Muchos pacientes acuden a las consultas de fisioterapia después de una resonancia magnética, manifestando padecer una hernia discal, sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de una protrusión discal cervical. La mal llamada “protusión” puede generar dolor cervical o no, por lo que en ocasiones pasan años sin ser detectada. A continuación, podrás encontrar la información que buscas sobre esta discopatía:
La historia de esta afección inicia en las primeras civilizaciones, los egipcios y los griegos hablaban de una relación entre las afecciones de la columna y la sintomatología en las extremidades. Hipócrates con una compresión más naturalista, prescribió descanso, masajes, calor, cambios en la dieta y música para tratar estos síntomas.
El término médico protrusión proviene de la palabra en latín “protrusĭo” la cual significa algo así como “desplazamiento hacia delante” y que en esta afección hace referencia al desplazamiento del disco intervertebral cervical.
En 1911 los médicos Joel E. Goldthwait y Robert B. Osgood, hablaron sobre la protrusión discal al momento de describir la causa de paresia de las extremidades inferiores. Con los avances obtenidos en 1980 con respectos a las modalidades de imagenología, se pudo evidenciar los distintos grados de discopatías, diferenciando la protrusión de la extrusión discal. Determinando en ese momento que el abultamiento de disco no era patológico y que no debía eliminarse quirúrgicamente.
Antes de definir esta patología, es necesario saber que los discos intervertebrales consisten en una estructura gelatinosa cubierta por un anillo de cartílago fibroso, son encargadas de mantener unido los cuerpos óseos de la columna vertebral. En la región de la columna cervical esta unión es altamente flexible lo que provee al cuello de una amplia libertad de movimiento, haciéndolo propenso a sufrir de lesiones. Teniendo esto en claro, la protrusión discal cervical trata de un cambio patológico en el disco intervertebral, en donde el núcleo pulposo no sobresale y el anillo fibroso del disco intervertebral no se desgarra, sino que el mismo solo se arquea hacia afuera y, en el peor de los casos, se rasga muy ligeramente.
Esta afección representa una etapa preliminar a la aparición de una hernia discal cervical.
Generalmente un disco abultado a nivel cervical puede ser indoloro, pero en ocasiones la inflamación presente puede causar dolor y movimiento restringido en el nivel espinal afectado, que también puede irradiarse a otras zonas del cuello. Estos síntomas pueden ser resueltos satisfactoriamente en la mayoría de los casos mediante tratamientos conservadores, de los cuales les hablamos más adelante.
En la siguiente infografía presentamos las lesiones más frecuentes del disco intervertebral, además de la protrusión discal:
Los tipos de protrusiones discales en el cuello van a variar dependiendo de la dirección en la que se encuentre el abombamiento del disco fibroso, siendo los mismo los siguientes:
Se puede decir que hasta el 20% de las personas menores de 50 años muestran un abombamiento discal en una resonancia magnética, pero no muestra sintomatología como dolor de espalda, entumecimiento o debilidad muscular. Las personas mayores de 75 años, son más propensas a esta afección, con una probabilidad de un 75%.de que tenga un abultamiento del disco intervertebral, pero que no cause ningún problema.
Estudios recientes han afirmado que incluso en el caso de los discos herniados, al menos 3 de cada 100 personas no notan absolutamente nada al respecto.
La probabilidad de que su dolor de espalda se deba a una hernia de disco o un disco sobresaliente es muy baja, solo el 4% de todos los síntomas en la espalda, como el dolor, se deben a una hernia de disco. En 2013 el Real Madrid admite que Bale padece de una protrusión discal, pero niega que tenga una hernia.
El Madrid admite una protrusión discal de Bale, pero niega que tenga una hernia http://t.co/CgmuOwsKCN
— Telediarios de TVE (@telediario_tve) October 12, 2013
Un abombamiento discal cervical se produce principalmente por la disminución del contenido de agua del disco intervertebral afectando sus propiedades elásticas, por lo que el anillo fibroso y las diversas estructuras musculares no pueden mantener su función de retención y evade la presión ejercida sobre el núcleo gelatinoso, ocasionando que el anillo fibroso sobresalga más allá del borde de su posición anatómica, pudiendo estrechar el canal por donde pasan los nervios o la médula.
La desecación o deshidratación discal ocurre con el tiempo, favorecida por el proceso de envejecimiento natural y promovida por la falta de ejercicio o el estrés excesivo.
El inicio de esta patología no puede ser detectable por la persona que lo padece, ya que los signos de desgaste y deshidratación no necesariamente conducen al dolor, por lo que su presencia sólo puede ser detectada a través de estudios de imagenología como la resonancia magnética. Aunque sus signos no son percibidos en el inicio de la degeneración discal, existen varios factores que aumentan su riesgo de aparición, de los cuales hablaremos más adelante.
Inicialmente un abultamiento de disco intervertebral cervical puede estar libre de síntomas. Y si se manifiesta la sintomatología como el dolor, puede irradiarse a otras partes del cuello y los miembros superiores. Las ubicaciones de las regiones afectadas dependen de qué nivel de la médula espinal cervical o qué nervios están comprimidos por la protuberancia.
El dolor resultante de la protrusión cervical, es debido a las reacciones inflamatorias y no de la compresión de los nervios. Cuanto más se abulta el disco intervertebral, más fibras nerviosas pueden verse afectadas, desencadenado síntoma tales como:
Las causas de una protrusión discal cervical son similares a las de una hernia discal cervical. En primer lugar, como hemos mencionado anteriormente la pérdida de la capacidad hídrica del disco cervical puede contribuir al deterioro de la función amortiguadora del mismo produciendo abultamientos o incluso desgarros del anillo de fibra que recubre el núcleo pulposo. Además de esto, existen otros factores causales que pueden originarla, de los cuales destacamos los siguientes:
Por otro lado, desde la visión Fiit Concept queremos destacar que la protrusión discal cervical también puede ser ocasionada por disfunciones viscerales, ya que la región cervical tiene una fuerte relación con las funciones hepático biliar, estas funciones pueden verse alteradas por factores emocionales (estrés. crispación, enfado y cólera) y nutricionales (inadecuada alimentación y consumos de fritos, café, naranja, embutido, queso…).
Una disfunción en el hígado puede bloquear la zona dorsal lo que repercute en la movilidad y la estabilidad del área cervical, provocando presión sobre el disco intervertebral deshidratándolo y haciéndolo propenso a protrusiones cervicales hacia el lado derecho.
Ahora bien, una afección en el estómago o la vesícula biliar puede generar tensión y rigidez en la columna dorsal, la cual desmejora el movimiento de la columna cervical volviéndola inestable e hipomóvil, repercutiendo negativamente en la capacidad hídrica del disco intervertebral cervical, haciéndolo propenso a protrusiones cervicales hacia el lado izquierdo.
Así como una hernia, una protrusión cervical (protusión) no se puede prevenir desde todos los aspectos, por ejemplo, los factores genéticos, las debilidades estructurales y las lesiones del tejido conectivo no son algo que pueda ser influenciado directamente. Sin embargo, existen ciertas acciones que al realizar pueden ayudar a fortalecer la espalda y especialmente los músculos del cuello a través de ejercicios específicos de fuerza y movimiento.
En el siguiente vídeo la fisioterapeuta Lara Barreiro, les explicará cuáles son los ejercicios para fortalecer la musculatura cervical que permiten reducir el riesgo de sufrir protrusiones discales a nivel cervical:
Además del entrenamiento de la región cervical, se recomienda evitar las posiciones estáticas del cuello en la vida diaria y especialmente durante el trabajo (por ejemplo, el trabajo de oficina), en este caso algunas soluciones ergonómicas serán útiles para cuidar la salud del cuello. Es importante también mantener una vida saludable en donde mantenga una dieta balanceada y evite las situaciones de estrés que puedan repercutir negativamente en su salud.
Debido a que el abultamiento y la hernia discal cervical son afecciones degenerativas de los discos intervertebrales del cuello, pueden conllevar una similitud en los síntomas. Sin embargo, son diferentes y una precede a la otra.
Tanto en la protrusión de los discos intervertebrales como en el caso de una hernia de disco, se forman grietas en el anillo de cartílago externo del disco intervertebral, que resguarda el núcleo gelatinoso interno, el cual cumple el papel amortiguador.
La diferencia entre ambas, es que, con el abultamiento de los discos intervertebrales, el anillo de cartílago permanece intacto, lo que significa que el núcleo gelatinoso sobresale, pero no se extiende hacia el exterior. Sin embargo, en el caso de una hernia de disco, el núcleo pulposo penetra completamente el anillo fibroso hasta llegar al exterior. También a diferencia del disco herniado, la capacidad de retractación es mayor por lo que se reabsorben más fácilmente que las hernias discales.
Un médico especializado en columna vertebral generalmente puede inferir la altura y la ubicación del problema en función de la sintomatología descrita por el paciente y con ayuda de un examen neuro-ortopédico. Pero para garantizar el diagnóstico clínico de esta discopatía, es absolutamente necesaria una imagen de resonancia magnética actual de la columna cervical. Ya que, con ella, el médico puede evaluar el estado del disco intervertebral afectado y su proximidad topográfica a las raíces nerviosas y la médula espinal.
Las protrusiones más frecuentemente diagnosticadas son las protrusiones (protusiones) cervicales entre C5-C6 y C6-C7, así como las que afectan la columna lumbar en el segmento L5-S1.
Inicialmente un abombamiento discal cervical se trata con analgésicos y antiinflamatorios para disminuir las molestias en el cuello, estos actúan periféricamente en el sitio del desarrollo del dolor y la inflamación. También son indicados relajantes musculares que disminuya la tensión en los grupos musculares de la región cervical. En casos graves, se inyectan antiinflamatorios directamente en la columna vertebral cervical para aliviar el dolor. Además, para evitar la tensión espinal excesiva y disminuir el dolor, el médico suele indicar collarín ortopédico, sin embargo, esto promueve la debilidad muscular ya presente a nivel cervical, por lo que no es recomendable su uso prolongado.
Se suele indicar collarín ortopédico, sin embargo, esto promueve la debilidad muscular que ya presente a nivel cervical, por lo que no es recomendable su uso prolongado.
Esta patología rara vez se opera porque generalmente no causa problemas graves, como daño nervioso o parálisis. Sin embargo, la cirugía generalmente está indicada en el caso de que haya signos de parálisis, con la finalidad de aliviar lo más rápido posible la raíz nerviosa afectada por la presión del abombamiento. A corto plazo, las operaciones pueden ayudar con los discos afectados en la columna cervical, pero a mediano y largo plazo, los resultados de los pacientes operados y no operados son los mismos.
Los objetivos principales para tratar este problema a través del tratamiento fisioterapéutico es la obtención de una adecuada estabilización y fortalecimiento de los músculos de la espalda alta, que favorezcan la reabsorción del disco cervical protruido. Desde nuestra visión Fisioterapia Integrativa - Fiit Concept buscamos un tratamiento más integral, en donde valoramos los factores causales asociados a la protrusión y en base a ello diseñamos el tratamiento apropiado para el caso. El tratamiento a realizar en líneas generales es:
Nuestra visión Fiit Concept - Fisioterapia Integrativa está basada en la resolución de las causas que frecuentemente no son tomadas en cuenta. Esta visión está basada en la filosofía de la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), este tipo de medicina establece que cada emoción contribuye al desarrollo de una alteración de algún órgano o víscera en concreto, que esta alteración a su vez ocasiona alteraciones musculares y articulares de manera refleja a través de la comunicación que mantienen por el sistema nervioso. Además, otros factores causales pueden comprometer el correcto desarrollo de las funciones de determinados órganos y vísceras, tales como la nutrición y el mal manejo del estrés que finalmente generan alteraciones en el sistema musculoesquelético.
Toda esta relación la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Teniendo esto en claro, podemos afirmar que no sólo los factores causales provenientes del ámbito físico o mecánico (malas posturas, deformidades en la columna cervical, lesiones traumáticas, exceso de ejercicio, sedentarismo…) nombrados en este artículo, conlleva a la aparición de la protrusión discal cervical, sino que también la presencia de estrés, alteraciones nutricionales y emocionales pueden ser los causantes.
La protrusión discal cervical desde nuestra visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, se origina como consecuencia de una disfunción visceral del hígado, estómago y vesícula biliar.
Estos órganos cuando están en disfunción pueden ocasionar inicialmente rigidez articular y contractura muscular en la región dorsal, estas alteraciones a su vez influyen en la biomecánica cervical provocando que la región cervical se vuelva hipermóvil e inestable lo que finalmente ocasiona mayor presión sobre los discos intervertebrales cervicales.
Una afectación en el hígado puede bloquear la zona dorsal lo que repercute en la movilidad y la estabilidad de la zona cervical, que provoca presión sobre el disco intervertebral deshidratándolo, haciéndolo propenso a protrusiones cervicales hacia el lado derecho.
Ahora bien, una afección en el estómago o la vesícula biliar puede generar tensión y rigidez en la columna dorsal, la cual desmejora el movimiento de la columna cervical volviéndola inestable e hipermóvil, lo que repercute negativamente en la capacidad hídrica del disco intervertebral cervical, haciéndolo propenso a protrusiones cervicales hacia el lado izquierdo. Estas disfunciones pueden originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Al fin y al cabo, todos estos factores influyen negativamente en la tensión de los músculos cervicales, lo que por ende ocasiona la instauración de una protrusión izquierda o derecha como respuesta refleja transmitida por el sistema nervioso.
Desde nuestro portal de YouTube FisioOnline, te compartimos vídeos informativos que te ayudarán a detener la sintomatología generada por el abombamiento discal cervical, a través de ejercicios, automasajes, estiramientos y otros autocuidados indicados por nuestro grupo de expertos fisioterapeutas.
En el primer vídeo Iñigo Junquera te explica de qué trata la protrusión discal y cuáles son las medidas terapéuticas disponibles para tratar sus molestos síntomas:
Teniendo en cuenta que la contractura o tensión cervical es uno de los principales síntomas de esta patología, te dejamos el siguiente vídeo en donde te ofreceremos un fácil tratamiento y solución a través del auto-masaje de la zona del cuello:
Una protrusión de los discos intervertebrales cervicales se trata principalmente de forma conservadora y generalmente se cura por completo en cuatro a seis semanas. La terapia conservadora incluye principalmente un abordaje adecuado para el dolor, intervenciones que permitan relajar los músculos afectados, fisioterapia y ejercicio terapéutico.
La terapia quirúrgica es solo una opción con un disco protruido, la razón de esto es que la cirugía no es superior a la terapia conservadora en este caso, aumentando el riesgo de abultamiento recurrente de los discos intervertebrales cervicales.
Sin embargo, la cirugía para protrusión en el cuello puede ser útil si hay debilidad muscular, debido a fibras nerviosas presionadas o si hay presencia de un dolor muy intenso que no responde ante las medidas conservadoras.