Además de la dispareunia o coitalgia, el vaginismo es uno de los problemas de salud que más frecuentemente afecta la vida sexual de la mujer, sin embargo, no suele ser diagnosticado ni tratado adecuadamente debido a que pocas mujeres buscan ayuda profesional al percibir los síntomas, debido a que se considera un tema tabú. Conocer más acerca de esta disfunción sexual, te ayudará a recibir el diagnóstico y la solución terapéutica adecuada:
Esta es una disfunción sexual que ha existido durante cientos de años, siendo los primeros registros encontrados en el siglo XI, sin embargo, son pocos los estudios de esa época que hacen referencia a esta afección, debido a que las féminas afectadas en ese tiempo, no sabían a quién consultar por sus problemas vaginales, por lo que decidían ocultarlos. No fue sino hasta 1861, cuando el vaginismo fue descrito médicamente por el ginecólogo estadounidense Marion Sims, en su descripción vinculaba los síntomas de hipersensibilidad vaginal al espasmo muscular, estableciendo que el único tratamiento racional era la cirugía de ensanchamiento (dilatación) de los músculos y nervios ubicados en la entrada de la vagina. En las décadas siguientes, las teorías expuestas por Sims fueron objeto de críticas por médicos franceses, quienes argumentaron estar en contra de su propuesta terapéutica quirúrgica.
Los médicos franceses argumentaban posteriormente que el vaginismo era un trastorno "moral" que no podía tratarse adecuadamente mediante métodos físicos.
En la actualidad podemos decir que el vaginismo es una disfunción sexual que ocasiona calambres involuntarios de la musculatura del piso vaginal y pélvico, lo que hace imposible la penetración del pene e incluso de un dedo o un tampón o simplemente pensar en la acción de penetración puede desencadenar este reflejo espástico e incluso hacer imposible un examen ginecológico. La respuesta y la capacidad de excitación de las mujeres afectadas generalmente no se ven alteradas, teniendo inclusive una sexualidad placentera y satisfactoria a través de la estimulación manual u oral del clítoris.
El origen del vaginismo a menudo es asociado a un rechazo inconsciente de la sexualidad o de la penetración del pene en la vagina.
Especialmente en los casos que hayan tenido una educación en donde la experiencia sexual sea considerada tabú, por lo que la mujer se ha visto carga de sentimientos de vergüenza y culpa, así como también presente una falta de conocimiento sobre el propio cuerpo. Todo esto en conjunto puede ocasionar que la mujer presente el vaginismo como un reflejo que surge porque la penetración del pene es considerada como algo peligroso, doloroso y aterrador. Esto a menudo es acompañado de miedo a las lesiones en la vagina.
Podemos clasificar el vaginismo en dos tipos:
Además del vaginismo primario y secundario, también se pueden distinguir otros tipos:
Las féminas que padecen este trastorno de la salud pueden presentar ciertas complicaciones indirectas que afecten su vida, tales como:
La incidencia y prevalencia de esta disfunción sexual no puede ser del todo bien establecida, ya que las afectadas por esta enfermedad suelen mantener las molestias en privado y no solicitan atención médica. Un estudio realizado en 1990 exponía que las personas que acudían a clínicas de terapia sexual presentaban vaginismos en el 12% y 17%, de los casos, mientras que una encuesta aleatoria y una entrevista estructurada realizada en 1994 por la Encuesta Nacional de Salud y Vida Sexual de Estados Unidos documentó una tasa de dolor del 10% al 15% durante el sexo en los últimos seis meses, pero no diferenciaron entre vaginismo y dispareunia. Mientras que en España un 12% de las mujeres padecen esta disfunción sexual, ya sea en la adolescencia o en la edad adulta.
Vaginismo: Disfunción sexual que afecta principalmente a mujeres de 30 años http://t.co/FWNKHLPF8V pic.twitter.com/gduPEysDJQ
— Publimetro (@PublimetroChile) October 6, 2015
Si esta disfunción trata del estrechamiento involuntario y espasmódico de la vagina, es más que evidente que el primer signo notable es este. La extensión de los espasmos puede variar ampliamente, algunas mujeres sufren calambres cuando las examina un ginecólogo, mientras que otras en raras ocasiones lo experimentan. Los síntomas en esta enfermedad son experiencias muy individuales de cada mujer. En general, sin embargo, muchas mujeres experimentan algunos de los siguientes síntomas:
Las causas no están del todo establecidas, dependiendo del caso el desencadenante es distinto, se puede decir que existen dos tipos de factores asociados a su origen, los factores físicos y los psicoemocionales.
Cuando el desencadenante en un factor físico, se habla de un vaginismo primario, por ejemplo, un himen difícil de penetrar (himen rígido), endometriosis, la vagina contraída por un tabique, procesos infecciosos, factores hormonales o trastornos funcionales de la musculatura del piso pélvico se encuentran entre los factores físicos desencadenantes más típicos.
Las causas psicoemocionales suelen estar asociadas al vaginismo secundario, ya que estas se desarrollan a lo largo de la vida y no están presentes desde el nacimiento. Entonces este problema de salud a menudo puede ser el resultado del miedo a las relaciones sexuales dolorosas y, por lo tanto, surge con el primer intento de tener sexo. Algunos de los factores más destacables que lo desencadenan son:
Es una alteración en la salud que difícilmente puede ser prevenible, debido a la variedad de causas asociadas y a su aparición repentina. En caso de que el vaginismo se origine en el área física, los exámenes ginecológicos regulares y el cuidado vaginal son buenas medidas para identificar o prevenir enfermedades que promueven el espasmo vaginal en una etapa temprana. Ahora bien, cuando la causa está asociada al área psicológica, se le debe dar especial importancia al trabajo constante de eventos negativos relacionados con la sexualidad para contrarrestar la aparición de este problema de salud como consecuencia de un trauma.
Para poder diagnosticar esta disfunción de la salud sexual y determinar las posibles causas con mayor precisión, es importante una entrevista realizada por el médico o especialista (anamnesis) que está compuesta por preguntas sobre la vida sexual, los antecedentes médicos (en el caso que los tenga), así como también la descripción de los síntomas descritos por la paciente. Sin la posibilidad de un examen ginecológico en la mujer afectada, al menos para excluir lesiones de nacimiento, estrechamiento o infecciones, es muy importante la descripción de los síntomas por parte de la paciente.
Si se sospecha que las causas son psicoemocionales como una experiencia traumática (violación, abuso, desagradable examen ginecológico) se discuten en entrevistas cuidadosas por parte de un psicólogo o psicoterapeuta. La paciente también es examinada físicamente, para descartar enfermedades. El examen de la vagina puede ser muy difícil debido a los espasmos en algunos casos solo es posible si se aplica anestesia general.
El objetivo de la intervención médica es reducir los espasmos musculares vaginales, para ello será necesario un trabajo multidisciplinario constituido por ginecólogos, psicólogos, psicoterapeutas, sexólogos y fisioterapeutas del suelo pélvico. El psicólogo o terapeuta sexual ayudará a abordar el miedo y la ansiedad, así como cualquier trastorno emocional asociado con el dolor que provoca las contracciones musculares.
Los ginecólogos por otro lado, suelen indicar dilatadores para estirar el canal vaginal, con estas estructuras lisas y de forma cónica de diferentes tamaños, la vagina debe acostumbrarse lentamente a la penetración. Las inyecciones de Botox también pueden ser útiles para relajar la tensión muscular en el piso pélvico, particularmente la musculatura que rodea la abertura
El trabajo en conjunto de estos especialistas puede garantizar resultados óptimos en la paciente con espasmos musculares, el cambio en el comportamiento y la psicoterapia en combinación con ejercicios de estiramiento pueden ayudar a que el paciente, lenta y progresivamente, aprende que las relaciones sexuales son posibles sin miedo ni dolor.
La terapia para esta enfermedad requiere mucha paciencia, tanto de la mujer que lo padece como de su pareja.
Como ya he comentado, el tratamiento de esta afección debe ser realizado de manera multidisciplinaria con ayuda de varios especialistas. Teniendo en cuenta que la contracción muscular involuntaria, es la que constituye esta disfunción sexual, los fisioterapeutas cumplen un importante papel en la reducción de sus efectos. El abordaje fisioterapéutico consta de las siguientes técnicas y herramientas terapéuticas, la elección de las mismas variará dependiendo de las características individuales de cada mujer:
En nuestro portal FisioOnline en YouTube podrás encontrar variedad de vídeos informativos que te ayudarán a solucionar variedad de problemas musculoesqueléticos, teniendo en cuenta que la contracción muscular involuntaria o espasmos son el signo más característico de esta enfermedad, te mostramos en los siguientes vídeos algunas alternativas terapéuticas que pueden resultar útiles, antes de realizarlas consulta con tu ginecólogo o fisioterapeuta de confianza.
Inicialmente te proveemos en el siguiente vídeo, importante información que te permitirá detectar y localizar de manera adecuada las estructuras de tu suelo pélvico, ya que estas son fundamentales para la curación de esta alteración:
Una vez detectadas las zonas a trabajar, te recomendamos ver en el siguiente vídeo, en donde obtendrás valiosa información sobre cómo realizar ejercicios de Kegel desde el nivel principiante. Estos ejercicios favorecen la normalización del tono muscular pélvico y aumenta la llegada de flujo sanguíneo a la zona, lo que repercute positivamente en la percepción del dolor y normaliza la contracción muscular:
En esta disfunción sexual la zona perineal puede estar altamente tensionada, es por ello que te dejamos en el siguiente vídeo, información sobre cómo relajar dicha zona mediante un masaje perineal:
La movilización lumbopélvica favorece la reducción de las molestias generadas por esta patología, por lo cual te recomendamos ver el siguiente vídeo, en el cual una profesional fisioterapeuta del suelo pélvico, te brindará información detallada sobre cómo realizar ejercicios propioceptivos del suelo pélvico:
Además de la dispareunia, las mujeres que padecen esta patología también sufren de dolor lumbar durante las menstruaciones, es por ello que queremos enseñarte como aliviar esas molestias a través de ejercicios específicos:
Finalmente, teniendo en cuenta que, para la obtención de un alivio notable de los síntomas, es necesario atacar los diversos factores que puedan conducir al dolor vaginal no sólo externamente sino internamente, mediante el abordaje terapéutico de los factores causales emocionales y nutricionales a través de un abordaje natural, mediante el uso de plantas medicinales.
Este problema de salud imposibilita una vida sexual satisfactoria tanto para la mujer que la padece como para su pareja. Desafortunadamente, estos dolorosos calambres vaginales son una enfermedad que no mejorará sin la terapia adecuada. Dado que la causa más común del vaginismo, son desencadenantes psicológicos, la afección solo puede mejorar si se identifica y trata la causa con ayuda profesional.
Ahora bien, dependiendo de los desencadenantes, esta enfermedad puede requerir de varias sesiones con un psicoterapeuta o sexólogo para lograr obtener una mejora notable. Incluso si hay una causa netamente física o los desencadenantes psicoemocionales pueden mejorarse mediante ejercicios y entrenamiento con dilatadores, esto requiere de tiempo. Con este método, la mujer introduce gradualmente objetos más anchos en la vagina para relajarse y acostumbrarse la penetración de manera consciente. Esto le permitirá tener una vida sexual normal y satisfactoria con el tiempo.
Un factor que puede afectar el éxito de los métodos de tratamiento utilizados es la presión de la pareja o incluso de la misma mujer afectada. Es comprensible, pero es necesario destacar que es absolutamente contraproducente si la pareja o el paciente se impacientan y se someten a más presión. En el peor de los casos, esto puede empeorar el vaginismo presente y afectar el éxito de los tratamientos que ya se ha logrado. Pero, por otro lado, involucrar a la pareja en el diagnóstico y en el proceso de tratamiento, asegura que puedan desarrollar la comprensión y, con paciencia, contribuir a la mejora de esta enfermedad.
Involucrar a la pareja en el diagnóstico y en el proceso de tratamiento, contribuye a la mejora de esta disfunción sexual.