¿Tienes dolor en la cara delantera del tobillo? ¿practicas con frecuencia deportes que impliquen correr? Si es así, es muy probable que estés padeciendo de una tendinitis del tibial anterior. Esta lesión es muy común es deportistas, especialmente en corredores y atletas de alto rendimiento, ya que estos ponen frecuentemente una mayor carga sobre sus tibiales anteriores que otras personas. Queremos presentarte a continuación toda la información disponible sobre la tendinitis del tibial anterior:
La tendinitis del tibial anterior es una patología en la cual el tendón del músculo tibial anterior está inflamado como consecuencia del uso excesivo o por una lesión traumática del tobillo; estas situaciones no sólo ocasionan inflamación en la estructura tendinosa (tendinitis) sino también en la vaina o membrana sinovial que lo recubre (tendosinovitis), y, además, contribuyen progresivamente a la degeneración del tendón (tendinosis). Si no se trata, la degeneración que inicia con la tendinitis, puede debilitar la estructura tendinosa del tibial anterior hasta tal grado de llevarlo al desgarro total de sus fibras tendinosas.
El soporte dinámico y estático del cuerpo se debe a la acción de los músculos intrínsecos y extrínsecos del pie. El músculo tibial anterior es parte de los músculos extrínseco del pie, se encuentra ubicado en la zona inferior de la pierna, las fibras de este músculo se originan en la cara anteroexterna de la tibia y culminan en forma de tendón en la base del primer metatarsiano. Esta estructura tendinosa discurre por dentro de una vaina tendinosa que lo protege y facilita su desplazamiento para la ejecución de la flexión dorsal (dorsiflexión). La inflamación y degeneración de esta estructura ocasiona dolor e inflamación no sólo en el área tendinosa, sino también en el vientre muscular, por ello es frecuentemente confundida con afecciones como la periostitis tibial y el síndrome compartimental.
Se trata de una patología altamente prevalente en personas mayor a los 60 años de edad, siendo asociado en estos casos al proceso degenerativo (tendinosis) propio de la edad que termina por desgarrar una estructura tendinosa ya desgastada por traumas y sobrecargas. La tendinitis del tibial anterior afecta mayormente a mujeres ancianas con sobrepeso, pero también afecta a personas que practiquen deportes que sobrecarguen o lesionen directamente a la estructura tendinosa. De las personas afectadas por esta tendinopatía destacamos al basquetbolista Federico Grun quien padece tendinitis producto del uso de una bota durante su recuperación de un esguince acontecido en 2020.
#BásquetProfesional
| Parte Médico @FedericoGrun continua recuperándose del esguince en su tobillo derecho. El escolta tendrá 10 días de reposo por tendinitis del tibial anterior producto del uso de la bota. pic.twitter.com/9SCx2Z1nne— Club Estudiantes Concordia (@estudiantescdia) January 30, 2020
Al inicio esta tendinopatía ocasiona dolor en la cara anterior de la tibia o espinilla después del ejercicio, especialmente después de correr. Los síntomas son particularmente notables en el trayecto del vientre muscular del tibial anterior, en el dorso interno del pie o en el pliegue de la articulación del tobillo y pueden ocurrir durante el ejercicio y perdurar unos días como dolores musculares. En resumen, los síntomas destacables de esta lesión son:
Teniendo en cuenta que la tendinitis puede progresar y causar la rotura, estos síntomas pueden verse agravados. Por ejemplo, si un atleta o corredor de mediana edad de repente se siente inestable al caminar o al estar de pie, es posible que el tendón ya esté roto. En estos casos existe una notable hinchazón anterior al dorso del pie y una clara disminución de la fuerza al levantar el pie. Tal rotura no siempre origina dolor, dado que los músculos y estructuras adyacentes pueden compensar parcialmente esta lesión.
Una tendinitis del tibial anterior puede deberse a una carga incorrecta o un mal acondicionamiento. El sobreuso o la sobrecarga repetitiva del músculo tibial anterior y, por lo tanto, del tendón tibial anterior puede causar microdesgarros dentro de la estructura tendinosa, como consecuencia el cuerpo responde inicialmente con una respuesta inflamatoria para reparar estos pequeños desgarros. Si la carga y el estrés persiste, puede conducir a un estado de degeneración importante que conlleve a la rotura del mismo. Esta infrecuente patología afecta generalmente a los deportistas, en particular a los corredores. Los factores causales más frecuentes que ocasionan el aumento de la carga y del estrés, y conlleva al desarrollo de esta tendinopatía son:
Para su prevención es necesario tener presente los factores causales que pueden conducir a la aparición de esta tendinopatía (como los anteriormente mencionados). Teniendo en cuenta esto, podemos brindarles las siguientes recomendaciones:
Para que cumplas a cabalidad la última recomendación preventiva, dale un vistazo al siguiente vídeo en donde aprenderás una rutina de estiramiento que te ayudará a evitar la sobrecarga de la musculatura de la cara frontal de la pierna:
La tendinitis del tibial anterior también se puede relacionar o confundir fácilmente con síntomas de otras enfermedades o disfunciones como daño al nervio peroneo, periostitis tibial o síntomas de una raíz nerviosa L5 de la columna lumbar comprimida (hernia o radiculopatía lumbar). Otras lesiones que deben ser tomadas en cuenta durante el diagnóstico diferencial son el síndrome compartimental y la rotura del tibial anterior, ya que pueden ocasionar un dolor similar en el área de la tibia y confundirse con la tendinitis.
Para detectar la presencia de una tendinitis es necesario valorar el estado de toda la longitud del tibial anterior. Para poder evaluar el estado del tendón tibial anterior, el fisioterapeuta o médico realiza un examen de palpación, en el cual puede detectar un engrosamiento por encima del tobillo, lo que puede indicar una tendinopatía. Si el especialista percibe un hundimiento durante el examen, es un indicio de una rotura tendinosa. En este caso, el dolor y la debilidad se hacen presenta al indicarle al paciente que levante el pie contra una resistencia. Ya que no se observa una falla completa en la flexión dorsal del pie, incluso con una rotura, esta afección no es detectada al momento de la lesión.
Para evaluar correctamente la ubicación y la extensión del daño y estado de degeneración del tendón, se indican estudios de imagen como la ecografía y la resonancia magnética (RM). Con la ayuda de las imágenes, el profesional de salud puede evaluar el estado de la estructura tendinosa y peritendinosa; con esto puede detectar posibles cambios degenerativos en los tejidos blandos circundantes (por ejemplo, inflamación en las vainas de tendones). Además, la información que brindan estos estudios permite la correcta realización de un diagnóstico diferencial.
Los tratamientos que indicará el médico van a variar según la gravedad de la patología y los síntomas y molestias que presenta el paciente con tendinitis del tibial anterior. En caso de tendinitis del tibial anterior, el pie es inmovilizado parcialmente con la indicación de una férula durante al menos dos semanas, con la finalidad de protegerlo del estrés y la sobrecarga. Además, se indican medicamentos analgésicos y antiinflamatorios en forma de gel o grageas, uso de hielo sobre la zona dolorosa y fisioterapia para modificar el factor o la actividad causante, con ello se lograr aliviar el dolor en la parte interna del pie en la mayoría de los casos. Si la estructura tendinosa tibial está muy inflamada, puede ser necesaria la inmovilización en un zapato especial durante aproximadamente 4 a 6 semanas y puede que el médico realice infiltraciones en las zonas peritendinosas con plasma rico en plaquetas. Esto permite que la estructura tendinosa lesionada se regenere y se pueda reducir el dolor y la inflamación.
Cuando los métodos conservadores no alivian los síntomas y no detienen el proceso de la patología, la cirugía puede ser una opción. Por lo general, en la operación que frecuentemente es mínimamente invasiva, el cirujano logra extirpar cualquier tejido dañado (desbridamiento) y posiblemente podría alargar el músculo de la pantorrilla. La opción quirúrgica puede ser inevitable en caso de rotura, en estos casos, frecuentemente el cirujano repara y realiza una reconstrucción de la estructura. Durante la cirugía, el médico siempre intenta preservar el retináculo superior para evitar adherencias, trastornos de cicatrización de heridas o más complicaciones. Debido a que se eliminan las partes dañadas y el tejido cicatricial de la estructura tendinosa afectada, a menudo es difícil preservar la longitud del tendón. Por esta razón, se utilizan a menudo con un tendón sano (frecuentemente se usa el segmento tendinoso del músculo semitendinoso) para restaurar la función completa del tibial afectado.
El tratamiento conservador es el más efectivo para tratar esta patología, de este abordaje terapéutico prevalece las intervenciones desde la fisioterapia, ya que han mostrado ser las más efectivas con respecto a su curación. Antes de realizar cualquier intervención, el fisioterapeuta lleva a cabo una valoración exhaustiva para poder establecer los factores causales que en un principio generaron la sobretensión tendinosa, estos frecuentemente están relacionados a la biomecánica el pie por lo cual el fisioterapeuta realiza un trabajo en equipo con el podólogo para corregir efectivamente la alteración presente. A continuación, les nombraremos las intervenciones fisioterapéuticas más usadas en este caso:
La fisioterapia resulta muy importante en los casos operados, ya que mediante ella el paciente puede recuperar la funcionalidad del tibial anterior y el rendimiento del paciente previo a los síntomas. Los ejercicios de flexión dorsal contra resistencia solo deben realizarse después de aproximadamente 12 semanas de posoperatorio. Cada paciente va a recibir un plan terapéutico diferente por el fisioterapeuta, ya que está diseñado en base a las características del paciente y según el tipo de cirugía realizada.
Queremos brindarte las herramientas terapéuticas necesarias para que continúes tu proceso de rehabilitación fisioterapéutica en casa, con este propósito te dejamos a continuación variedad de vídeos de nuestro portal FisioOnline en YouTube. Además, en esta web Fisioterapia – Online podrás encontrar artículos con importante información basada en artículos científicos.
El uso del hielo es fundamental para la curación de esta afección, ya que favorece la disminución de la inflamación y brinda analgesia frente al dolor. Con este propósito te dejamos en el siguiente vídeo la técnica de presión y automasaje con hielo para tratar la sobrecarga el tibial anterior:
Una técnica fácil de realizar y altamente efectiva es el auto masaje, por ello en el siguiente vídeo un fisioterapeuta experto te mostrará cómo realizar de manera adecuada un automasaje que relajará las fibras del tibial anterior contraído:
Hay muchas técnicas de relajación miofascial, todas ellas están enfocadas en relajar a varios los niveles los tejidos musculares que estén sobre tensionando el tendón. La tendinitis en tobillos puede estar promovida por un alto estado de tensión, por lo que es importante realizar constantemente liberaciones miofasciales, si quieres aprender cómo llevarlo a cabo de manera eficiente dale un vistazo al siguiente vídeo:
Una parte importante de la intervención de esta afección son los ejercicios de estiramiento de la musculatura anterior, aprende a cómo realizarlos correctamente en el siguiente vídeo:
Un tratamiento tardío implica una cronificación del dolor y aumento de riesgo de rotura en este tipo de lesiones, por el contrario, un caso de tendinitis leve o moderada diagnosticados y tratados de manera temprana, tienen un pronóstico favorable a corto tiempo, logrando la eliminación total de sus síntomas en unas 2 a 3 semanas. En casos crónicos, las molestias pueden durar varias semanas y extenderse incluso meses, si no se protege y trata adecuadamente la estructura tendinosa. Sin embargo, con el abordaje terapéutico adecuado puede resolverse en 3 – 6 meses.
Cuando el estado de degeneración ha sido tan avanzado que ha conllevado a la rotura del tendón, el abordaje terapéutico es quirúrgico. En estos casos el pie es inmovilizado durante aproximadamente 6 - 8 semanas después de la operación, para evitar complicaciones como trastornos de cicatrización o nuevas roturas. Aunque esta medida representa una restricción importante, especialmente para pacientes activos como atletas o deportistas, es muy importante para el curso posoperatorio. La curación completa se obtiene después de 6 meses.