Este artículo no pretende ser otra cosa que una guía para toda aquella persona que padezca dolor en el hombro producido por una tendinitis o tendinopatía del tendón del supraespinoso.
Te recomendamos leer el siguiente artículo: Tratamiento de la tendinitis del supraespinoso con ejercicios, auto-masajes y estiramientos
Aunque el título de este artículo nombre al tendón del supraespinoso por ser la estructura que más se ve afectada en el hombro, es importante recalcar que el hombro es un complejo articular que desempeña muchos movimientos, por lo que es normal que haya una afectación global de la biomecánica articular, afectando a más estructuras adyacentes al tendón del supraespinoso (manguito de los rotadores), como sucede en el síndrome subacromial o impingement del hombro. Empezamos por el principio.
El músculo supraespinoso forma parte del manguito de los rotadores. Se encuentra ubicado en la zona posterosuperior de la espalda.
- Origen: Este músculo se origina en la fosa supraespinosa de la escápula (el hueso que conocemos como “paletilla").
- Inserción: Se inserta en la tuberosidad mayor del húmero (también llamada troquiter).
- Inervación: Se encuentra inervado por el nervio subaescapular
- Vascularización: Está irrigado por la arteria subaescapular
La función de este músculo es ser estabilizador del hombro y comenzar el movimiento de abducción, trabaja en los primeros grados (0- 30°), después de estos grados otros músculos se encargan del movimiento.
El tendón del músculo supraespinoso tiene la característica de que pasa por debajo del acromion de la escápula. Esto lo hace sensible a un pinzamiento (te lo explicaremos más adelante)
El hombro es una de las articulaciones que más lesiones de carácter tendinoso(1) desarrolla, sobre todo porque requiere de movilidad en todas las direcciones, además de fuerza y estabilidad para poder llevar a cabo las actividades en las que se ve involucrado. Por eso, no es de extrañar que la patología del manguito de los rotadores y en particular la tendinopatía del tendón del supraespinoso sea uno de los síndromes dolorosos más frecuentes en el ser humano.
El término “tendinitis”, aunque muy extendido, está recientemente desechado por la comunidad médico-científicia, ya que se ha comprobado que el tendón en sí mismo no se inflama, sino que lo hacen las estructuras que lo rodean, por eso sería más correcto denominarlo tendinopatía.
Dentro de las patologías tendinosas de hombro, la tendinopatía del supraespinoso(2) es la más frecuente con diferencia. Como sabemos, éste tendón es particularmente susceptible a desarrollar lesiones por su disposición anatómica, ya que se encuentra emparedado en un espacio conformado en su parte inferior por la cabeza humeral y en su parte superior por una bóveda formada por el suelo del acromión y el ligamento coraco-acromial que conforman en su conjunto un espacio llamado "espacio subacromial". Este tendón discurre por dicho espacio insertándose en polo superior de troquiter humeral.
Una alteración de la biomecánica articular normal del hombro por diversos factores como alteraciones posturales, factores traumáticos o de sobre-uso, calcificaciones o alteraciones del correcto equilibrio muscular del hombro puede provocar que se altere el espacio subacromial generando un cizallamiento y fricción con la consecuente alteración del tendinosa.
Para comprender exactamente las causas y la fisiopatología de esta lesión, hay que entender qué es el espacio subacromial. Observe la siguiente imagen:
Como veis, el tendón del supraespinoso está alojado entre la cabeza del húmero (se inserta en el tubérculo mayor del húmero) y la bóveda coraco-acromial compuesta por la tuberosidad acromial de la escápula y el ligamento acromio-clavicular. Dicho espacio, por diferentes motivos se ve reducido y, como consecuencia, aumenta la fricción y el desgaste que desencadenan las lesiones tendinosas del supraespinoso que posteriormente afectan a otras estructuras adyacentes como la bursa subacromial; generando un cuadro clínico doloroso que afecta ya no sólo al tendón del supraespinoso y que se denomina síndrome subacromial.
En el siguiente vídeo te explicamos un poco mejor cómo se configura el complejo del hombro y entender de manera gráfica acerca de las fases de afectación del síndrome subacromial:
La etiología de esta lesión es muy variada y multifactorial. No hay una causa concreta que vaya a determinar la aparición de la misma, sino que serán una consecución y agrupación de factores los que acaben desencadenando la lesión.
Factores biomecánicos y posturales
Como hemos comentado la causa principal de esta dolencia, es la reducción significativa del espacio subacromial y por lo tanto, se genera el denominado impingement articular donde el supraespinoso se ve comprometido, generando los signos y síntomas antes descritos. Pero, ¿por qué se produce ese estrechamiento del espacio subacromial? Aquí es donde el fisioterapeuta debe explorar la postura y la biomecánica de la escápula así como las alteraciones en el ritmo escápulo-humeral para intentar restablecer la correcta función del complejo articular del hombro.
Edad, artrosis y degeneración articular previa
Como en la gran mayoría de alteraciones músculo-esqueléticas que tratamos, el envejecimiento, la deshidratación, la pérdida de flexibilidad de los tejidos tendinosos y articulares, así como los micro traumatismos acumulados en el tiempo, hacen que aumente la predisposición a padecer problemas tendinosos, sin ser en mi opinión el factor determinante, ya que como veremos, hay otras muchas causas sobre las que sí podemos actuar como veremos posteriormente.
Factores genéticos o hereditarios
En ocasiones la forma de la tuberosidad acromial puede ser excesivamente prominente y favorecer el roce con el tendón del músculo supraespinoso.
Factores metabólicos
Un mal riego sanguíneo de la zona y acumulo de tóxicos micro-cristalizados pueden favorecer la inflamación de los tejidos de esta articulación. Esto puede estar provocado por estrés y una incorrecta alimentación donde se abusa de carnes rojas y embutidos, lácteos, dulces...
Otras alteraciones fuera del foco lesional
Como sabemos el complejo articular del hombro está altamente influenciado por otras partes adyacentes del cuerpo que pueden ser un factor que precipite la patología en la articulación, las partes a las que debemos prestar especial atención son la columna vertebral cervical y dorsal.
Especialmente si observamos contracturas, dolor, rigidez previos a la patología de hombro, en ese caso el fisioterapeuta deberá, como veremos en el apartado de tratamiento focalizar parte del tratamiento en esas zonas corporales.
El síndrome subacromial se da por fases.
Fase: Edema e inflamación del tendón supraespinoso
Se trata de una lesión reversible que cursa con dolor en la cara anterior y lateral del hombro, y aumenta por la noche. Se observa tendinopatía o tendinitis de uno o varios tendones del manguito rotador del hombro, siendo el tendón del músculo supraespinoso el más afectado desde un principio. Hay dolor a la palpación sobre el tendón del supraespinoso y sobre el acromion. Existe un arco doloroso entre los 60-120º de abducción, en estos casos no hay un engrosamiento ni se observan signos de rotura en las pruebas radiológicas.
Fase: Fibrosis y engrosamiento
En ésta fase podemos encontrar la bolsa serosa subacromial engrosada, que aumenta la compresión del manguito de los rotadores y disminuye su índice de fricción con el techo acromial (bóveda formada por el suelo de acromion y el ligamento coraco-acromial). Encontramos crepitación, limitación de la movilidad e indicios de microroturas del manguito fibroso. El dolor más intenso que se manifiesta es fundamentalmente por la noche, pero puede aparecer durante el día de manera esporádica y condicionada por movimientos de elevación y abducción del hombro.
Fase: Rotura parcial o total de uno varios músculos del manguito rotador
En esa fase se encuentran roturas parciales del manguito de los rotadores. Se observa a nivel radiológico un desgarro parcial o total de alguna de las partes que conforman el manguito rotador, siendo generalmente el más afectado el tendón del supraespinoso (el tendón más comúnmente afectado dentro de este complejo tendinoso). Se distinguen dos roturas: agudas y crónicas.
Las roturas agudas se producen por un trauma (como una caída sobre el hombro) o levantar un peso concreto. Estas roturas son repentinas, vienen precedidas por un dolor agudo, intenso y persistente y no tienen por qué estar precedidas por una tendinopatía previa ni por las fases anteriores.
La roturas crónicas o de lenta evolución son micro roturas que se van generando con el paso del tiempo y que van desgarrando poco a poco; suele venir precedidas de dolor crónico que el paciente va tolerando con analgésicos y anti-inflamatorios. En ambos casos al palpar el troquíter existirá dolor y el paciente sentirá debilidad o impotencia al flexionar o abducir el hombro. Las roturas crónicas se producen por la degeneración y micro-traumatismos del manguito.
El dolor de la tendinopatía del supraespinoso suele aparecer en la articulación del hombro como un dolor sordo y difuso en la cara anterior y lateral del hombro que se hace mucho más agudo cuando elevamos el hombro.
En muchas ocasiones suele haber dolor irradiado por la cara lateral del brazo hasta el codo. También es muy frecuente que haya dolor y molestias en la musculatura del cuello y la columna cervical del lado del hombro afectado. El debut del dolor en la tendinopatía del supraespinoso puede estar relacionado con un trabajo continuado con el brazo levantado y componentes de rotación, como el que se podría dar al atornillar un tornillo que está por encima de la cabeza.
Para el diagnóstico de la tendinopatía del supraespinoso se utilizan los siguientes métodos diagnósticos:
Examen de la postura y de la columna vertebral y pruebas de exploración de la movilidad
Sabemos que la región anatómica del hombro está influida por muchas articulaciones; la cintura escapular, así como la articulación glenohumeral forman parte de un complejo articular que funciona al unísono para dotar de movimiento a la extremidad superior.
Es fundamental examinar el correcto funcionamiento de las diferentes articulaciones que lo componen, ya que en la mayoría de casos de tendinopatías en esta región se ve alterado el denominado ritmo escapohumeral, bien por la influencia de una postura incorrecta o bien por alteraciones musculares que alteran la posición de la cabeza humeral en la cavidad glenoidea.
Exploración palpatoria
Es importante que el fisioterapeuta realice un examen palpatorio para determinar las diferentes estructuras que se pueden ver comprometidas. Lo primero que se realiza es la palpación de la inserción del tendón supraespinoso, para comprobar que efectivamente la zona inserción es dolorosa a la palpación. También será importante que se realice un examen de la musculatura para encontrar puntos gatillo asociados que deberemos tratar. La postura para evidenciar el tendón y palparlo adecuadamente es realizando una rotación interna del hombro, como si se fuera a realizar el gesto de desabrocharse el sujetador echando el brazo hacia atrás y situando los dedos justo en la parte inferior del hueso acromion del hombro.
Pruebas ortopédicas
Los fisioterapeutas disponemos de una amplia gama de maniobras exploratorias encaminadas a disminuir el espacio subacromial y a comprometer controladamente el tendón para encontrar y reproducir los síntomas dolorosos. Dichas posiciones suelen ir dirigidas hacia una elevación y flexión del brazo unidos a movimientos de rotación, por ejemplo llevarse la mano a la espalda, o llevar la mano al hombro contrario. Si aumenta el dolor durante la maniobra entonces estamos ante un signo positivo, que nos hace sospechar de patología del supraespinoso.
Diversas pruebas de imagen (fundamentalmente ecografía y resonancia magnética)
Una vez realizadas las pruebas ortopédicas y palpatorias es importante realizar pruebas de imagen para determinar con mayor exactitud el alcance de la lesión. Para ello, una radiografía simple y una ecografía se hacen indispensables. Con la radiografía podremos descartar las frecuentes calcificaciones en la zonas de inserción del tendón que suelen acompañar a esta lesión, mediante la ecografía se podrán valorar las estructura blandas del tendón del supraespinoso u otros tendones adyacentes así como de las bursas.
En caso de no verse claro con las pruebas mencionadas y necesitar un detalle diagnóstico mucho más avanzado, la resonancia magnética será la prueba más indicada.
Es importante indicar que como norma general, cuando hay lesiones de este tendón, también se ven afectadas otras estructuras adyacentes. Es frecuente que junto al supraespinoso aparezcan otros tendones del manguito de los rotadores afectados, así como la bursa subacromial que se encuentra interpuesta entre el acromion y el tendón del supraespinoso. Cuando esto ocurre, se suele hablar de un síndrome subacromial, que es un conjunto de signos y de síntomas que indican que las estructuras que se encuentran en el espacio subacromial están afectadas en un grado u en otro.
Debemos realizar un diagnóstico diferencial para comprobar que no se trata de una patología que no sea propia de la tendinopatía del supraespinoso, o que además de esta patología exista un problema propio del tendón de la cabeza larga del bíceps (tendinopatía del tendón del bíceps braquial) o un proceso inflamatorio de la propia cápsula articular que recubre la articulación glenohumeral llamado capsulitis retráctil u hombro congelado. También es importante señalar que existen dolores que, si bien se localizan en el brazo, tienen su causa en otras zonas que refleja su dolor en el hombro.
El caso más típico son las lesiones a nivel cervical que pueden dar dolor referido a esta zona (ver: Dolor de hombro de origen cervical).
Existen 2 tratamientos para la tendinopatía del supraespinoso(3): el conservador y la terapia manual y física.
Tratamiento fisioterapéutico conservador de la tendinopatía del supraespinoso
Después de realizar un correcto diagnóstico de la tendinitis del supraespinoso debemos dar paso al tratamiento fisioterapéutico, que está basado principalmente en restablecer la correcta biomecánica articular para devolver la movilidad correcta a la articulación y tratar los tejidos tendinosos y periarticulares que se han visto dañados.
Terapia física y manual localizada en la zona
Disponemos de una gran batería de técnicas que nos permiten influir directamente sobre el tendón dañado para devolverle las características mecánicas tisulares previas, sobre los músculos que mueven la articulación del hombro, dentro de ellos podemos resaltar la punción seca, la fibrólisis diacutánea, terapia manual, ejercicios neurodinámicos, estiramientos musculares, kinesiotaping y otras alternativas terapéuticas, que combinadas de la manera correcta, son una poderosa herramienta terapéutica del fisioterapeuta.
De todas ellas quiero resaltar las diferentes técnicas de la terapia manual que puede aplicar el fisioterapeuta y que son la parte más característica de nuestra profesión. Diversas técnicas de terapia manual, como; masaje transverso profundo de tipo Cyriax, descontracturante, manipulación articular, movilización dirigida, irán encaminadas a tratar en su conjunto la musculatura del manguito de los rotadores así como aquellos músculos que desempeñan una función de estabilización de la cabeza humeral en la cavidad glenoidea (bíceps braquial) y sobre aquellas que influyen en la escápula (romboides mayor y menor, angular de la escápula y pectoral menor, redondo mayor, dorsal ancho, serrato anterior y trapecio).
Los ejercicios para este tipo de tendinitis que recomiendo deben ser realizados bajo supervisión de un fisioterapeuta, ya que si bien estos pueden significar una guía con la que orientaros es importante que un fisioterapeuta os indique personalmente cómo realizarlos y cuáles de ellos son los más indicados para vuestro caso concreto. Cada caso es distinto, tiene sus peculiaridades y por lo tanto debe ser abordado individualizadamente. Los podemos dividir en:
En este vídeo os enseño a realizar un ejercicio de relajación llamado ejercicio pendular, para la tendinitis de hombro. Están indicados para intentar aumentar el espacio subacromial y poder así disminuir la compresión del tendón del supraespinoso:
En muchas ocasiones estos ejercicios vienen acompañados de la pérdida de movilidad y por eso, os dejo otro ilustrativo vídeo que he grabado donde podréis visualizar los ejercicios que recomiendo para mejorar la movilidad del hombro con una herramienta: un palo.
Estos ejercicios os servirán para fortalecer en concreto los rotadores externos que son los que se ven más perjudicados por los efectos de la atrofia muscular, además ayudarán a posicionar más correctamente a la cabeza humeral dentro de la cavidad glenoidea:
Los estiramientos se utilizan para mantener los rangos articulares normales. En el hombro, sobre todo en la parte anterior, los músculos se retraen y pierden su movilidad articular, generando problemas en la articulación como el síndrome subacromial. Los siguientes ejercicios son imprescindibles para estirar y mantener los rangos de movimiento articular del supraespinoso y de otros músculos hombro:
Es muy importante realizar estos dos ejercicios que os describo a continuación y que servirán para flexibilizar la musculatura de la parte anterior del antebrazo, flexibilizar las estructuras neurales, con el objetivo de mejorar el equilibrio articular y favorecer la curación de la tendinitis del supraespinoso:
Para lograr una satisfactoria recuperación de esta lesión debemos fortalecer al músculo supraespinoso.
Debemos recordar que el cuerpo siempre trabaja en grupo y que no hay un músculo que actué completamente solo. Por eso, los ejercicios que te presentaremos ahora trabajan toda la musculatura del miembro superior y no únicamente al músculo supraespinoso.
En este caso te traemos ejercicios con TheraBand (bandas elásticas con diferentes resistencias), pero no significa que esta sea la mejor o la única forma de ejercitar esta musculatura.
Aprende a tonificar y potenciar tus brazos y hombros con TheraBand
Los auto-masajes son muy buenas herramientas para mejorar esta dolencia y os servirán para mejorar la circulación en la zona.
Los automasajes sirven de mucha ayuda, no sólo para la disminución del dolor en cualquier patología, sino además para relajar los músculos y disminuir el aumento del tono que puede desequilibrar la articulación y general el síndrome subacromial o impigement de hombro. En éste video te explicamos cómo realizar el auto-masaje en el manguito de los rotadores para liberar su tensión:
El aumento del tono muscular del pectoral menor hace que la articulación del hombro se proyecte hacia la parte anterior, generando un desequilibrio articular. El desequilibrio articular a su vez provoca un trastorno conocido como síndrome subacromial, en donde el tendón del manguito de los rotadores roza constantemente con el techo del acromion y lo lesiona. Es imprescindible relajar y soltar el músculo pectoral menor ya que tiene mucha relación con los problemas tendinosos y articulares de la articulación del hombro:
Te explicamos cómo realizar el auto-masaje para la musculatura del hombro, trapecios, pectorales y dorsal ancho, muy útiles para mejorar los problemas de tendinitis:
Hay tratamientos más agresivos e invasivos, indicados cuando la terapia convencional no funciona.
Infiltraciones para la tendinitis en el hombro
Las infiltraciones con corticoides es una técnica terapéutica usada con demasiada frecuencia, sin realizar un correcto diagnóstico y sin realizar un tratamiento menos invasivo previo a ésta técnica:
¿Tu médico te ha prescrito infiltraciones de cortisona para tu patología del hombro? ¿Tienes idea de qué son éstas infiltraciones de cortisona y para qué sirven? ¿Sabes que las infiltraciones de cortisona en el hombro pueden fallar y por qué? Te explicamos en este vídeo en qué consisten las infiltraciones con cortisona, cuáles son sus efectos y por qué a veces no tienen muy buenos resultados:
Una tendinopatía del supraespinoso solo se opera cuando el tratamiento conservador no ha funcionado luego de varios meses de terapias y diferentes planes de tratamiento.
Si nada ha funcionado se procede a una artroscopia articular. Esta intervención quirúrgica es una herramienta terapéutica con más riesgos, pero más poderosa para casos rebeldes o muy avanzados y estructurados. La operación consiste en la eliminación del tejido inflamado o la bursitis, además de limar el gancho del acromion. Limando esta estructura el espacio de deslizamiento para el tendón del supraespinoso será mayor y se pueden evitar futuras lesiones.
Luego de la operación es vital recibir un tratamiento rehabilitador (fisioterapia) para una correcta recuperación
La fisioterapia invasiva incluye un conjunto de técnicas en donde se requiere de una “invasión” al cuerpo. Es decir, necesitamos penetrar en los tejidos para poder llegar a la lesión y así aplicar un tratamiento. La fisioterapia en un principio no disponía de estas técnicas, sin embargo se ha demostrado que en determinadas patologías podemos incidir directamente en el tejido para generar efectos beneficiosos sobre los mismos él.
Una de estas técnicas de la fisioterapia invasiva es la EPI, siglas para Electrólisis Percutánea Intratisular. La Electrólisis Percutánea Intratisular fue inventada en los años 1960, por un doctor en fisioterapia español llamado José Manuel Sánchez. En un principio se utilizaba únicamente para las tendinopatías con una efectividad muy buena, e inclusive mejor que otros tratamientos de este tipo, aunque poco a poco se ha encontrado que puede actuar sobre otros tejidos (tejido muscular y ligamentoso por ejemplo).
Observa en el siguiente vídeo al Dr. José Manuel Sanchez, creador de la EPI, hablar sobre las bases fisiológicas (en otras palabras, cómo actúa) la EPI.
Esta técnica requiere de unas agujas especiales, las cuales se introducen en el tejido y se les aplica una corriente que rompe con el proceso de cicatrización para generar una buena reparación de los tejidos. La aguja no se coloca en cualquier parte del tejido, sino exactamente en la lesión gracias a la ecolocación (se utiliza un ecógrafo para ubicar exactamente la aguja en el tejido lesionado).
La EPI es un tratamiento excelente para la tendinitis del hombro. No sólo es segura para el paciente y para el terapeuta, sino que ha dado muy buenos resultados en todo tipo de pacientes: deportistas y no deportistas, adultos y adultos mayores, etc. Te recomendamos que consultes con un fisioterapeuta especialista en esta técnica.
Las calcificaciones son depósitos de hidroxiapatita que precipitan en el tendón de tal manera que este se endurece e irritan los tejidos que rodean al tendón generando un dolor incapacitante y persistente.
La prueba de imagen más recomendable para el diagnóstico de una calcificación de hombro es, en primera instancia, una radiografía para determinar eventuales calcificaciones que se pueden dar en los tendones del manguito de los rotadores. Determinar la presencia de calcificaciones en la zona es importante ya que condicionará en gran medida la actuación del fisioterapeuta. Para estos casos una muy buena alternativa no invasiva son las ondas de choque.
Las ondas de choque están siendo ampliamente utilizadas para tratar tendinopatías con calcificaciones añadidas, es un gran aliado para combinarlas junto a la fisioterapia en estos casos.
Para terminar con el apartado de calcificaciones os dejo este vídeo en el que os explican cómo se diagnostica una calcificación en una radiografía:
Para prevenir la tendinitis de hombro, además de evitar los movimientos repetitivos y excesivos en los que la articulación está en una posición de elevación (ejemplo: atornillar un tirafondo a una altura superior a nuestra cabeza en la que tenemos que mantener el brazo elevado y además debemos moverlo para realizar el movimiento de rotación del brazo al atornillar) y con componentes de rotación debemos evitar las actividades que soliciten excesivamente el trabajo con los hombros en elevación por delante del cuerpo, y especialmente si trabajamos por encima del hombro, de esta manera solicitamos el músculo supraespinoso y además también se sobrecarga el pectoral, lo que va a favorecer la alteración de las fuerzas del hombro.
Por último, como os he comentado anteriormente, hay otros factores que puede predisponer a padecer problemas tendinosos como son el estrés continuado, la mala alimentación, hábitos tóxicos… como norma general todas aquellas cosas que alteren el buen funcionamiento metabólico son susceptibles de influir en los problemas músculo-esqueléticos y por lo tanto, podemos desde el control y el conocimiento poner medidas para reducir estas influencias negativas y ayudar a nuestro organismo a enfrentares en mejores condiciones a un problema tendinoso. Personalmente doy especial relevancia a estas medidas dietético-nutricionales.
Te explicamos en qué consiste el tratamiento para la tendinitis del supraespinoso del hombro derecho desde la medicina natural:
Te explicamos en qué consiste el tratamiento para la tendinitis del supraespinoso del hombro izquierdo desde la medicina natural:
La lesión del labrum del hombro genera dolor intenso en el hombro (sin luxación). Aparece sobretodo en deportistas (lanzadores, escaladores) y trabajadores que requieran usar mucha fuerza. Una lesión del labrum del hombro se diagnostica a través de una resonancia nuclear magnética o una artro-RNM. Su tratamiento es por lo general fisioterapéutico, pero también existe el tratamiento quirúrgico si el tratamiento conservador no funciona. Toda esta información será ampliada en el vídeo a continuación.
- De las tendinopatías del hombro, sin duda la más frecuente es la tendinopatía del supraespinoso.
- La tendinopatía del músculo supraespinoso hace referencia a la inflamación de las estructuras que lo rodean debido a su disposición anatómica.
- El síntoma característico de la tendinopatía del supraespinoso es el dolor, acompañado de molestias de los músculos del cuello y columna cervical.
- Para el tratamiento de la tendinopatía del músculo supraespinoso, es necesario que acudas a un fisioterapeuta que establezca un protocolo de tratamiento en donde se restaure la biomecánica correcta del hombro y a partir de allí se aborden los demás aspectos a tratar.
- Para prevenir la tendinopatía del supraespinoso es importante evitar los movimientos repetitivos y excesivos de la articulación del hombro.