Comentario
Tengo un dolor insoportable en el glúteo que no me deja caminar y si estoy de pie se me pone el dolor más fuerte no es el piramidal que puede ser
Definición del dolor según la Organización Mundia de la Salud (OMS): Experiencia sensitiva y emocional desagradable que se relaciona con un daño real o potencial de los tejidos del cuerpo.
A nadie nos gusta sentir dolor, desde el momento en el que empezamos a sentirlo ya estamos pensando en la manera en la que librarnos del él, pero, a pesar de lo desagradable que es ha sido y es una pieza clave en la evolución y supervivencia de nuestra especie. El dolor nos indica, salvo en casos espaciales, que hay un daño real o potencial (es decir, nos indica que estamos en peligro) y nos sirve para ser conocedores de ello y alejarnos de la fuente de dolor.
Hay muchos dolores “cotidianos” como puede ser un dolor postural, por un esguice, por un golpe…son fáciles de relacionar con una lesión directa de los tejidos y conocemos la causa, pero hay otros dolores, por ejemplo un desamor o la pérdida de un ser querido, que realmente pueden generar dolor y que son más complejos, esto es así por el componente emocional que tiene el dolor. Es decir, el dolor tiene un parte física (una lesión real) pero también tiene una parte no física, influenciada por los pensamientos y las creencias que nosotros tenemos en torno al dolor. Lo que supone que la intensidad del dolor que sentimos en ciertas situaciones no está relacionada únicamente con la cantidad real de daño que hay en los tejidos, es decir, el dolor depende también del contexto.
Como ya hemos dicho, el dolor va a estar determinado en última instancia por el cerebro, así todos conocemos ejemplos de historias sorprendentes de personas que han sufrido graves lesiones y no han sentido dolor.
Un ejemplo lo encontramos en personas que se han clavado algún objeto, por ejemplo le atraviesa el brazo, pero no siente demasiado dolor, esto es así porque no se ha lesionado ninguna estructura vital.
Otro ejemplo son las situaciones en las que el cuerpo “no se puede permitir” sentir dolor, un deportista en una importante competición, si se lesiona y por ejemplo, se hace un esguince es posible que pueda seguir jugando y que además no sienta gran dolor, pero que una vez pasada la competición si que le duela. Estas historias son muy frecuentes en los soldados, los cuales sufrieron graves lesiones, incluso pudiendo perder algún miembro, pero sintieron poco o ningún dolor, esto es producido por la adrenalina que se genera.
Otro ejemplo curioso lo encontramos en los dolores lumbares generados por artrosis, si realizas radiografías en toda la población veremos que en gran cantidad de ellas encontramos protrusiones discales o artrosis y muchos no han sentido dolor en la zona y sin embargo otras personas que tienen radiografías con menos complicaciones sientes muchos más dolores.
Lo que deducimos de esto es que el dolor es una experiencia compleja en la que influyen muchos factores y debemos de valorar cada caso por separado para entender bien cada situación.
Los factores que influyen en el dolor y la percepción que tenemos de él son muchos y muy variados pero vamos a desarrollar algunos de ellos:
Lo que hemos vivido y los dolores y lesiones que hemos precedido nos influyen de manera muy significativa en las experiencias de dolor que tenemos después y puede influir de diferentes maneras, por un lado, algunas personas si comparan su dolor actual con un dolor pasado muy intenso le pueden restar valor al dolor actual, e incluso sentirlo menor de lo que lo sentirían sin esa experiencia pasada, pero también es habitual en personas que han padecido cáncer o una hernia discal, que al sentir un dolor, aunque sea de menor intensidad que los antes sentidos, lo relacionen con esa experiencia y sientan su dolor actual aumentado.
Durante mucho tiempo, desde las ciencias de la salud hemos creído que los ancianod y las personas más jóvenes (los niños) sienten menos dolor que las personas adultas y de mediana edad, con el tiempo, hemos descubierto que la diferencia está en las distintas maneras de reaccionas, si de afecta a los músculos, se producen por caídas, degeneración de los tejidos…
Se ha investigado mucho sobre este tema y en principio parece que las diferencias fisiológicas no son importantes a la hora de sentir dolor, sino que es más importante el rol social y quizás sea más importante la manera de expresar el dolor que el dolor que se siente en sí. Dónde si encontramos diferencias es en las mujeres, que aumentan su tolerancia al dolor después de dar a luz, lo que no se sabe muy bien es por qué ocurre esto, pero existen dos teorías, una dice que el parto es tan doloroso que después otras experiencias no parecen tan intensas, la otra teoría dice que una vez que se ha dado a luz debe de ser más fuerte para poder atender y proteger a sus hijos.
Distintos estudios nos dicen que personas de distintas culturas tienen un umbral del dolor diferente, pero hay que matizar que depende del estímulo: la radiación solar, el frío, a caminar descalzo…de manera que podemos deducir que es importante el estar acostumbrado a un estímulo, que aumenta el umbral al dolor, pero también es importante el conocimiento que tenemos de las situaciones y la connotación (positiva o negativa) que tiene cada situación para nuestro entorno que será la connotación que tiene esa situación para nosotros.
Con este texto he intentado dar a entender la complejidad del dolor ya que muchos factores influyen sobre esta experiencia tan desagradable.
Tengo un dolor insoportable en el glúteo que no me deja caminar y si estoy de pie se me pone el dolor más fuerte no es el piramidal que puede ser
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