Las emociones pueden afectar no sólo nuestra mente sino también la salud de nuestro cuerpo. En esta ocasión te queremos hablar sobre la ansiedad, aunque la ansiedad en una emoción cotidiana debido al estrés del día a día, si ésta se mantiene constante y recurrente puede ocasionar trastornos de salud que dificulten el desarrollo de las actividades de quien la padece. Conoce acerca de la ansiedad en el artículo a continuación:
Al igual que la alegría, la lujuria y el enfado, el miedo es uno de los sentimientos básicos del ser humano. Es crucial para la supervivencia: si tienes miedo, actúas con especial cuidado y atención en situaciones críticas, o no te expones al peligro en absoluto. La ansiedad es un sentimiento prehistórico, que es vital ya que a veces ayuda a salvar la vida. Esta emoción básica es una respuesta del organismo que nos ayuda a reconocer y reaccionar ante los peligros, nos insta a tener cuidado y a prestar mucha atención a los riesgos de nuestro alrededor. La ansiedad se puede traducir como el miedo razonado, que ocasiona las reacciones corporales que nos dan la energía que necesitamos para actuar con decisión, tomar medidas de protección, aceptar desafíos y enfocar nuestra fuerza en una situación determinada.
Decimos que es un sentimiento prehistórico ya que nuestros antepasados lograron perdurar porque respondieron a las amenazas con huida o ataque al sentir ansiedad o miedo. Esto es debido a que este sentimiento ocasiona que: los músculos se tensen, que el corazón lata más rápido, se liberan hormonas y neurotransmisores, entre otros cambios físicos que detallaremos más adelante, estos permiten que el cuerpo y la mente estén altamente concentrados y listos para funcionar ante cualquier amenaza. Normalmente después de que el peligro ha pasado, la fase de alerta disminuye y comienza la relajación. Sin embargo, en los casos de miedo patológico esto no ocurre.
Existen situaciones en el día a día que se experimentan como una amenaza, aunque objetivamente ninguna de ellas lo sea realmente, como: preocupaciones por el bienestar de las personas que amamos, por la pérdida de dinero o de empleo, por enfermedades (principalmente cardíacas o pulmonares), caminos inseguros en invierno, exámenes, discusiones con jefes, viajes aéreos o la visita al odontólogo o dentista. Cuando existen trastornos de ansiedad, la persona padece de un excesivo miedo no razonable, por lo que necesita ayuda terapéutica para llevar a cabo estas situaciones estresantes y para encontrar el equilibrio emocional después de superada la situación.
Los trastornos de ansiedad a menudo hacen que las personas capten situaciones cotidianas y las conviertan en situaciones peligrosas o de riesgo, impidiendo el desarrollo de las actividades de la vida diaria y bloqueando la capacidad que permite la correcta ejecución de una actividad. Además, el sentimiento constante de ansiedad hace que las reacciones normales de ella conlleven a la fatiga del organismo por el estado de estrés continuo, esta situación contribuye a la aparición de importantes alteraciones de la salud.
Tan pronto como la ansiedad o los miedos ejerzan una presión duradera a nivel emocional, que dominen las actividades cotidianas y limiten su capacidad de actuar, es hora de llegar al fondo de ellos y tratarlos. Ya que esto puede ser signo de un trastorno de ansiedad grave u otros problemas psicológicos o emocionales.
Entendamos que los trastornos de ansiedad significan diferentes tipos de ansiedad, que generalmente surgen sin ningún peligro real. Si un miedo que ocurre una y otra vez sin razón aparente y es continuo en la vida cotidiana, entonces se habla de miedos patológicos. Para los afectados, la presencia frecuente de ansiedad es una gran carga, que los limita severamente en muchas situaciones de la vida. Esta enfermedad puede aparecer de diferentes formas, siendo los tipos más frecuentes los siguientes:
Una vez culminado el ataque de ansiedad, la persona afectada se siente notablemente cansada debido a todos los cambios físicos ocurridos tan repentinamente, por lo cual estos ataques ocurridos de manera frecuente conllevan agotamiento general de todos los sistemas, ocasionando las siguientes complicaciones de la salud:
Entendamos que nuestro organismo está preparado para mantener la vida y si se ve informado de alguna situación de peligro (bien sea real o imaginada), produce una reacción de alarma después de un breve momento de shock, para poder afrontar dicha situación. Dicho esto, la persona que padece un ataque de ansiedad, percibe la amenaza y la transmite al cerebro (corteza cerebral). A partir de ahí, el mensaje se envía al sistema límbico responsable de nuestros sentimientos (hipocampo y la amígdala), en estas zonas se desencadene determinadas reacciones físicas correspondientes al estímulo. El hipotálamo libera adrenalina, noradrenalina, cortisol y cortisona a través de las vías nerviosas en la médula suprarrenal. Seguidamente se activan los sistemas nerviosos simpático y parasimpático.
El sistema nervioso simpático es el primero en entrar en acción ante el estímulo, ya que es el responsable de la activación de nuestro cuerpo.
Después de esta activación muestro cuerpo está preparado para luchar o huir. Son varias las reacciones físicas que se dan durante un ataque de ansiedad, las cuales son causadas inicialmente por el sistema nervioso simpático, el cual ocasiona cambios en los diferentes sistemas del cuerpo: músculos lisos (los de las vísceras), el músculo cardíaco y las glándulas de nuestro organismo. Estos cambios físicos conducen a la aparición de los siguientes síntomas:
Por lo general, la situación de emergencia o el ataque dura unos minutos. Posteriormente se activa el sistema nervioso parasimpático, el cuál es responsable de garantizar que nuestro cuerpo regrese a la normalidad, al descanso y la relajación. Sin embargo, el estímulo de alerta se mantiene por un tiempo hasta que la adrenalina y la noradrenalina liberadas se descomponen. El sistema nervioso parasimpático ahora causa los siguientes síntomas al final de un ataque de ansiedad:
Esta emoción si se presenta de manera constante puede convertirse en una enfermedad psicosomática, por lo cual las personas que padecen trastornos de ansiedad no sólo padecen alteraciones psicoemocionales, sino también físicas que conlleven a la instauración de una dolencia o disfunción. De las alteraciones físicas relacionadas al trastorno destacamos el dolor de espalda y el dolor de pecho. A continuación, te dejamos una infografía en donde te mostramos información clave para que puedas entender mejor la ansiedad:
Algunos estudios destacan que el 15-20% de la población en general, puede padecer esta enfermedad psicoemocional en algún momento de la vida. Convirtiéndose en la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Su prevalencia varía según cada tipo de trastorno, el trastorno fóbico es muy destacable afectando mayormente a mujeres (7%) que a hombres (4,3%). Mientras que la ansiedad generalizada afecta al 3-5% de los adultos, siendo las mujeres más propensas a ella. Con respecto al trastorno de pánico afecta cerca del 2,3% de los adultos de ambos sexos. Finalmente, el trastorno por estrés post-traumático se presenta en al menos el 1% de la población en algún momento de la vida, siendo muy incidente en veteranos de guerra.
"Según un reciente estudio dirigido por la OMS, los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial US$ 1 billón anual en pérdida de productividad" https://t.co/9yfn9gzDoK
— Humanizando la Justicia (@HumanizandoJ) May 19, 2020
Normalmente todo el mundo en algún momento experimenta la ansiedad, sin embargo, el sentimiento se considera patológico si la sensación de miedo persiste durante un largo período de tiempo en diferentes grados. Cada persona la experimente el trastorno de manera diferente. Algunos solo se sienten un poco mareados y con tensión en el área del estómago ante una situación amenazante, mientras que otros reaccionan con un visible nerviosismo. Además del enorme estrés emocional y mental, existen notables síntomas físicos. Estos incluyen los siguientes:
Si el sentimiento de ansiedad es muy fuerte, pueden ocurrir dolor en el pecho, vómitos, diarrea, sentimientos de opresión e incluso pérdida de la conciencia. Los afectados por los ataques de pánico a menudo tienen dolor en el pecho o en el estómago, hiperventilación y miedo a la muerte. Dado que los síntomas físicos de un ataque de pánico pueden parecerse a los de enfermedades cardíacas, los afectados suelen confundirla con una angina de pecho o con un ataque cardíaco.
Un ataque de ansiedad generalmente dura solo unos minutos, pero puede durar mucho más.
A diferencia de un ataque de pánico, un ataque de ansiedad generalizada no aparece rápidamente, sino de forma gradual. Aquí hay una creciente tensión interna, preocupación, nerviosismo e inquietud constante. Por lo que los pensamientos de los afectados se aceleran, se superponen y se le es difícil al afectado pensar con claridad y sensatez. Si no se trata un trastorno de ansiedad generalizada, a menudo el mismo lleva a los afectados al aislamiento social.
Los trastornos de ansiedad pueden tener diferentes causas, ya que frecuentemente diferentes factores se unen. Sin embargo, podemos dividir los factores causales en causas físicas y causas psicológicas:
Para prevenir la aparición de los ataques de ansiedad, es necesario tomar medidas enfocadas en el control del miedo, si bien un estilo de vivir saludable (sin consumo de cafeína, drogas o alcohol) y una alimentación balanceada puede tener un efecto positivo, pero una técnica preventiva destacable para luchar contra la posible aparición de un ataque de ansiedad es la técnica de relajación. Actualmente son variados los métodos disponibles enfocados en la obtención de la relajación, algunos de ellos son:
Como ya se ha destacado en la información presente en artículo, los ejercicios de relajación son una destacable medida terapéutica para prevenir la ansiedad, sin embargo, también es una alternativa para tratarla y manejarla. Con el siguiente vídeo podrás aprender algunos fáciles y prácticos ejercicios de relajación que te ayudarán a reducir la tensión mental, emocional y corporal hasta obtener un estado de relajación y bienestar:
Los síntomas que se desarrollan durante un ataque de ansiedad, puede ser confundidos con importantes enfermedades que deben ser descartadas en el proceso de diagnóstico diferencial. Las siguientes alteraciones y enfermedades son importantes durante el diagnóstico diferencial:
La ansiedad también puede ser confundida con otras emociones estresantes, por lo que es importante que sepas cual es la diferencia entre estos tres trastornos. Además, destacamos como puede influir la ansiedad en el sistema musculoesquelético y en la salud en general:
Para poder hacer un diagnóstico, el médico primero llevará a cabo una entrevista detallada al paciente que posiblemente sufre de ansiedad patológica. Para entre otras cosas, obtener la información necesaria para tratar de descubrir cuáles podrían ser las posibles razones de los temores constantes. También durante el diagnóstico es importante que el médico sepa si se están usando ciertas sustancias como medicamentos, alcohol o drogas que puedan promover este trastorno.
Para registrar el tipo y el alcance del trastorno de ansiedad, hay cuestionarios separados que el paciente completa, algunos de los más frecuentemente utilizados son: la escala de ansiedad de Hamilton y la escala de ansiedad y depresión de Goldberg. Ambos cuestionarios cuentan con escalas muy sencillas de usar y fáciles de completar, además que cuentan con una gran eficacia en la detección de trastornos de este tipo.
Dependiendo del desencadenante sospechado de la enfermedad, pueden ser necesarios otros exámenes para descartar cualquier alteración de salud y causa orgánica.
El abordaje médico es diseñado dependiendo de los síntomas que presente el paciente, sin embargo, el concepto terapéutico básicamente está basado en una combinación de terapia conductual con apoyo de psicoterapeutas y psiquiatras combinada con la indicación de medicamentos, los cuales variarán según las necesidades y características de cada paciente.
Además, de la terapia conductual se hacen uso de varias técnicas de relajación, ya que estos ayudan a reducir los síntomas físicos, como la tensión y el nerviosismo. Si los temores patológicos fueron provocados por enfermedades físicas, la psicoterapia, las técnicas de relajación y el manejo de situaciones estresantes también ayudan contra la reducción de molestias y síntomas. En cuanto al tratamiento farmacológico, los antidepresivos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los ansiolíticos como los benzodiacepinas son los más seleccionados.
Varios médicos consideran que para el tratamiento óptimo del miedo patológico el uso de medicamentos combinados con la psicoterapia.
La ansiedad no puede ser curada solamente con Fisioterapia, sin embargo, el abordaje fisioterapéutico juega un importante papel en el paciente diagnosticado con ansiedad, debido a que existe una fuerte relación de este trastorno con alteraciones musculoesqueléticas. Por lo que para detener o evitar los efectos negativos que tiene este trastorno en el sistema musculoesquelético y en la salud del paciente, los fisioterapeutas pueden enseñarle al paciente técnicas de relajación y ejercicios de respiración profunda. Además, en el tratamiento fisioterapéutico se hacen uso de técnicas de terapia manual para ayudar a disminuir la tensión muscular y mejorar la salud en general, así como también los siguientes abordajes:
Contamos con variados especialistas en fisioterapia que te brindarán importantes consejos mediante vídeos, que te ayudarán a mejorar la capacidad física y la salud reducida por este trastorno. A continuación, te dejamos algunos vídeos de nuestro canal de YouTube FisioOnline que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida, respiración y habilidades físicas de una persona que padece ansiedad.
Inicialmente obtén importante información en el siguiente vídeo, con ella aprenderás cómo este trastorno afecta la biomecánica de la respiración y promueve la aparición de problemas en la zona cervical y torácica:
Te recomendamos ver el siguiente vídeo, ya que en el podrás encontrar algunos buenos consejos para conseguir manejar de una mejor manera los trastornos de ansiedad y el nerviosismo con la finalidad de obtener el estado de relajación necesario para realizar tus actividades cotidianas con normalidad:
Además de las terapias psicológicas, existen otras alternativas terapéuticas que ofrecen importantes beneficios en el tratamiento de la ansiedad y el nerviosismo. Conoce cuáles son el vídeo a continuación:
Finalmente te dejamos una excelente rutina de ejercicios de respiración, automasajes y estiramientos que te permitirán obtener el estado de relajación necesario para la obtención del bienestar físico y mental:
El pronóstico está relacionado con el tratamiento efectuado y se puede determinar si existe una reducción o desaparición de los síntomas dependiendo de la duración y los intervalos de tiempo de la presencia de los síntomas. Se puede decir que este es un trastorno crónico que, aunque no es curable, se puede convivir con él y obtener una vida normal con el abordaje terapéutico adecuado. Información científica actual destaca que un tratamiento efectivo está compuesto por la combinación de psicoterapia (terapia cognitivo-conductual), técnicas de relajación y fármacos (principalmente antidepresivos y ansiolíticos).