"Un parto es la cosa más natural del mundo". Tal vez hayas escuchado esta frase antes, ¿no? Entonces, ¿por qué deberías prepararte para ello? La respuesta es simple, para cuidar las sensaciones físicas y emocionales que serán percibidas por la futura madre. En el siguiente artículo encontrarás información que ayudará a los futuros padres antes del parto: ejercicios, masajes, estiramientos y otros consejos.
Históricamente uno de los pioneros en la preparación al parto fue el obstetra británico Grantly Dick-Read, el cual declaró en 1933 que el dolor excesivo en el trabajo de parto, resultaba de la tensión muscular que surge del miedo al proceso de alumbramiento, y propuso que las embarazadas asistiesen a un curso de estudio para aprender a acondicionar sus cuerpos con ejercicio y sus mentes con información y técnicas de relajación para lograr un parto menos doloroso. Adicionalmente este obstetra sugiere la participación activa en la sala de partos por parte del padre. Sus investigaciones han servido para la creación de nuevas filosofías de preparación al parto.
Un parto es siempre una experiencia excepcional y única para la vida de la madre, por lo cual, es necesario brindarle las herramientas que le ofrecerán seguridad y confianza a la embarazada, mejorando la experiencia del parto.
En la actualidad existen diversas medidas terapéuticas que permiten preparar a la madre para el alumbramiento, asegurándose de esta manera que el evento sea lo menos traumático y doloroso posible. Estas preparaciones pueden darse en clases grupales o en clases particulares, realizadas por fisioterapeutas, obstetras, comadronas o especialistas en educación maternal. Estas clases suelen iniciarse en el 6° o 7° mes de embarazo, sin embargo, teniendo en cuenta que la madre presenta innumerables dudas desde el inicio de la concepción, queremos aclararte importantes conceptos que te ayudarán a aclarar muchas de tus interrogantes.
El proceso de alumbramiento puede variar en cada mujer, siempre se trata de conseguir un parto natural, sin embargo, en ocasiones esto no es posible motivado a complicaciones que pueden surgir en el embarazo o parto, lo que conlleva al médico tratante a decidir a que el proceso natural no pueda ser posible, en otros casos es por decisión de la propia madre.
A continuación, explicaremos las características de cada tipo:
Trata de la salida natural del bebé por el canal vaginal, sin ayuda externa. El cuerpo de una mujer está diseñado para cumplir con este tipo de parto, al igual que el bebé también está equipado para este proceso, por ejemplo, las estructuras óseas del cráneo son flexibles lo que hace que la cabeza se adapte más fácilmente a la pelvis de la madre, en la salida a través de la vagina.
En este caso el inicio del parto se llama fase de apertura, en donde el cuello uterino, que anteriormente estaba bien cerrado en el embarazo, se abre hasta 10 centímetros, para que la cabeza del bebé atraviese el cuello uterino. Esta fase puede tomar entre seis y diez horas.
Cuando la apertura del cuello uterino alcanza los 10 cm, generalmente comienza la fase de expulsión. Las contracciones son ahora aproximadamente cuatro veces más fuertes que al principio y el niño es presionado a través del canal de parto, en cuanto termina de salir la cabeza, le siguen los hombros y el bebé se desliza fuera del canal de parto.
Una vez se ha extraído el bebé, comienza la fase de alumbramiento que con ayuda de la oxitocina permite lograr la expulsión de la placenta por el canal vaginal y la reducción natural del útero. La duración del parto natural o vaginal desde la fase de apertura hasta el nacimiento es variable en cada mujer y generalmente toma entre 8 y 14 horas.
Este tipo ocurre cuando se presentan complicaciones en el parto, es un proceso que requiere asistencia médica instrumental o tecnológica para lograr la expulsión del bebé, los dispositivos más frecuentes para ser usados son las ventosas y el fórceps, los cuales contribuyen a extraer el bebé sujetándolo por la cabeza.
En los casos de que un parto natural o vaginal se vea complicado y la expulsión del bebé se detenga en el canal vaginal, existe otro procedimiento denominado episiotomía.
El mismo consiste en la realización de un corte en el perineo que permite ampliar la abertura vaginal para facilitar el paso del bebé, evitando que la zona se desgarre o agriete de mala manera.
En una cesárea también llamado parto abdominal, el niño no nace a través de la vagina de la madre, sino a través de una apertura realizada quirúrgicamente en la parte baja del abdomen a la altura de la pelvis.
En este tipo de parto el médico especialista abre la pared abdominal y el útero, para extraer por la apertura realizada al bebé y la placenta.
Luego se vuelve a coser el útero y la pared abdominal. La madre necesita anestesia para una cesárea.
En la mayoría de los casos, recibe una epidural, a veces es necesaria la anestesia general.
Es necesario destacar que la mayoría de los partos suelen darse sin problemas o complicaciones, ya que en la actualidad son procesos vigilados y supervisados con mucha antelación. Sin embargo, siempre existe un cierto riesgo de que ocurran complicaciones que interrumpan el curso del parto. Algunos riesgos ya se pueden detectar en el período de gestación, otros ocurren de manera inesperada en el parto. Siendo así, las complicaciones que pueden darse durante el parto son:
Si surgen dificultades imprevistas durante el parto o incluso si existe un peligro para el niño o la madre, puede cambiar a un parto vaginal por una cesárea.
Esto no quiere decir, que el parto instrumental, el parto con episiotomía o la cesárea no conlleva ciertos riesgos o complicaciones, tales como:
Son varias las horas que se llevan desde la primera contracción hasta escuchar el llanto del bebé, la culminación del embarazo suele dividirse en tres fases, siendo estas las siguientes:
Cómo puedes notar cada fase conlleva procesos distintos, que los permiten diferenciar entre ellos. Pero las más importantes señales que pueden indicar que estas en trabajo de parto son:
Una vez aclarados los conceptos claves que describen todo este complicado proceso, proseguimos a las recomendaciones más importantes que permiten la disminución de riesgos y molestias, así como también la obtención de un mejor proceso de recuperación. Nuestra recomendación es que la preparación al parto, se inicie en la semana 28 de embarazo, sin embargo, la embarazada puede iniciarlo en la semana 14 del embarazo. En estas clases las mujeres embarazadas aprenden cómo pueden promover y facilitar este proceso en ellas mismas través de diversas intervenciones terapéuticas, las cuales consisten en:
Estas intervenciones permiten a la madre relajarse con mayor facilidad en la situación estresante del parto, reducir la presencia de calambres y de ansiedad, también se logra influir positivamente en la percepción del dolor. Adicionalmente, la preparación al parto permite la obtención de conciencia y control sobre las estructuras involucradas en el parto, aquellas que se encuentran en la región lumbopélvica, como los músculos lumbares y del suelo pélvico, así como también el cuello uterino y el perineo. Aquellas que se preparan intensamente para el parto reducen su miedo y ganan confianza en sus propias habilidades. Investigaciones recientes han demostrado que las mujeres que han participado en este tipo de preparaciones, dan a luz con menos dolor y se recuperan con mayor facilidad.
A continuación, les dejamos varios vídeos de nuestro canal FisioOnline YouTube algunas técnicas que puede realizar usted misma, sin embargo, es importante destacar que es una guía y que sólo deben ser realizadas si su médico lo aprueba.
Para evitar lesiones en el perineo durante el parto, en las últimas semanas del embarazo, usted puede flexibilizar el perineo con un automasaje perineal, es decir, con un masaje hacia el área que está particularmente estresada en el parto. De esta manera, se puede prevenir una ruptura o corte del perineo (episiotomía). Aprenda cómo realizar este automasaje en el siguiente vídeo:
Son variados los músculos y demás estructuras que participan en el proceso del parto, para tomar consciencia de estas estructuras y mejorar su funcionamiento, te aconsejamos realizar los siguientes ejercicios recomendados para realizar durante el embarazo:
Es importante resaltar el efecto analgésico que puede brindar el ejercicio terapéutico en mujeres embarazadas, debido a que permite mejorar la calidad de las contracciones lo que consecuentemente ocasiona la disminución del dolor durante el parto. En el siguiente vídeo aprenderás ejercicios enfocados en la movilización de la pelvis y las caderas con ayuda de una pelota terapéutica:
Encontrar una postura menos dolorosa cuando ha iniciado el proceso del parto, suele ser algo complicado, es por ello que en el siguiente aprenderás los ejercicios, los estiramientos y las movilizaciones que permiten mejorar y facilitar el proceso del parto:
Una vez llegado el día de la llegada del bebé, la dilatación es un factor importante, la misma puede ser mejorada mediante ciertas posturas, lo que consecuentemente facilita el deslizamiento del bebé por el canal del parto. Aprende en el siguiente vídeo posturas para ayudar a dilatar mejor y más rápido:
Tomar clases de preparación antes del momento del nacimiento puede resultar altamente beneficiosas tanto para la madre como para el bebé. La actividad física en el embarazo es la preparación ideal para el parto. Los ejercicios principalmente estiran y mejoran la contracción de los músculos de áreas que se usan mucho durante el embarazo y el parto, tales como el suelo pélvico, la espalda y el abdomen.
Otros beneficios obtenidos son:
Además, es importante destacar que el ejercicio regular es bueno tanto para la madre como para el bebé, ya que con estas acciones el feto recibe una mejor oxigenación y una gran cantidad de nuevos estímulos a través de los movimientos, los cuales tienen un impacto positivo en su proceso de desarrollo.