La escoliosis idiopática es una deformidad de la columna que se produce durante el periodo del desarrollo, es decir, puede aparecer en cualquier momento del periodo de crecimiento. No se nace con ella. Y deja de progresar cuando acaba la maduración esquelética. De todas las escoliosis diagnosticadas es la más común.
Se trata de una escoliosis estructural (1) y se define como una deformidad tridimensional del raquis o columna vertebral en la que se produce una desviación lateral y una rotación de los cuerpos vertebrales, además existe acuñamiento y aplastamiento de los discos vertebrales.
La causa que genera la escoliosis idiopática es desconocida.
El pronóstico cambiará dependiendo de la edad en la que aparezca. Se puede clasificar en 3 grupos o formas clínicas:
Desde el nacimiento a los 3 años de vida. Este tipo de escoliosis es muy poco frecuente, es reversible por si sola en la gran mayoría de los casos, pero en el pequeño grupo en el que la escoliosis es progresiva las curvas tienen tendencia a ser muy pronunciadas con graves repercusiones cardio-pulmonares. La identificación temprana hace que el tratamiento sea eficaz, pero es muy difícil determinar si la escoliosis es evolutiva o no.
Entre los 3 y los 9 años de edad.La escoliosis idiopática juvenil (2) va a ser siempre evolutiva, no va a existir la regresión espontánea. Es más frecuente en niñas.
Se inicia en torno a la pubertad, entre los 10 años y el final de la maduración esquelética. Esta se inicia alrededor de la pubertad y puede ser difícil de diferenciar de las juveniles tardías. Es el grupo más numeroso. La evolución, al ser más tardía, suele ser ligeramente más benigna que los otros dos grupos, entre otras cosas eso es así porque hay menos potencial de crecimiento.
El diagnóstico de la escoliosis idiopática se basa pricipalmente en la observación y la realización de radiografías.
Las radiografias que se realizan van a ser radiografías simples con el niño de pie. Deberemos observar los elementos que nos hacen ver qué es una escoliosis estructurada: la rotación de los cuerpos, acuñamiento y la dirección de la curva...
La escoliosis va a disminuir la cifosis dorsal, por lo que va a disminuir el diámetro del tórax, esto, a su vez, va a traer complicaciones de la capacidad pulmonar por la falta de espacio. Por encima o por debajo de la curva principal, se pueden formar curvas secundarias para compensar. Se denominan curvas compensadoras, radiográficamente no tienen inicialmente signos de estructuración, no hay rotación vertebral.
Debe perseguirse la definición de la etiología y hay que establecer un pronóstico, todo esto además del diagnóstico. Desde el punto de vista clínico, la escoliosis idiopática nunca duele.
Para establecer el pronóstico hay que establecer la localización de la curva. Se refiere a la región donde aparece, torácica, lumbar, toraco-lumbar o curvas dobles mayores o primarias.
La escoliosis de asentamiento en la zona lumbar es poco deformante, se puede observar asimetría de los pliegues lumbares, con el tiempo la escoliosis idiopática lumbar tiende a producir dolor ya que afecta a la zona lumbosacra.
Las manchas de color café con leche, nódulos cutáneos, indican que el origen de la escoliosis puede estar en la presencia de neurofibromatosis, una enfermedad de origen genético que afecta a varios sistemas, entre ellos el musculoesquelético.
Por último, el paciente con pie cavo e inestabilidad en la marcha y con presencia de escoliosis nos orienta a que el origen de la escoliosis es neuromuscular.
En el pronóstico, influye también la posibilidad del aumento con el potencial de crecimiento. Desde el momento en que se establece la pubertad, el ritmo de crecimiento medio es de 1 centímetro por año. La aparición de la menarquia o primera menstruación en las niñas supone que el potencial de crecimiento está limitado aproximadamente a 18 meses, el crecimiento medio entonces va a ser de 6 centímetros.
La gravedad, pronostico y clínica dependen del tamaño o magnitud de la curva, pero también de la localización y de la edad de aparición. Una curva torácica tiene peor pronóstico que una curva lumbar.
La evolución de las curvas idiopáticas a demostrado que se mantienen activas, con potencial de progresión, mientras dura el periodo de crecimiento. Cuando acaba la maduración, la curva deja de crecer.
El potencial de crecimiento de un individuo se determina por la edad ósea. Esto se identifica con una radiografía de muñeca y mano y comparándola con unos atlas especiales. Existen también otros signos, como el signo de Risser de maduración ósea.
No existe un tratamiento estandarizado, sino que deben tenerse en cuenta muchos factores: edad del paciente, gravedad y localización, etiología y presencia de otras patologías.
El objetivo básico de cualquier tratamiento es el control de la progresión (3) hasta completar la maduración. La corrección de la deformidad existente y evitar las consecuencias generales o locales que puedan provocar. Debemos saber que una escoliosis estructurada no se va a poder reducir completamente, entre otras razones por las limitaciones y los riesgos del tratamiento, pero buscamos una buena situación funcional y calidad de vida para el paciente.
Se ha demostrado que pacientes nunca tratados de escoliosis, la mortalidad por insuficiencia cardiorespiratoria, es el doble que la población normal. Si la curva es torácica la posibilidad es cuádruple. Por lo que el tratamiento, aunque no vaya a conseguir un éxito completo, es muy importante.
Algunos datos a tener en cuenta para la predicción de riesgo cardiorrespiratorio son: comienzo precoz antes de los 5 años, curva torácica mayor de 60 grados y complicación dolorosa.
El tratamiento inicial es conservador. Ninguno de los tratamientos conservadores ha demostrado tener efectos decisivos sobre la evolución. Tracciones, ejercicios, y esos correctores, corsés. Sin embargo contribuyen a corregir temporalmente la curva y sirven para evitar o prevenir la progresión de la enfermedad en pacientes que no han alcanzado la maduración y que tengan curvas que sean aceptables.
El método de tratamiento conservador más popular es la utilización del corsé de Milwaukee. Se basa en un principio corrector de apoyo en tres puntos, cervical, pelvis y costillas. Otros corsés utilizados es por ejemplo el de Boston. Rara vez los pacientes mantienen una disciplina de utilización de los corsés ya que son incómodos y los niños con frecuencia los rechazan.
El tratamiento quirúrgico permite frenar la evolución de la curva, corregirla parcialmente y se puede mantener en el tiempo la corrección obtenida. La técnica quirúrgica que se utiliza es muy compleja.
Aunque ya hemos dicho que no existe un tratamiento estandarizado, ya que hay que estudiar cada caso por separado, los criterios generales serían los siguientes:
- Escoliosis precoz en niños menores de 5 años, curvas menores de 35 grados no progresivas, no requieren tratamiento. Curvas mayores de 35 grados, progresivas precisan corsés protectores y si continúa y es mayor de 60 grados precisará cirugía de columna a partir de los 12 años.
- Escoliosis juvenil o adolescente: curvas de 0 a 20 grados, observación. Si la evolución es mayor de 10 grados en 6 meses, tratamiento ortopédico con corsés. Si la curva inicialmente está entre 20 y 40 grados, corsé de Milwaukee o similar. Si la curva es mayor de 60 grados, cirugía.
En este vídeo, muestro de forma general los distintos tipos de escoliosis o desviaciones de la columna vertebral y las posibles causas que pudieran estar implicadas en su desarrollo:
- https://www.advancesinpediatrics.com/article/S0065-3101(18)30014-8/fulltext
- https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0031940618303158
- https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD007837.pub2/full