Un pie plano frecuentemente no causa molestias destacables, esto debido a que los pies planos flexibles son más comunes que los rígidos, por lo que el cuerpo puede realizar compensaciones ante esta alteración en los pies, disminuyendo la probabilidad de padecer molestias o restricciones funcionales. Muy diferente a lo que ocurre en los pies planos rígidos que, dependiendo de la gravedad, puede causar dolor y restringir el movimiento. Lea todo sobre los pies planos en el artículo a continuación:
El pie plano es una de las deformidades más comunes del pie y es mejor conocido por sus sinónimos: pie caído, pes planus, arcos vencidos. El término pie plano indica el aplanamiento del arco longitudinal medial del pie, el cual en un pie sano presenta un ligero arqueamiento que permite una mejor distribución del peso axial.
A diferencia de un pie sano, el esqueleto de un pie plano no tiene un arco longitudinal. Por lo tanto, carece de la curvatura natural desde el talón hasta el antepié. Como resultado, el borde interior del pie se hunde de modo que toda la planta del pie descansa en el suelo cuando se camina o está en pie, lo que refleja en la huella como una pisada pronadora. Además, en los pies caídos no es solo el arco longitudinal el que suele desaparecer. Dependiendo de la gravedad de la deformación, además, se presentan otras alteraciones en la biomecánica del pie. Por ejemplo, el borde exterior del pie se eleva (pronación excesiva). El tendón de Aquiles se puede acortar y el talón y el antepié a menudo se doblan hacia afuera (talón en valgo o antepié en abducción).
Esta deformidad es clasificada de varias maneras, dependiendo de su origen podemos decir que existen dos tipos: congénitos o adquiridos:
Son infrecuentes y a menudo se presentan junto con otras malformaciones o enfermedades. Pueden ser unilateral o bilateral. Los bebés afectados presentan una deformidad muy pronunciada en el pie. La razón de este tipo de pie plano es que ciertos huesos del tarso están en la posición incorrecta. El astrágalo, que conecta el pie con la pierna, está demasiado inclinado y también se desplaza hacia el interior y la planta del pie. Por tanto, el astrágalo no puede formar conexiones articulares normales con otros huesos del tarso.
En este caso los pacientes con pie plano adquirido inicialmente nacen con una biomecánica normal del pie y la deformación se va desarrollando a lo largo de la vida. Dependiendo de la edad a la que se presente, se pueden distinguir diferentes tipos de pie plano adquirido:
El pie plano adquirido en un niño no debe confundirse con el pie plano fisiológico en la infancia, los niños hasta los seis años de edad tienen una posición diferente a la de los adultos. El arco longitudinal no se forma realmente hasta los seis y los diez años de edad, cuando la posición de las piernas y de los pies se normaliza. Por otro lado, el pie plano adquirido infantil, tiene causas no naturales y permanece permanente sin tratamiento.
Ahora bien, según las características de la deformación se distinguen dos tipos: uno flexible (planoflexible) y otro rígido (valgos dolorosos)
Generalmente un pie sano posee dos arcos en la planta, que estabilizan, sostienen y dan forma al pie: el arco longitudinal y el transversal. Gracias a la unión de estos arcos se crea la típica huella que mostramos en la pasada infografía. Ahora bien, si el arco longitudinal esta disminuido o no existe, la planta del pie en toda su longitud toca el suelo. Esta deformación biomecánica conlleva a la alteración biomecánica en otras áreas. Principalmente el eje de la tibia se desvía hacia afuera, la parte interna del tobillo se inclina hacia adentro mientras que el talón se desvía hacia afuera lo que altera el patrón de marcha normal y conlleva a las siguientes afecciones como consecuencia:
Los niños y las mujeres presentan con mucha más frecuencia esta deformación. En los casos de las mujeres se ve relacionado, por un lado, a un tejido conectivo débil y, por otro lado, al uso de calzado inadecuado: tacones altos y zapatos puntiagudos que ejercen mucha presión sobre el antepié. Se estima que alrededor del 20% al 37% de la población tiene algún grado de pie plano, siendo la mayoría de los casos pies planos flexibles. Por lo general, es más común en los niños, 20-30% de los niños con algún tipo de pie plano, pero la mayoría de los niños desarrollan un arco normal a la edad de 10 años.
#SabíasQue el pie plano afecta hasta el 20% de la población en México. >> https://t.co/609C2vasoE pic.twitter.com/OVLRaVX1mO
— Notimex (@Notimex) December 29, 2016
Aparte del hecho de que un pie plano pronunciado es claramente reconocible, con el tiempo puede causar molestias y notables síntomas a quien lo padece. Con deformidades leves, es posible que no haya ningún síntoma, pero si la desalineación es severa, puede ocurrir dolor y movilidad reducida. El dolor ocurre principalmente en el borde interno del pie debajo del maléolo interno y, a menudo, se extiende a la parte inferior de la pantorrilla. Además, puede haber hinchazón del tobillo interno y / o externo.
Por lo general, los pacientes con pies planos tienen un movimiento levemente restringido: la mayoría de las veces, no pueden caminar las distancias que su disposición debería permitirles. Se quejan de dolor en el pie y fatiga temprana. A veces también hay dolor en la parte inferior de la pierna durante el ejercicio.
Cómo comentamos anteriormente si no se corrige el descenso del arco plantar, la mala posición del pie tiene consecuencias para la biomecánica de todo el cuerpo. Debido a que el arco longitudinal no cumple su función de amortiguación, puede ocurrir dolor de rodilla, así como también pueden aparecer problemas de cadera o de espalda. A veces, se forman puntos de presión o callosidades visibles en el pie afectado.
La desalineación progresiva en los arcos puede reflejarse en el desgaste de tus zapatos. Un arco plantar descendido conlleva a una pisada pronadora acentuada, lo que ocasiona que las suelas de los zapatos estén particularmente desgastadas en el borde interior. Las suelas a menudo se desgastan debido a la gran carga peso sobre el borde interior.
El pie plano congénito es principalmente de origen hereditario, ya que varios miembros de una familia a menudo lo tienen. Sin embargo, esto no significa que un niño necesariamente va a nacer con esta deformidad si uno de los padres lo presenta. Solo aumenta la probabilidad de desarrollarlo. Aún no se conocen las causas exactas de los pies caídos congénitos.
Los pies planos adquiridos suelen desarrollarse como resultado del deterioro de las estructuras de soporte de los pies, especialmente la del tendón del tibial posterior. Puede haber muchos factores desencadenantes de esta situación, siendo los más destacables los siguientes:
No se puede evitar su formación de manera directa. Sin embargo, puede reducir el riesgo de tener pies caídos evitando factores causales desencadenantes como el sobrepeso o los zapatos demasiado ajustados o de tacón alto. Si usted presenta esta deformación, es muy probable que sus hijos la hereden, por lo que debe asegurarse de que sus hijos usen zapatos adecuados desde el inicio de la marcha; esto no solo evita los pies planos adquiridos, sino también otras desalineaciones del pie.
El calzado inadecuado puede desmejorar la salud de tus pies, por lo que te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde un profesional en podología te brindará importante información que te ayudará a seleccionar el calzado adecuado para las características de tus pies, con la finalidad de evitar el desarrollo de enfermedades u deformidades como dedos en garra. Dedos en martillo, juanetes y por supuesto esta deformidad:
El diagnóstico se basa en un examen clínico detallado por parte de un especialista que los examina mientras el paciente camina, está de pie y de manera pasiva mientras el paciente esta acostado. El médico comprobará manualmente el rango de movimiento de las articulaciones del pie. Si la movilidad está restringida, esto puede indicar, por un lado, osificaciones o conexiones óseas entre ciertos huesos del tarso que han existido desde la primera infancia o artrosis, es decir, desgaste severo del cartílago en la zona de la articulación inferior del tobillo. Esto permite clasificar la deformación como rígida o flexible.
Además del examen clínico, los estudios de imagen como la ecografía y la resonancia magnética juegan un importante papel en la valoración diagnóstica. La ecografía puede mostrar directamente el engrosamiento o incluso un desgarro del tendón tibial posterior. Mientras que con una resonancia magnética (RM), el especialista puede hacer una clasificación precisa de la gravedad del daño tisular y una diferenciación exacta entre la inflamación del tendón en sí y / o la vaina del tendón, la degeneración del tendón o desgarros parciales o completos.
Las enfermedades concomitantes como la artrosis articular, el daño circunscrito del cartílago, las lesiones en otros tendones y ligamentos también se pueden mostrar con exactitud en la RM, por lo que el examen de resonancia magnética es particularmente necesario si la deformidad en muy agravada, cuando se planea una operación o cuando los síntomas han persistido durante un largo período de tiempo.
Para una mayor diferenciación y para evaluar el grado de gravedad, el médico verifica la posición de los pies durante la marcha, para ello es muy probable que indique la medición de la presión de la pisada mediante una pedobarografía la cual mide la distribución de la presión debajo de las plantas de los pies al estar de pie y al caminar, este estudio permite evidenciar desalineaciones, tendones débiles y desequilibrios musculares; información altamente útil para el momento del diseño del plan terapéutico.
Hay varias formas en las que los médicos tratan el pie plano. Si bien las deformidades adquiridas a menudo no requieren intervención quirúrgica, la cirugía suele ser inevitable en caso de deformidades agravadas.
Por lo general, los médicos indican a todos los tipos de pies planos un abordaje terapéutico conservador de manera inicial, si este no suele surtir el efecto deseado se indica cirugía. En la mayoría de los casos, los pacientes con síntomas y molestias importantes pueden conseguir alivio mediante el uso de plantillas ortopédicas diseñadas para su caso. Sin embargo, las plantillas ortopédicas pueden debilitar los músculos del pie, por lo que, al contrario, puede ser desfavorecer para la salud del pie. Por ello, los médicos indican fisioterapia para acompañar esta indicación terapéutica.
Los pacientes obesos y con sobrepeso se les refiere a un especialista en nutrición para que reciban el asesoramiento adecuado sobre la pérdida de peso mediante cambios nutricionales y dieta. Los casos sintomáticos en los que se evidencia dolor e inflamación se les indica medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, ibuprofeno). Así cómo es posible, que los médicos apliquen inyecciones de cortisona a la zona dolorida. Pero es importante destacar que se ha comprobado en la actualidad, que las aplicaciones repetitivas de estas inyecciones desmejoran la constitución de tejidos tendinosos como el tendón del tibial posterior.
Generalmente, un niño suele ser operado cuando existen deformidades importantes de los huesos del tarso, la cirugía es realizada cuando están pequeños, para conseguir una mejor corrección de la posición incorrecta de los huesos del tarso. A esto le sigue un tratamiento de seguimiento con plantillas especiales y órtesis, que puede llevar meses o incluso años. La cirugía innecesaria en los niños puede provocar más daños que beneficios, por lo que este abordaje terapéutico no es usado con frecuencia en niños. En los adultos, la cirugía puede ser una opción para el pie plano. Las técnicas disponibles para alinear las estructuras comprometidas son variadas, pero en general se realizan osteotomías (corte de los huesos) y artrodesis (anclaje permanente de ciertas articulaciones: principalmente la talonavicular y la subastragalina) pero en general los resultados tampoco son satisfactorios. La mayoría de los pacientes obtienen mejores resultados con el abordaje conservador.
La elección del tratamiento irá en función de la gravedad y del tipo de pie plano presente, la sintomatología y las alteraciones biomecánicas que estén presentes durante la marcha también constituyen un factor importante para la planificación del abordaje fisioterapéutico más adecuado. Las medidas fisioterapéuticas más usadas son:
En nuestro canal de YouTube FisioOnline tenemos variedad de vídeo en donde con importante información sobre diversas estrategias terapéuticas y otros consejos que te ayudarán a recuperar la salud de tu pie. Además, en esta web Fisioterapia – Online podrás encontrar artículos con importante información basada en artículos científicos.
Aunque se trata de una alteración muy común, muy pocas personas llevan a cabo acciones para su solución por lo que las consecuencias a largo plazo son frecuentes. Si deseas evitar las consecuencias asociadas a esta deformidad, te recomendamos ver el presente vídeo:
Una pisada hiperpronadora es consecuente de un pie plana, a continuación, te mostraremos en el siguiente vídeo como puedes corregir esta anomalía en la pisada:
Con la finalidad de que mejores la fuerza muscular del pie y tobillo hemos diseñado un protocolo de entrenamiento terapéutico enfocado en estas áreas, en el cual te mostraremos en el vídeo a continuación:
Una lesión frecuentemente relacionada con el descenso del arco plantar es la tendinitis del tendón implicado que brinda estabilidad a esta zona, o sea el tendón del tibial posterior. Por ello te dejaremos a continuación un vídeo informativo sobre el tratamiento de esta lesión:
Teniendo en cuenta que los orígenes del pie plano son multifactoriales, el pronóstico de curación es muy variable en cada caso, por lo cual el tiempo de curación no puede medirse. El pronóstico varía según la causa, el tiempo que el paciente ha padecido molestias y el curso del tratamiento. Los pies caídos en niños interrumpen el desarrollo de la marcha y su movilidad, sin embargo, esta mala alineación generalmente se puede corregir con un abordaje quirúrgico temprano. Con respecto a las deformidades adquiridas, los afectados a menudo no presentan síntomas y los casos que, si presentan, generalmente se logran tratar bien con abordajes conservadores: plantillas ortopédicas especialmente diseñadas, cambios en la selección de calzado y fisioterapia. La modificación de la actividad en pacientes que realizan actividades deportivas de alto impacto es beneficiosa en el tratamiento conservador.