con una serie de síntomas y molestias que aparecen repentinamente y conducen a disfunciones y trastornos permanentes en poco tiempo. La mayoría de las personas afectadas experimentan inicialmente dolor inespecífico de espalda baja o trastornos de sensibilidad en la zona lumbar. A menudo se presentan otros signos cómo la parálisis y la pérdida de sensibilidad de las piernas.
Teniendo en cuenta que la estructura nerviosa dañada, comprimida o irritada en este síndrome, cumple variedad de funciones, tanto sensitivas como motoras en la parte baja del cuerpo, no es de extrañar que se presenten diversas alteraciones en dichas áreas. Están incluyen:
Realmente no existe una acción preventiva para esta lesión, pero teniendo en cuenta que las lesiones en la columna lumbar son las que propician el síndrome de la cauda equina, sería útil realizar acciones para prevenir lesiones lumbares como las hernias discales. Con ese propósito les dejaremos las siguientes recomendaciones:
Los diagnósticos diferenciales en caso del síndrome de la cola de caballo se centran en buscar las enfermedades o lesiones no compresibles que afecten la función de la médula espinal, tales como:
Para detectar estas causas es necesario realizar una investigación clínica, imagenológica y de laboratorio inmediata y exhaustiva en cada paciente. Además, el objetivo del diagnóstico diferencial es identificar cuál de las muchas causas del síndrome, es la que está ocasionando el daño a la cola de caballo, siendo los diagnósticos más frecuentemente encontrados:
El proceso diagnóstico consiste en una combinación de un buen examen clínico/físico neurológico, así como varios estudios de imagenología (especialmente la resonancia magnética). El examen clínico/físico realizado por el profesional de salud generalmente comienza con varias pruebas funcionales, enfocadas en verificar la posible parálisis de los músculos de las piernas y los glúteos. Se llevan a cabo diferentes pruebas, cada una con objetivos distintos:
Si, después de estas pruebas, existe la sospecha del síndrome de la cola de caballo, se indican estudios imagenológicos para mostrar si realmente existe un estrechamiento de la cola de caballo. Estos se indican lo más rápido posible ya que si no se diagnostica y se trata de manera temprana, pueden presentarse daños imposibles de reparar. En general el médico indica una resonancia magnética o tomografía computarizada, ya que ambos estudios permiten establecer la extensión exacta del daño y detectar la presencia de situaciones patológicas que generan constricción nerviosa (hernias de disco lumbar, fracturas vertebrales, tumores u otras causas).
La terapia conservadora no se toma en cuenta para la solución de esta afección, ya que, se trata de una emergencia médica que solamente puede ser tratada quirúrgicamente. Además, el tratamiento quirúrgico debe realizarse lo más pronto posible, con la finalidad de reducir y evitar la presencia de mayores complicaciones funcionales cómo incontinencia, debilidad motora y sensorial o una combinación de estos problemas.
El método quirúrgico utilizado para tratar esta emergencia médica depende, por un lado, de la causa subyacente, pero también del patrón de compresión y la selección del cirujano. Sin embargo, sin importante el abordaje quirúrgico (laminectomía, discectomía) el objetivo del mismo es el mismo: descomprimir la cola de caballo o cauda equina.
El tratamiento dentro de las 24-48 horas posteriores a la detección o inicio del síndrome proporciona una ventaja significativa para mejorar los déficits sensoriales y motores, así como la función urinaria y rectal ocasionada por la compresión nerviosa.
Pero incluso los pacientes que se someten a una cirugía descompresiva después del período de tiempo ideal de 48 horas pueden experimentar una mejoría limitada. Muchos son los casos en donde la recuperación de la función esfinteriana, puede retrasarse respecto de la reversión de los déficits motores de las extremidades inferiores, sin embargo, con las medidas de rehabilitación adecuadas esta función puede continuar mejorando años después de la operación.
La fisioterapia no cumple un papel en el tratamiento inicial, ya que es una afección neurológica que no puede ser resuelta mediante intervenciones conservadoras, sólo la cirugía puede revertir los efectos que origina esta compresión nerviosa. Este síndrome ocasiona varios efectos negativos y alteraciones de la salud que desmejoran el estilo de vida del paciente, y que en muchos casos estas alteraciones a pesar del tratamiento quirúrgico resultan permanentes. Sin embargo, una vez eliminado el componente opresor sobre los nervios caudales mediante cirugía, la fisioterapia resulta útil para mitigar los efectos negativos de esta compresión nerviosa. Siendo así, con la fisioterapia se busca lograr:
Las intervenciones para conseguir los objetivos anteriormente expuestos, van a variar en cada caso, y la dosificación y selección de los mismos dependerá de las características y las alteraciones presentes en cada paciente. Algunas de las intervenciones utilizadas en la rehabilitación de una cirugía de síndrome de cola de caballo son:
Desde nuestro portal de YouTube FisioOnline, te brindaremos importante información sobre el abordaje terapéutico de variedad de lesiones y patologías, mediante detallados y breves vídeos informativos realizados por profesionales en la fisioterapia y la rehabilitación, quienes te explicarán ejercicios, automasajes, estiramientos y otras alternativas terapéuticas para ponerle fin a tu dolor.
Posterior a la operación descompresiva es importante mejorar la postura corporal, esto puede resultar complicado para la mayoría de la persona y más aún para aquellas que pasaron por un procedimiento quirúrgico. Por ello te brindamos algunos consejos para que logres mejorarla progresivamente a través de ejercicios:
Además, te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde te ofrecemos consejos de higiene postural, ya que los factores mecánicos relacionados a las malas posturas pueden ocasionar la aparición de dolor lumbar y lesiones que conduzcan a compresiones nerviosas como las de este síndrome, por lo que es importante que posterior a la operación descompresiva se lleven a cabo acciones enfocadas en la higiene postural:
La Ciatalgia bilateral puede prevalecer después del tratamiento quirúrgico, ya que las raíces nerviosas de los miembros inferiores pueden continuar irritadas. Para reducir sus síntomas y las molestias que ocasiona, te recomendamos realizar ejercicios neurodinámicos enfocados en las distribuciones del nervio ciático. Aprende a cómo realizarlos correctamente con las indicaciones que te daremos en vídeo a continuación:
En el siguiente vídeo te mostraremos otra alternativa para mejorar el desplazamiento y las funciones de las ramificaciones del nervio ciático, mediante ejercicios neurodinámicos con el uso de una cincha:
Un factor decisivo para determinar el pronóstico del síndrome de la cola de caballo es el tiempo entre la primera aparición de los síntomas y la ejecución del tratamiento. Como hemos comentado si se diagnostica esa afección, la cirugía debe realizarse dentro de las próximas 24-48 horas. Cuanto más tiempo transcurra antes de la intervención que elimine la presión que causa daño al nervio, mayor es el daño causado al nervio. Por lo que cualquier retraso adicional aumenta el riesgo de que el paciente presente un daño irreversible en los nervios espinales, que puede asociarse con parálisis permanente, incontinencia y trastornos de sensibilidad.
El daño nervioso puede significar hasta varios años de recuperación porque el crecimiento nervioso es sumamente lento, sin embargo, son muy raros los casos que los nervios espinales puedan recuperarse de una compresión y estrechamiento prolongado.
Además, el patrón de compresión y los síntomas presentes también tienen un impacto importante en el pronóstico del paciente afectado. Si hay retención urinaria completa, el pronóstico es desfavorable incluso con una cirugía temprana. Ahora bien, si la vejiga está alterada pero no hay retención urinaria, el pronóstico es mucho mejor, en estos casos se puede restablecer rápidamente o progresivamente la función de la vejiga.