¿Presentas un abultamiento feo y pronunciado en mitad del abdomen? si tu respuesta es afirmativa es probable que presentes una diástasis de los rectos del abdomen. Aqueja más a las mujeres, ya que ellas pasan por situaciones como el embarazo, que expanden y estresan los músculos abdominales. Sin embargo, los hombres también pueden padecer de la afección que desarrollaremos a continuación.
El término "diástasis" proviene de la palabra griega que significa "separar". Entonces cuando se habla de diástasis de los rectos se hace referencia a la separación de los músculos recto izquierdo y derecho, que se extienden verticalmente a ambos lados del ombligo desde el borde inferior del esternón hasta el pubis, los cuales se encargan de mantener el cuerpo erguido, la flexión e inclinación del tronco, así como también contribuyen a la respiración.
Como puedes observar en la presente imagen estas los rectos abdominales se encuentran conectados por la línea alba, siendo la primera capa de tejido muscular a nivel abdominal, seguidos por los oblicuos externos e internos, y el transverso abdominal, el cual es el más profundo de todos.
Si bien esta disfunción muscular deja una brecha notable entre ambos músculos, no se trata de una rotura de tejido real, incluso si lo parece debido al tamaño del abultamiento en el área del ombligo. La diástasis de los rectos suele ser pronunciada y puede medir entre uno y diez centímetros de ancho, siendo considerada un problema de salud a partir de los 2,5 cm. La también llamada separación abdominal, es en realidad una afección más común de lo que piensas, que además de presentarse en mujeres y en hombres también puede aparecer en los bebés, debido a problemas de desarrollo muscular, en estos casos la separación en la línea alba suele desaparecer por sí sola.
La diástasis de los rectos suele ser pronunciada y puede medir entre uno y diez centímetros de ancho, siendo considerada un problema de salud a partir de los 2,5 cm...
Su origen está relacionado a una debilidad de la pared abdominal causada por el sobrepeso, el embarazo principalmente, entre otros factores que desarrollaremos más adelante. En los casos graves de esta disfunción se puede requerir de cirugía para evitar mayores. Sin embargo, el tratamiento principal consiste en el fortalecimiento de las estructuras musculares del abdomen, siendo los ejercicios hipopresivos los más indicados ya que los típicos ejercicios abdominales están totalmente contraindicados en este caso.
Nos encontramos con dos tipos de esta afección, los cuales son:
Después de un embarazo, es común desarrollar lo que se conoce como "Diástasis Abdominal", que no es más que la separación de la musculatura abdominal en la línea alba. En un estudio de salud reciente, realizado a la población escandinava, se encontró que la prevalencia de la Diástasis de los rectos durante el embarazo era del 33.1%, 60.0%, 45.4% y 32.6% en la semana de gestación 21, 6 semanas, 6 meses y 12 meses después del parto, respectivamente.
Después de un embarazo, es común desarrollar lo que se conoce como "Diastasis Abdominal", que no es más que la separación de la musculatura abdominal en la linea alba
Esto también puede estar acompañado de dolor… https://t.co/f53TPgoz3O— TFN Panamá (@tfnpanama) January 6, 2020
Si bien es cierto que existe una alta prevalencia de esta afección durante el embarazo y el posparto (de 30% y 70% respectivamente), no implica que pueda darse en otro tipo de población, como bebés, mujeres que no han concebido y hombres. En el caso de este último, la búsqueda en Google de la frase “diastasis recti in men” que en español significa “diástasis de los rectos en hombres” ha sido realiza al menos 4.400 veces al mes, lo que demuestra que los hombres también pueden estar padeciendo esta afección. Sumado a esto es necesario destacar que los factores causales no son solamente el embarazo y el período posparto.
La mayoría de las veces, la diástasis abdominal inicialmente no está asociada a un síntoma como el dolor. Entonces, ¿Cómo puedo saber si padezco diástasis?
Esta afección es relativamente fácil de detectar mediante una auto-evaluación. Por lo general la misma es palpable mientras se está acostado boca arriba, si coloca las yemas de los dedos en el área del ombligo y realizas un movimiento de elevación de cabeza acompañado de una ligera flexión de tronco, sentirá un espacio allí tan pronto como la pared abdominal se tense. Una vez detectada la separación con la palpación, puede medirla posicionando sus dedos en el espacio presente, se considera una diástasis excesiva si presenta una separación de más de 2 dedos y un medio.
Cómo ya hemos destacado anteriormente, esta afección no tiene que causar ningún síntoma inicialmente además del problema estético que ocasiona a nivel abdominal. Pero puede posteriormente, porque la falta de tonicidad y la pérdida de funciones de soporte de los músculos abdominales delanteros puede provocar dolor en la parte baja de la espalda y las caderas con el esfuerzo físico. En casos severos, también aparecen herniaciones de los órganos o vísceras de la parte anterior del abdomen, como el intestino o el hígado. Otras consecuencias que puede desencadenar son:
Diversas causas son concebibles en el caso de la diastasis recti, pudiendo ser adquiridas o congénita, dentro de los factores causales más destacables encontramos los siguientes:
Muchas personas afectadas por esta enfermedad ni siquiera saben que están afectadas porque no hay síntomas inicialmente. Y cuanto más sobrepeso tiene el cuerpo, mayor es el riesgo de desarrollarla en el curso de la vida. Por esta razón, mantener un peso saludable es una de las medidas más importantes antes de un embarazo para prevenir la diástasis abdominal.
Ahora bien, durante el embarazo, la mejor medida preventiva es evitar cualquier estrés que tense los músculos rectos abdominales, como practicar deportes de alto impacto, transportar cargas pesadas y, en general, todas las actividades diarias que ejerzan tensión abdominal cómo levantar niños. El riesgo de diastasis recti es mayor en el último trimestre del embarazo, por lo tanto, estas medidas de precaución se aplican especialmente durante este tiempo.
Después del parto, es importante que comience ejercicios como la gimnasia abdominal hipopresiva o hipopresivos, así como ejercicios del suelo pélvico, esto también sirve como prevención y contribuye a la recuperación de la forma del abdomen después del embarazo.
El primer punto de contacto ante la sospecha de diástasis rectal suele ser el ginecólogo o el médico general. El diagnóstico inicialmente es basado en un hallazgo táctil y la recolección de datos por parte del paciente (anamnesis). La valoración diagnóstica se realiza con el paciente acostado sobre la espalda, indicando al paciente que tensa el estómago, levantando la cabeza. Con esta prueba el médico puede sentir la brecha en la pared abdominal entre los músculos tensos. Otras pruebas como indicar las acciones de toser o reír, permiten detectar la afección, ya que se presenta un abultamiento entre los rectos abdominales. Estudios de imagenología como el examen de ultrasonido, permite mostrar cuánto ha progresado la diástasis y si ya se han desarrollado pequeñas roturas o hernias.
Si existe un diagnóstico positivo de esta afección de salud abdominal, el tratamiento inicialmente será fisioterapéutico y en los casos más graves, que no se consiga una regresión de la brecha abdominal instaurada, serán necesarios procedimientos quirúrgicos normalicen la posición de las estructuras abdominales afectadas.
Si existe la presencia de dolor significativo, así como de complicaciones como hernias umbilicales o la protrusión de órganos y vísceras, el tratamiento sin cirugía no es posible. Sin embargo, una intervención no sólo tiene lugar por estos síntomas. Si la apariencia estética del abdomen ejerce presión y molestia sobre el afectado, se recomienda también la cirugía.
Durante esta operación, se cierra la brecha entre los dos rectos abdominales. Estas intervenciones generalmente se realizan mediante una abdominoplastia para obtener un buen acceso a los músculos. Con este procedimiento las estructuras musculares del abdomen se vuelven a unir y también se elimina el exceso de piel abdominal. Sin embargo, si hay una pared abdominal rota, los músculos pueden necesitar estabilizarse adicionalmente con material quirúrgico. Después de la cirugía, el paciente usa una faja abdominal que comprime el abdomen durante aproximadamente seis semanas.
La actividad física intensa y el ejercicio son un poco limitados durante al menos cuatro semanas después de la cirugía.
El entrenamiento dirigido y la gimnasia hipopresiva son las primeras medidas tomadas desde la fisioterapia. Para obtenerlas es necesario acudir a un fisioterapeuta experimentado en el tratamiento del suelo pélvico, que valore el estado de la diastasis y determine el abordaje adecuado para mujeres (durante el embarazo o en el posparto) o hombres (con sobrepeso o con mala técnica de entrenamiento). Dentro de los abordajes terapéuticos enfocados en la solución de esta afección, destacamos:
Desde FisioOnline te brindamos las técnicas terapéuticas para que le hagas frente a esta enfermedad, mediante ejercicios explicados por fisioterapeutas expertos en el tratamiento de disfunciones abdominales y del suelo pélvico.
En el primer vídeo Néstor Serra, te hablará sobre la gimnasia abdominal hipopresiva, sus notable beneficios a corto plazo y cómo puedes realizar desde la comodidad de tu hogar:
El segundo vídeo va dirigido a aquellos hombres que presentan diástasis abdominal (diastasis recti), aquí se les explica los beneficios que los ejercicios hipopresivos tienen en el hombre:
Además, si te has preguntado por qué los fisioterapeutas no recomendamos la ejecución de los típicos abdominales (crunch), en el siguiente vídeo se demuestra de manera detallada que este tipo de ejercicios aumenta la división entre los rectos abdominales y te demuestras cuales son los ejercicios más adecuados para la diátesis.
La diástasis de los rectos retrocede en la mayoría de los casos, siempre que se realice un entrenamiento específico. Si la brecha es pequeña, la regresión se produce de forma independiente y sin intervención quirúrgica, aunque nunca se debe prescindir de los ejercicios de gimnasia abdominal hipopresiva para fortalecer los músculos transversos y oblicuos.
En los casos más graves, el abultamiento y la brecha no se corregirá por sí solo, por lo que una cirugía puede ser necesaria en estos casos.
El pronóstico para una curación completa de la diástasis abdominal es muy bueno, en la forma más fuerte, posiblemente con ayuda quirúrgica. Con la fisioterapia, se logra liberar el dolor y cerrar la brecha, restaurando así la capacidad de recuperación posoperatoria. No siempre es posible restaurar el estético y plano abdomen, los vestigios de la enfermedad a menudo permanecen visibles, incluso si la pared abdominal se ha tensado y el abultamiento se ha eliminado quirúrgicamente.