Los masajes son un conjunto de técnicas manuales que buscan diversos efectos en los tejidos de una región, este tipo de tratamiento es usado en fisioterapia para estimular procesos de reparación tisular, aumentar la circulación, eliminar sustancias del sistema linfático, relajar y disminuir tensiones musculares. Sin embargo, aunque sabemos que el masaje es considerada una técnica de terapia física, también puede ser realizada por otras personas, siempre y cuando se tengan los conocimientos básicos, para lograr resultados positivos en la persona.
El masaje es una de las técnicas o métodos de tratamiento y curación más antiguo del mundo. Claro está que hace miles de años no había técnicas, maniobras estipuladas ni conocimientos profundos, pero si conocían los beneficios de tocar y ser tocados, el bienestar que producía en el cuerpo una fricción o un amasamiento.
Partiendo de la propia experiencia de tocarse a uno mismo cuando se sufría un dolor obteniendo un resultado (algo tan instintivo y automático como esto) las personas ofrecían este mismo bienestar a sus cercanos.
"Los masajes son una técnica de tratamiento utilizados para lograr efecto relajante, aumento de la circulación y para incentivar procesos de reparación tisular"
En el caso de la fisioterapia, los masajes son utilizados con propósitos terapéuticos y con el objetivo de lograr efectos positivos en los tejidos de la región a tratar. Por eso con el pasar de los años se han inventado distintos métodos de tratamiento, clasificados de acuerdo a los beneficios que se quieren lograr a corto y mediano plazo.
Por eso en terapia física encontramos las siguientes clases de masajes:
Los efectos físicos de la terapia de masaje puede mejorar en gran medida la salud y estilo de vida de una persona al aliviar el dolor y reducir la posibilidad de lesiones de varias maneras. El impacto final de la terapia de masaje es aumentar la salud de los tejidos internos del cuerpo, mejorando la circulación de la sangre y los nutrientes, mientras se eliminan simultáneamente toxinas.
Para entender los beneficios y efectos del masaje, es importante considerar cómo el cuerpo responde fisiológicamente.
El masaje implica dos tipos de respuestas:
Los movimientos de caricias largas se utilizan para mover fluido a través del sistema circulatorio. Esto ayuda a reparar los músculos dañados por el aumento de la sangre limpia y el suministro de oxígeno y la eliminación de las toxinas que se han acumulado en el tejido.
Los masajes profundos ayudan a regular los tejidos fibrosos, lo que aumenta su movilidad. Esto permite que más líquidos y nutrientes fluyan a través del tejido. Los productos de desecho se eliminan y nuevamente el oxígeno y nutrientes se suministran.
El estiramiento de los tejidos durante un masaje ayuda a las fibras musculares a liberar la tensión que acumulan.
El masaje puede ayudar a aumentar la movilidad de las articulaciones, reduciendo cualquier engrosamiento del tejido conectivo y ayudando a liberar las restricciones en los movimientos
Como ya hemos visto durante el texto anterior, los masajes aplicados de una manera correcta pueden proporcionar distintos y amplios beneficios al individuo, es por eso que son usado en múltiples patologías tanto musculo esqueléticas como en alteraciones de otros sistemas corporales.
Por eso entre las indicaciones del masaje se encuentran la tensión muscular, los edemas que no son de origen cardíacos, buscar efecto relajante, alivio del dolor, problemas del sistema digestivo como el estreñimiento y el cólico del lactante en caso de los bebés, aumento de la circulación, preparación de los músculos o posterior a un entrenamiento de alta intensidad en el caso del masaje deportivo, eliminar sustancias tóxicas, entre otras.