Varias son las afecciones de hombro que constituyen a una periartritis escapulohumeral, tales como tendinopatías, tendinitis, roturas en el manguito rotador, osteoartritis, capsulitis retráctil entre otras. En el presente artículo queremos brindarte la mayor información sobre esta lesión de hombro, como sus causas y síntomas, así como cuáles son los ejercicios para periartritis escapulohumeral que te ayudarán a reducir sus molestias.
Esta patología tiene su origen etimológico en las palabras de origen griego “peri” que significa alrededor, “arthros” que significa articulación e “–itis” que significa inflamación, todas en conjunto indican la presencia de un proceso inflamatorio alrededor de una articulación, en este caso la glenohumeral del hombro.
Dicho proceso patológico fue descrito por primera vez a finales del siglo XIX por el cirujano de origen francés Simon-Emmanuel Duplay, el cual explicaba en 1872 que dicha enfermedad restringía los movimientos en la articulación del hombro y generaba dolores sobre la tuberosidad mayor del húmero, dichas molestias las atribuía a la inflamación de la bursa subacromial. Debido a que este cirujano fue el primero en describirla la enfermedad era conocida inicialmente como “enfermedad de Duplay”; posteriormente, debido a su localización específica fue denominada “periartritis escapulohumeral”.
Periartritis escapulohumeral: Periartritis es la inflamación de los tejidos que rodean una articulación,... http://t.co/2wPfD4Nh #Nicaragua
— El Nuevo Diario (@elnuevodiario) July 1, 2012
Con el avance de la tecnología, se fueron descubriendo nuevos métodos de diagnóstico (Rx, resonancia magnética, etc.), que permitieron establecer que dicha enfermedad comprendía varias lesiones de localización extraarticular (periarticular) y no sólo de la bursa subacromial que Duplay proponía.
En la siguiente infografía podrás observar las estructuras periarticulares más importantes del complejo articular del hombro, muchas de ellas se encuentran involucradas en este proceso patológico:
Diversos estudios han analizado la anatomofisiología del hombro y la anatomopatología de esta enfermedad, concluyendo que no es sólo es una enfermedad, sino que se trata de un síndrome que comprende varias lesiones que comprometen diversas estructuras extraarticulares (periarticular) de la articulación glenohumeral, las cuales son las siguientes:
En la actualidad el término creado por Duplay está en desuso en el 2020 siendo este proceso patológico mejor conocido como: síndrome de hombro doloroso, rigidez de hombro, hombro congelado o capsulitis adhesiva.
Esta afección supone casi el 20-30 % de los motivos de consulta en traumatología por hombro doloroso. Afecta 4 veces más a mujeres que a hombres, siendo el hombro no dominante es más propenso a sufrirla. Su prevalencia aumenta conforme a la edad, estando más presente en personas mayores de 40 años de edad. Afectando con mayor frecuencia a personas con ciertos trastornos metabólicos (hiperlipidemia y diabetes mellitus).
La clínica típica que indica el inicio de esta enfermedad es la restricción del movimiento tanto pasivo como activo de la articulación glenohumeral, acompañado de un dolor intenso en la parte superior del brazo y el hombro. Junto a estos existen otros síntomas que varían según la etapa evolutiva en la que se encuentre, dicha afección presenta tres fases: aguda, subaguda y crónica. Siendo las características sintomatológicas de cada una las siguientes:
Como ya he mencionado anteriormente la periartritis escapulohumeral es un término colectivo que agrupa varias lesiones en diversas estructuras del hombro (tendones, ligamentos, músculos y bursas), por lo que las causas respectivas pueden ser muy diferentes:
Una afección de este tipo a menudo ocurre sin que sea posible encontrar las causas exactas de esto. En este caso, se considera que ciertos trastornos metabólicos son posibles desencadenantes para su desarrollo, hiperlipidemia, trastornos circulatorios, así como enfermedades crónicas como la diabetes pueden provocar cambios en los tendones y, por lo tanto, promover la aparición de esta afección.
Generalmente, esta afección no es prevenible, sin embargo, si hay signos iniciales de dolor en el hombro o a sufrido una lesión reciente, es aconsejable no esperar mucho antes de buscar ayuda profesional (traumatólogo o fisioterapeuta), ya que cuanto antes comience el tratamiento adecuado, más exitosos serán los resultados. Además, debe evitar las actividades que ejerzan una presión excesiva sobre la articulación glenohumeral, por ejemplo, algunas disciplinas deportivas (béisbol, tenis, balonmano) o profesiones laborales (estilistas, obrero, albañiles), así como también es recomendable evitar largos periodos de inmovilización o inactividad del hombro.
Si ya está patología puede comprender varias lesiones, puede ser confundida por otras que ocurren en el hombro debido a la similitud de sus síntomas. Las afecciones más destacables son las siguientes:
Estos diagnósticos pueden ser diferenciados uno del otro mediante un diagnóstico imagenológico por radiografías o resonancias magnéticas.
Para poder concluir que está presente esta enfermedad, el especialista inicia la elaboración de una anamnesis, preguntándole acerca de los síntomas o molestias presentes en la persona posiblemente afectada, así como su historial médico, antecedentes de lesiones, actividades laborales y deportivas, deficiencias en las actividades de la vida diaria y posteriormente se examina cada una de ellas. Todos juntos ayudan a establecer la clínica de este diagnóstico.
Posteriormente se procede a un examen físico en el cual se valorará cada uno de los movimientos del hombro, tanto su rango articular como la fuerza muscular de los grupos musculares involucrados, así como el ritmo escapulohumeral. Además, se realiza una inspección palpatoria con la finalidad de detectar los puntos dolorosos característicos de esta enfermedad, en caso de periartritis la región subacromial es intensamente dolorosa a la palpación.
Cómo parte de este examen, se aplican pruebas especiales de provocación en las cuales se exponen al hombro afectado a diversas posturas realizadas por el especialista para confirmar o descartar la sospecha de esta afección.
A pesar de todas estas pruebas, un diagnóstico fiable sólo puede ser obtenido mediante estudios de imagen un examen de ultrasonido/ecografía, permite evaluar sobre todo los músculos, tendones y ligamentos, así como cualquier derrame articular. Sin embargo, en el caso de esta patología, que ocurre sin daños o lesiones previas, la imagen de ultrasonido muestra sólo cambios menores. En cambio, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) pueden proporcionar información detallada de cada una de las estructuras del complejo articular del hombro. Sin embargo, se puede mejorar la precisión del diagnóstico mediante una observación vía artroscopia.
Una vez confirmado el diagnóstico, los tratamientos serán diseñados según la fase en la que se encuentre esta enfermedad. Inicialmente el abordaje es farmacológico, mediante la indicación de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, en los casos que esta intervención resulte infructuosa, algunos médicos pueden indican infiltraciones de anestésicos locales o cortisona directamente en la región periarticular afectada, aunque estas infiltraciones suelen tener excelentes efectos a corto plazo, su duración es bastante corta si no se soluciona los factores causales adecuadamente.
El uso de las alternativas anteriormente mencionadas puede no resultar fructífero en algunos casos, de ser así, el médico puede plantear un procedimiento quirúrgico enfocado en reparar vía artroscopia las estructuras afectadas por esta enfermedad, adicionalmente en este procedimiento se liberan las adherencias y los tejidos fibrosos presentes que estén limitando y causando dolor en el hombro. Este procedimiento puede hacer que la articulación sea más flexible y aumente su rango articular en algunos casos.
La fisioterapia cumple un importante papel tanto como método de tratamiento inicial, así como método de rehabilitación postoperatorio. Las herramientas y técnicas de fisioterapia son dosificados inicialmente para ayudar a reducir el dolor y la inflamación presente, especialmente en la primera fase de la enfermedad. Desde la segunda fase, la terapia manual puede mejorar la amplitud del movimiento del hombro afectado, aquí también se hacen uso de ejercicios isométricas para ganar rango de movimiento sin dolor y restablecer la fuerza muscular alterada. El entrenamiento de fuerza muscular también es muy importante en la tercera fase de la enfermedad, para que el paciente recupere el movimiento y la funcionalidad del hombro enfermo nuevamente lo antes posible se indican ejercicios activos libres con resistencia.
En estas etapas se hacen uso de varios abordajes fisioterapéuticos los cuales serán dosificados según la fase en la que se encuentre el paciente, así como las características funcionales individuales que el mismo presente.
Los más destacados son:
A continuación, te dejaremos algunos vídeos de nuestro portal de YouTube FisioOnline con los cuales aprenderás diversas maneras de reducir el dolor de hombro de la mano de profesionales fisioterapeutas, que te guiarán paso a paso en variedad de ejercicios, así como también te brindarán recomendaciones y autocuidados para que puedas volver a tu rutina nuevamente con normalidad.
Si ya estás presentando dolor de hombro, te recomendamos que veas el siguiente video en donde el fisioterapeuta Tomás Bonino, te brindará varios consejos terapéuticos mediante ejercicios, automasajes y otras recomendaciones para aliviar las molestias de hombro:
Inicialmente en esta afección la amplitud de movimiento se ve severamente comprometida, para evitar que esta pérdida de amplitud desmejore a largo plazo la funcionalidad de tus brazos, te recomendamos ver el siguiente video en donde aprenderás varias técnicas de auto movilización que te ayudarán a mantener la movilidad integral de la cintura escapular:
Una vez avanzada esta patología, el afectado puede padecer las diversas limitaciones que provee un hombro congelado o capsulitis adhesiva, es por ello que te dejamos a continuación un tratamiento enfocado en el hombro congelado, compuesto por ejercicios, automasajes y estiramientos:
Si bien, la lesión que más predomina es la inflamación de los tendones del manguito rotador del hombro, te recomendamos ver el siguiente vídeo, ya que en él se desarrollará con detalle información sobre esta lesión, adicionalmente aprenderás como auto tratarla adecuadamente mediante ejercicios:
Para que el hombro recupere la salud tras dicha afección, es importante brindarle la tonificación y fortalecimiento adecuado para evitar que vuelva a ocurrir dicha enfermedad o se presente otra lesión glenohumeral. Es por ello que te dejamos en el siguiente video ejercicios de tonificación o fortalecimiento para recuperación de lesiones:
En la mayoría de los casos esta enfermedad tiene un pronóstico favorable, pero en algunos casos los síntomas y las molestias que provocan esta enfermedad, puede tardar un período de 18 a 24 meses para sanar completamente. En los casos que esté instaurado una capsulitis adhesiva, el proceso de recuperación puede resultar algo más lento aún, pudiendo durar meses o años sin el tratamiento adecuado.
Puede tardar un período de 18 a 24 meses para sanar completamente.
Por otro lado, la clínica de este tipo de enfermedades generalmente suele resolverse favorablemente en poco tiempo con un tratamiento fisioterapéutico intensivo compuestos por medidas analgésicas y ejercicios de fisioterapia. En escasos casos este tipo de enfermedades no se curan por completo, dejando restricciones a largo plazo en el movimiento de la articulación glenohumeral.