Seguramente a muchos deportistas se les hace familiar la tendinitis del bíceps femoral, especialmente aquellos que practican deportes que impliquen correr, como: futbolistas, basquetbolistas, atletas, corredores o runners, sin embargo, cualquier persona no deportista puede padecerla. Falta de acondicionamiento y un estiramiento inadecuado pueden promover su aparición. Aquí podrás encontrar consejos de prevención, tratamientos efectivos y mucha información más sobre esta frecuente lesión deportiva:
La tendinitis del bíceps femoral es una frecuente lesión deportiva que se caracteriza por ocasionar dolor posterior externo de rodilla que aumenta con ciertos movimientos, especialmente al correr. Aunque el significado etimológico de “tendinitis” nos indica que se trata solamente de la inflación del tendón; esta lesión puede incluir irritación, desgarro parcial y degeneración de la porción tendinosa distal del bíceps femoral. Por lo que actualmente, casi no se hace uso del término tendinitis, ya que se ha comprobado que, en esta lesión, la inflamación es casi inexistente, estando presente sólo cuando la lesión está muy reciente.
Un término más amplio y preciso para describir esta situación patológica degenerativa es la tendinopatía.
Es por ello, que escucharás con más frecuencia el término tendinopatía del bíceps femoral, que indica la presencia de un proceso patológico degenerativo en la estructura tendinosa distal de este músculo. El dolor posterior de rodilla asociado se debe a la degeneración del tendón, producto del uso excesivo y prolongado del mismo, situación frecuente durante los deportes. Sin embargo, puede afectar a personas que no practican deporte, ya que existen otras causas asociadas cómo la desalineación congénita o adquirida de la cadera y la pierna, ya que la alteración postural sobre esfuerza el tendón distal del bíceps femoral y ocasiona su degeneración. Generalmente las tendinopatías de este tipo se curan en unas pocas semanas con un correcto tratamiento conservador.
El músculo bíceps femoral es el protagonista en esta lesión deportiva; el mismo cuenta con dos porciones: una porción larga (cabeza larga) y una porción corta (cabeza corta). Mientras que las fibras musculares de la porción larga parten de la tuberosidad del isquion (formando parte de los músculos isquiotibiales/isquiosurales), las pertenecientes a la porción corta surgen de la línea áspera lateral al fémur y ambas culminan sus fibras en una estructura tendinosa que se inserta en la cabeza del peroné. Aunque su principal función en la de doblar la pierna (flexión de rodilla), teniendo en cuenta que se origina en la pelvis, también participa en la extensión de cadera.
Diversos artículos han reportado que los isquiosurales, mejor conocidos como isquiotibiales resultan ser los músculos más lesionados (especialmente, el bíceps femoral) en ciertas actividades deportivas como: el fútbol, rugby, atletismo, etc. Ya que estos deportes involucran acciones a alta velocidad de los músculos isquiotibiales, siendo el bíceps femoral el más perjudicado en estos deportes. Suponiendo el 6 – 29% de las lesiones registradas en rugby, fútbol, baloncesto, cricket, running y atletismo, con una alta tasa de reincidencia en el 12 – 31% de los casos.
Además, las lesiones en el bíceps femoral son consideradas una de las causas de reposo deportivo durante la pre temporada con una incidencia del 11%, muy por detrás de las lesiones del recto femoral que cuentan con una incidencia de 29%. Sin embargo, las lesiones en el bíceps femoral son más frecuentes a medida que avanza la temporada deportiva, convirtiéndose en la lesión más recurrente durante la temporada. De los deportistas que han presentado esta tendinitis destacamos al futbolista colombiano Teófilo Gutiérrez, quien presentó este diagnóstico en el 2016.
Teófilo Gutiérrez tiene una tendinitis en el bíceps femoral del muslo derecho, se pierde los partidos ante Uruguay y Paraguay #ElAlargue pic.twitter.com/EfROlpErYt
— Diego Rueda (@diegonoticia) September 30, 2016
Teniendo en cuenta la ubicación del punto de inserción de este músculo (mencionado anteriormente) es compresible que los dolores y demás síntomas se desarrollen en la parte posterior externa de la rodilla. Otros signos y síntomas que indican la presencia de esta tendinopatía son:
En muy raras ocasiones se evidencian dolores o molestias al realizar actividades de bajo impacto, como caminar lentamente sobre una superficie estable, estar de pie o al estar acostado, ya que este tipo de actividades no implican movimientos o acciones que estresen o tiren del tendón afectado.
Esta tendinopatía ocurre con mayor frecuencia en personas que practican deportes que involucren mucha aceleración y desaceleración (rugby, fútbol, baloncesto, running y atletismo). El tendón del bíceps femoral trasfiere las fuerzas producidas por la contracción del músculo bíceps femoral a la región inferior de la pierna, para controlar el movimiento de flexión de la pierna. El uso repetido del músculo bíceps femoral y, por lo tanto, de su estructura tendinosa puede causar inicialmente irritación y progresivamente desgarros microscópicos dentro del tendón. Normalmente, el tendón es capaz de repararse intrínsecamente a sí mismo, lo que significa que las consecuencias de estas microrroturas son mínimas. Pero a veces, la continuación del entrenamiento o un desequilibrio permanente puede causar más daño y una curación fallida. Todo esto conduce a la formación de esta tendinopatía.
Esta lesión se presenta con mayor frecuencia en deportistas, ya que estos generalmente continúan realizando actividad física posterior al inicio de los síntomas, impidiendo que la estructura tendinosa afectada se repare adecuadamente antes del siguiente entrenamiento. Además, hay una multitud de factores causales tanto intrínsecos como extrínsecos, que pueden contribuir al desarrollo la tendinitis del bíceps femoral:
Para iniciar un trabajo preventivo de esta lesión, es necesario tener en consideración los factores causales anteriormente mencionados. Teniendo en cuenta estos factores podemos brindarle las siguientes recomendaciones:
Para que cumplas a cabalidad la última recomendación preventiva, dale un vistazo al siguiente vídeo en donde aprenderás una rutina de entrenamiento excéntrico de los músculos isquiotibiales o isquiosurales (grupo muscular al que pertenece el bíceps femoral):
En la región posterior externa de la rodilla, no sólo se encuentra el tendón afectado en esta lesión deportiva, también se encuentran otras importantes estructuras estabilizadoras de la rodilla, es por ello que es importante llevar a cabo un diagnóstico diferencial antes de dar inicio a cualquier abordaje terapéutico. Conoce los diagnósticos diferenciales de esta tendinopatía a continuación:
El diagnóstico de esta tendinopatía está determinado inicialmente por la anamnesis y la descripción de las molestias por parte del paciente. Las pruebas de movimiento y fuerza muscular de bíceps femoral, y la palpación sugieren si el tendón afectado. La sensibilidad a la presión en el área afectada y la función deteriorada del músculo confirman el diagnóstico.
A pesar que estas pruebas pueden indicar la presencia de tendinitis / tendinopatía del bíceps femoral, la magnitud de la lesión sólo puede ser valorada mediante un estudio de imagen, frecuentemente se usa inicialmente el ultrasonido o ecografía, posteriormente se indica la resonancia magnética (RM) ya que ofrece mayor información sobre el tendón lesionado (evidenciando irritación, inflamación, microrroturas), además, resulta útil para descartar la afectación de otras estructuras.
La primera indicación médica frecuentemente es el reposo deportivo seguido de medidas de enfriamiento que promuevan el proceso de curación cómo el uso de órtesis (rodilleras) y la aplicación hielo sobre la región dolorida. Además, algunos médicos indican medidas farmacológicas cómo el uso de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos cómo el diclofenaco para atenuar el dolor y los demás síntomas. Si los medicamentos orales no surten el efecto deseado, el médico aplica una inyección de corticosteroides o de plasma rico en plaquetas (PRP) en los tejidos blandos peritendinosos.
Teniendo en cuenta que el origen de la tendinopatía radica en la alteración del movimiento, frecuentemente los médicos indican fisioterapia en combinación con las medidas anteriormente expuestas. En la mayoría de los casos, estas medidas son suficientes para tratar adecuadamente la tendinitis, sin embargo, los casos en el que la estructura tendinosa está muy afectado, se indica una pequeña cirugía.
En la mayoría de los casos, las medidas conservadoras son suficientes para tratar adecuadamente la tendinitis..."
La cirugía no se considera una primera opción terapéutica, ya que como hemos comentado el abordaje conservador resulta ser suficiente para la recuperación de esta lesión. Si posterior a 6 meses de tratamiento conservador, se siguen presentando molestias, el tiramiento quirúrgico se convierte en una opción. La operación puede consistir en algunos casos en la eliminación de las adherencias que recubren la estructura tendinosa en caso de ser evidentes. Otros pueden requerir una tenotomía, en donde el cirujano realiza un corte en el tendón para disminuir el estado de tensión.
El profesional de salud experto en el movimiento humano es el fisioterapeuta. Lo que significa que el tratamiento más efectivo para las lesiones generadas por alteraciones biomecánicas en el movimiento (como en esta tendinopatía) es la fisioterapia. Inicialmente el fisioterapeuta lleva a cabo una valoración exhaustiva con la finalidad de establecer los factores biomecánicos causales que promovieron la instauración de la tendinopatía / tendinitis del bíceps femoral, una vez establecidos se inicia la prescripción de ejercicio, el cual estará estructurado y dosificado progresivamente según los requerimientos del caso.
El manejo de esta lesión inicia con el reposo deportivo, lo que significa que se reduce en cierta medida los niveles de estrés y de carga durante el deporte, mientras se indican otras actividades para evitar de disminución de fuerza y movilidad de los miembros inferiores. El reposo deportivo inicialmente es necesario para lograr que la persona lesionada puede descansar y reparar adecuadamente los tejidos afectados, permitiendo una vuelta a la actividad deportiva en poco tiempo y sin recaídas. El abordaje fisioterapéutico no sólo implica intervenciones activas, sino también intervenciones pasivas que permiten controlar los síntomas y fomentar el proceso de curación tendinosa propio del cuerpo. A continuación, les nombraremos las intervenciones más usadas en este caso:
Seguramente te estarás preguntando ¿Qué es Fiit Concept o Fisioterapia Integrativa? esta trata de una nueva visión terapéutica basada en las investigaciones realizadas en la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), las cuales indican como ciertas emociones pueden desmejorar el funcionamiento llevado a cabo por diversos órganos y vísceras, los cuales reaccionan provocando alteraciones musculares y articulares en distintos puntos específicos y esto es debido a la conexión que tienen estas áreas con los órganos o vísceras en disfunción mediante el sistema nervioso simpático y parasimpático. Las emociones según esta medicina no son las únicas causas de una disfunción visceral, adicionalmente se integran el mal manejo del estrés y las alteraciones nutricionales, las cuales en conjunto o por separado pueden conllevar a alteraciones en el sistema musculoesquelético como aumento del tono, rigidez y bloqueos intervertebrales.
Toda esta relación en la cual se basa nuestra visión la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Teniendo esto en claro, podemos afirmar que los factores ortopédicos como la pierna en rotación externa, mala técnica deportiva, rodilla en recurvatum, trastornos en la pisada o el entrenamiento excesivo, no son los únicos factores que favorecen la aparición de la Tendinitis del bíceps femoral. Además, existen otras causas que, aunque son muy frecuentes, no son tomados en cuenta, te hablamos de las disfunciones viscerales específicamente del intestino delgado cuando la tendinitis aparece en el bíceps femoral derecho y disfunción del riñón cuando la tendinitis se presenta en el bíceps femoral izquierdo.
Desde nuestra visión Fiit Concept - Fisioterapia integrativa las disfunciones viscerales del intestino delgado conllevan a la tendinitis en el bíceps femoral derecho, mientras que la disfunción del riñón ocasiona tendinitis en el bíceps femoral izquierdo..."
La presencia de una disfunción visceral del intestino delgado, ocasiona un aumento del tono de la cadena muscular rotadora de la cadera, esto quiere decir que aumenta el tono de bíceps femoral, tensor de fascia lata, vasto externo del cuádriceps y piramidal/pisiforme (rotador externo de la cadera), el aumento de tono muscular constante de este grupo muscular conlleva al aumento de la tensión que el bíceps femoral no puede soportar, lo que ocasiona la tendinitis. Además, la disfunción visceral del intestino delgado provocaría rigidez en el iliaco derecho y en la región lumbar (especialmente de la 4° vértebra lumbar) por lo cual, en algunos casos, antes de iniciarse la tendinitis del bíceps femoral se presentan patologías en la región lumbar (que aparentemente se han corregido) que acaban dejando un desequilibrio muscular que origina esta enfermedad en la rodilla derecha.
Por otro lado, la disfunción del riñón ocasiona rigidez y bloqueos vertebrales de la columna lumbar alta, lo que conduce a inestabilidad de la zona lumbar baja, especialmente del segmento L5-S1 y la sacroilíaca izquierda, así como también un aumento del tono de la cadena rotadora izquierda de la cadera (piramidal, bíceps femoral, vasto externo del cuádriceps), que altera la biomecánica de la rodilla izquierda, ocasionando tendinitis en el bíceps femoral de ese lado. Ambas disfunciones pueden originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Todos estos factores influyen negativamente en el sistema musculoesquelético a nivel lumbar, originando rigidez en la zona lumbar alta y repercutiendo en la biomecánica de la columna lumbar alta y la sacroilíaca, lo que por ende ocasiona la instauración de una tendinitis del bíceps femoral derecha o izquierda como respuesta refleja ante estas disfunciones viscerales.
Queremos brindarte las herramientas terapéuticas necesarias para que continúes tu proceso de rehabilitación fisioterapéutica en casa, con este propósito te dejamos a continuación variedad de vídeos de nuestro portal FisioOnline en YouTube. Además, en esta web Fisioterapia – Online podrás encontrar artículos con importante información basada en artículos científicos.
Los otros músculos pertenecientes a los isquiosurales o isquiotibiales pueden verse también sobrecargados, para disminuir esta sobrecarga y mejorar la función del bíceps femoral, no existe mejor alternativa terapéutica que el dejamos en el siguiente vídeo las directrices necesarias para realizarlos correctamente:
Cómo hemos destacado anteriormente, una técnica tanto preventiva, como terapéutica en esta lesión, resulta ser el estiramiento. Es por ello que te dejaremos a continuación, las instrucciones para realizar dos efectivos estiramiento de los músculos isquiosurales o isquiotibiales:
Un estiramiento más enfocado en flexibilizar el músculo afectado en esta tendinopatía, es el que te mostraremos en el vídeo a continuación:
Te presentaremos en el vídeo a continuación, un plan terapéutico compuesto por variados ejercicios, estiramiento y automasajes que te ayudarán a recuperarte de esta molesta lesión de manera rápida y efectiva, disminuyendo así el riesgo de recidivas:
Finalmente queremos destacar que, es importante el entrenamiento excéntrico para la recuperación de la presente tendinopatía. Por ello, te mostramos otras alternativas de ejercicios de potenciación excéntrica en el vídeo a continuación:
Si no se trata, la tendinopatía del bíceps femoral puede provocar un dolor crónico en la región posterior de la rodilla y una interrupción extensiva del entrenamiento deportivo. Los casos de tendinitis del bíceps femoral leve o moderada diagnosticados y tratados tempranamente, tienen un pronóstico favorable, logrando la eliminación total de sus síntomas en unas 2 a 3 semanas.
En casos agravados, los síntomas pueden durar varias semanas y extenderse aún más si no se protege y trata adecuadamente al tendón. Sin embargo, como regla general, con el tratamiento adecuado debería resolverse en 3 a 6 meses. Es importante destacar que la cronificación es muy frecuente, si no se trata adecuadamente; además, que la desaparición de los síntomas no significa que no vuelva en un futuro, ya que si no se mantienen las correcciones realizadas en la rehabilitación pueden hacer recidivas a futuro.