Una idea que cada vez está más aceptada es la de que el ser humano es un todo, hablaríamos de la unidad fisio-psico-emocional, es decir, la unidad humana va a estar formada de la parte física el cuerpo en si, la parte más sencilla de observar, lo que vemos a primera vista, además se va a componer de la parte psicológica, la parte psíquica es la encargada del pensamiento, el conocimiento, las decisiones que tomamos…y la parte emocional, las emociones, cómo nos sentimos cómo nos afecta lo que nos rodea…
Estas tres áreas forman el todo, forman a la persona, y afectaciones de una de las esferas van a crear alteraciones en las otras dos.
La afectación de la emoción en la postural corporal
El lenguaje actual está lleno de expresiones que hacen referencia a esto: cuando alguien habla de un problema dice tengo un gran peso encima, de la misma manera que si vemos a alguien triste, con mala cara, le decimos que está alicaído, pero también hay expresiones que hacen referencia a lo contrario, a un buen estado anímico, como llevar el pecho hinchado de orgullo.
Este tipo de expresiones no hace sino hacer referencia a la influencia de las emociones en la postura corporal, para ver esto de una manera más clara podemos además hacer un sencillo ejercicio de toma de consciencia de nuestra postura todas las noches, unos minutos, primero con los ojos cerrados, pensar en nuestra posición y nuestra estática y después observando nuestro reflejo de cuerpo entero en un espejo, por último vamos a pensar en cómo nos ha ido el día y cómo nos sentimos…este sencillo ejercicio nos va a permitir comprobar la influencia de las emociones en la postura.