El cuerpo humano necesita de un correcto equilibrio para poder mantenerse funcionando adecuadamente, por eso sus alteraciones desencadenan una serie de procesos patológicos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud. En el caso de la fibrosis quística que es una enfermedad hereditaria y crónica, esta no solo afecta a los pulmones sino que además produce una serie de síntomas que llegan a alterar la calidad de vida de la persona que lo padece, si no se realiza el tratamiento médico y de fisioterapia adecuado.
¿Cómo es la fibrosis quística?
La fibrosis quística (FQ) es una patología crónica que aunque altera principalmente al tejido pulmonar y a su capacidad para eliminar las secreciones, también produce manifestaciones clínicas en otros órganos del cuerpo. Por lo que las complicaciones van desde dificultad respiratoria, infecciones recurrentes, hasta la diabetes, cirrosis hepática e infertilidad, con mayor predominancia en el sexo masculino.
Esta enfermedad al ser hereditaria comienza a manifestarse en los niños pequeños e incluso en lactantes, por lo que los padres son los que observan los signos que ayudan a establecer el diagnóstico posteriormente.
“La fibrosis quística es una patología respiratoria que necesita de las técnicas de fisioterapia para que el paciente pueda mejorar su calidad de vida”
Otros síntomas y signos clínicos que presentan estos pacientes incluyen tos con presencia de sangre, estreñimiento, reflujo gastroesofágico, obstrucciones intestinales, incapacidad para eliminar el moco por lo espeso que este se vuelve, sudor salado por el desequilibrio hidroelectrolítico, cálculos biliares, sinusitis y prolapsos. Entonces debido, a todos los problemas que la alteración cromosómica conlleva es que resulta sumamente necesario comenzar con el tratamiento lo más rápido posible.
¿Cómo se diagnostica la fibrosis quística?
El diagnóstico de la fibrosis quística lo realiza el médico tratante gracias a la realización de una serie de pruebas clínicas que ayudan a analizar los componentes de la sangre, los genes, la capacidad y función pulmonar, la presencia de cloruro en el sudor, la anatomía y la presencia de secreciones en las vías respiratorias.
Además de las pruebas mencionadas, también es necesario que se tomen en cuenta la variedad de síntomas y signos clínicos, entre los cuales destacan la dificultad respiratoria, los problemas intestinales, la diabetes, las infecciones respiratorias y la cirrosis hepática.
¿Cómo tratar la fibrosis quística?
Una vez que se estableció el diagnóstico de la fibrosis quística, se debe comenzar con el tratamiento médico, el cual consiste en administrar medicamentos para disminuir la frecuencia de las infecciones recurrentes así como la acumulación de secreciones que obstruyen a las vías respiratorias. Además, el médico indica fármacos para ayudar a disminuir la viscosidad de los mocos, antibióticos para tratar las infecciones respiratorias y broncodilatadores para controlar la función de los bronquios.
Aparte del tratamiento médico, también se debe remitir el paciente a fisioterapia y a psicología, para proporcionar otras intervenciones que ayuden a mejorar la calidad de vida.
“Los pacientes con FQ deben recibir tratamiento con fármacos, intervenciones terapéuticas y toda la información relacionada con la enfermedad”
Protocolo de Fisioterapia de la Fibrosis Quística
La fisioterapia respiratoria comprende un conjunto de técnicas que ayudan a mantener las funciones de las vías respiratorias así como también a disminuir el riesgo de otras complicaciones que caracterizan a las enfermedades como la fibrosis quística, por lo que son intervenciones necesarias para que el paciente mejore.
Ahora bien, aunque no existe un protocolo predeterminado para manejar los síntomas que produce la fibrosis quística, si existen variadas técnicas de tratamiento que pueden ayudar, entre los cuales se encuentran los siguientes:
- Terapia de presión positiva espiratoria: es una técnica que debe ser realizada por un profesional, ya que es necesario que se aplique una presión positiva durante la etapa de espiración que comprende al proceso respiratorio. Esta intervención ayuda a incrementar la función pulmonar y así mismo a lograr un correcto intercambio de oxígeno.
- Ejercicios de expansión torácica: consiste en aplicar presión durante la inspiración para lograr un aumento en el consumo de aire y por lo tanto de oxígeno hacia los pulmones.
- Técnicas de espiración forzada: son intervenciones que ayudan a producir la tos, lo cual es necesario para eliminar la correcta liberación de las secreciones.
- Ejercicios para controlar la respiración: este proceso es vital para el ser humano, por eso aprender a controlarlo ayuda a la persona sea consciente de las estructuras que intervienen allí.
- Técnicas de aspiración de secreciones.
- Ejercicios para aumentar la capacidad pulmonar.
- Ejercicio físico aeróbico: la resistencia cardiopulmonar es una de las funciones que resulta alterada por la presencia de los trastornos hidroelectrolíticos, por lo tanto es un área que debe ser trabajada de manera personalizada, de acuerdo a la complejidad y severidad que presenta la persona.
Así mismo, es necesario que los familiares y el paciente aprendan a identificar todas las señales que pueden indicar una recidiva de la enfermedad, para así disminuir las complicaciones de la salud en general, por lo que el fisioterapeuta debe ofrecer toda la información pertinente a la patología y su tratamiento.
Ejercicios para mejorar la capacidad pulmonar
La capacidad de los pulmones para obtener oxígeno puede verse seriamente afectada con la fibrosis quística, es por eso que estos ejercicios constituyen una parte fundamental de la mejora clínica. A continuación podrás obtener información más detallada referente a estos ejercicios respiratorios:
Así mismo, en nuestro canal de youtube de FisioOnline podrás encontrar más vídeos relacionados con los problemas que afectan al sistema respiratorio.