¿Arco lumbar pronunciado? ¿abdomen o vientre globoso? Estos son indicativos de una de las alteraciones posturales más comunes además de la cifosis, le hablamos de la hiperlordosis lumbar. Esta alteración ocasiona una postura incorrecta que conlleva a la aparición de dolor lumbar y al deterioro en la columna vertebral. En el presente artículo hablaremos más a fondo sobre las características de esta alteración postural:
Es importante aclarar algunas características anatómicas, que te permitirán comprender mejor de que trata esta alteración de la curvatura fisiológica inferior de la columna vertebral.
A continuación, te mostramos como se ve desde una vista sagital, las diferentes estructuras óseas que constituyen la columna vertebral. Cómo podrás observar existen ciertas angulaciones desde la vértebra atlas hasta el cóccix, las cuales varían en cada nivel (cervical, torácica o dorsal, lumbar, sacro y cóccix).
Estas angulaciones o curvaturas se encargan de distribuir las cargas axiales ejercidas sobre el tronco, brinda soporte y movimiento al cuerpo y además se encarga de la protección de importantes estructuras como la medula espinal. En esta vista lateral dos curvaturas (cifosis y lordosis), que se repiten en distintos niveles, por lo que se llaman de manera diferente:
En conjunto todas ellas forman una “S” distribuye y minimiza las cargas axiales que ocurren naturalmente al caminar o al estar erguido. A medida que envejecemos, estas curvaturas van variando por distintos factores, bien sea externos o internos, los cuales promueven un incremento o reducción del ángulo de las mismas.
En el caso de la hiperlordosis lumbar, la curva lordótica es la incrementada.
Las deformidades de la columna vertebral han sido reportadas por los profesionales de salud de las primeras civilizaciones, siendo Hipócrates (460 – 370 a.C.) y Galeno (130 – 200 d.C.) los primeros es hablar sobre esta alteración postural. El término que describe la curvatura fisiológica alterada “lordosis” fue acuñado por el médico griego Hipócrates, por lo que este término proviene de la palabra en griego “λορδωσις – lordōsís” que en español significa curvado o doblado hacia adelante. Un incremento de la curvatura de la columna lumbar va más allá de una lordosis fisiológica, por lo que a esta palabra se le agrega el prefijo “hiper”, para indicar que la curvatura fisiológica está alterada.
La hiperlordosis lumbar se considera una deformidad o alteración en la posición de las vértebras lumbares, que conduce al aumento de la lordosis lumbar (curva fisiológica).
La alteración postural de estas vértebras afecta también la posición de la pelvis, por lo que además de la curvatura lordótica incrementada, se evidencia una anteversión de la pelvis.
Para compensar el cambio de posición del centro de gravedad y la anteversión de la pelvis, la columna torácica se mueve hacia atrás y los hombros se retraen, con ello se logra equilibrar las cargas permitiendo que los movimientos sean realizados con menor dificultad.
Dependiendo de la gravedad del ángulo, algunas personas pueden sufrir restricciones de movimiento o dolor al realizar ciertas acciones, por ejemplo, al estar de pie por mucho tiempo, al caminar o al levantar objetos pesados.
En casos extremos de deformación, también pueden surgir sensaciones de entumecimiento como resultado de una alteración de la transmisión de estímulo nervioso hacia las extremidades inferiores.
Sin embargo, este aumento de la lordosis lumbar no siempre es un fenómeno patológico, sino que aparece ante ciertas circunstancias, por ejemplo, en mujeres embarazadas; en este caso el peso del bebé empuja ligeramente hacia adelante la región frontal de las mujeres, por lo cual la columna adopta esta postura para equilibrar el peso del torso.
El desbalance de algunos músculos puede fomentar la aparición de este tipo de trastorno postural, además en los casos que otros factores influyan en el incremento de la curva lordótica, varios músculos se adaptan a la nueva forma y siguen favoreciendo la misma. Los músculos que nombraré a continuación son los implicados en la acentuación de la curva lordótica, mientras que algunos se ven acortados y otros se ven alargados:
Al principio esta alteración postural no causa síntomas o molestias a quien la padece. Sin embargo, si el aumento de la lordosis persiste y se incrementa, se pueden desarrollar ciertas alteraciones y problemas de espalda. La mala distribución de cargas producto de esta desviación, a largo plazo, puede promover la degeneración de los discos intervertebrales lumbares, promover la aparición de espodiloartrosis, estrechar el canal espinal y consecuentemente provocar daños y problemas en las vías nerviosas circundantes (inflamación de los nervios y trastornos de sensibilidad). Acompañando a esto, una lordosis lumbar origina aumentada ocasiona una desventaja funcional que dificulta la realización de ciertas actividades de la vida diaria como levantarse, así como subir y bajar objetos pesados. Además, puede causar tensión muscular y dolor lumbar, que aumentan progresivamente en intensidad y duración.
Aunque no hay estadísticas exactas de la prevalencia e incidencia de esta alteración postural, se ha evidenciado que la acentuación de la lordosis es relativamente frecuente, especialmente en niños; no es raro notar que en esta población el estómago y la pelvis se orienten hacia adelante. Cada tercer niño entre 6 y 16 años tiene un incremento no patológico de la lordosis, que se normaliza conforme va creciendo.
Cada tercer niño entre 6 y 16 años tiene un incremento no patológico de la lordosis, que se normaliza conforme va creciendo.
En adolescentes y adultos jóvenes, 2 a 3 de cada 10 casos con una curvatura pronunciada resultan siendo hiperlordosis. Siendo muy frecuente en mujeres que en hombres. Especialmente las mujeres con un busto grande o durante el embarazo, ya que los cuerpos de estas mujeres cambian de posición para equilibrar el peso presente. En caso de las mujeres embarazadas, generalmente después del embarazo, esta alteración postural desaparece.
Este problema puede tener un origen congénito o puede ser adquirido, siendo el más común de estos debido a un desequilibrio muscular.
Esta alteración postural rara vez ocurre por malformaciones congénitas o trastornos del crecimiento (acondroplastia). Algunos grupos étnicos (africanos) están predispuestos a presentar una acentuación considerable de la forma lordótica, sin embargo, no se considera cómo una alteración, ya que está genéticamente justificada; en estos casos este aumento presente es completamente normal.
Una de las causas más comunes es la falta de ejercicio combinado con una mala postura. Varias acciones o situaciones pueden provocar que los flexores de cadera se vean demasiado potenciados y que los músculos abdominales y glúteos estén en desventaja; esto además puede provocar un acortamiento de los ligamentos y tendones, lo que puede conducir a la formación de esta deformidad espinal. Estos desbalances musculares se deben principalmente a:
Otras causas menos frecuentes son el deslizamiento vertebral que ocurre en la espondilolistesis, alteraciones podales como el pie equino, luxación congénita bilateral y otros problemas de espalda subyacentes, como la cifosis, la espondilolistesis y la discitis.
El psoas puede presentar un acortamiento en personas que permanecen sentadas mucho tiempo, como los conductores profesionales. Si esto sucede, al estar de pie, tienen una pelvis excesivamente inclinada hacia adelante, lo que se asocia a hiperlordosis lumbar y dolor en la región pic.twitter.com/q8Sr1XesEW
— Pasión x la Anatomía (@PasionAnatomia) May 15, 2020
El signo más destacable es el cambio postural, que se nota a simple vista en la persona afectada: parte superior del cuerpo desplazada hacia atrás, pelvis adelantada, barriga o vientre globoso y hundimiento de la zona baja de la espalda. Al principio, una espalda baja con lordosis incrementada generalmente no causa ningún síntoma o molestia, pero si la postura incorrecta se incrementa y dura más tiempo, puede causar:
Una curva lordótica aumentada también puede ser un obstáculo al levantar objetos del piso, esto debido principalmente a que el desplazamiento del centro de gravedad dificulta el movimiento de inclinación.
La prevención es relativamente fácil en la mayoría de los casos y se basa en dos grandes pilares. Por un lado, la actividad física es el primer pilar, promoverla es posible con simples cambios en la vida cotidiana, tales como: usar la bicicleta en lugar de conducir o subir escaleras en lugar de usar el elevador. Además, para este propósito, se deben realizar actividades deportivas de manera regular como: natación, trote o entrenamiento muscular específico para la espalda, realizando ejercicios de fortalecimiento y flexibilización para los músculos de la espalda baja, los abdominales y los glúteos.
El segundo pilar fundamental para prevenir esta alteración es una postura saludable, para conseguirla es necesario estar siempre pendiente de la posición que adopta nuestro cuerpo, para corregir la mala postura en caso de ser necesario. Esto puede resultar agotador al principio, pero generalmente después de un tiempo el cuerpo se adapta a la corrección de postura. La corrección postural es especialmente necesaria cuando se está sentado, para ello se recomienda no permanecer sentado por demasiado tiempo y realizar pausas activas después de dos horas de estar sentado. Esta recomendación puede ser mejorada con el uso de equipos y sillas ergonómicas.
Al ser una notable alteración postural, puede ser identificada fácilmente con una inspección visual realizada por un médico o fisioterapeuta con experiencia. Sin embargo, en la valoración diagnóstica se utilizan varios métodos para determinar el grado de la hiperlordosis y establecer si existen o no molestias relacionadas a esta deformidad del raquis lumbar. Inicialmente el especialista procede a realizar una anamnesis con la que se toman datos sobre las molestias referidas por el paciente, además se indaga sobre qué factores puede estar influyendo en esta alteración postural (ocupación, antecedentes médicos, lesiones).
Seguidamente el médico o fisioterapeuta procede a realizar un examen físico exhaustivo en donde se valora el estado de la postura mediante pruebas de inspección, como la prueba postural de Matthias, en la cual se evalúa al paciente de pie, mientras se le indica que cierre los ojos y estiren los brazos lo más recto posible durante 30 segundos. En el caso de una mala postura, los afectado tienden a balancearse y retroceder, lo que hace que el diagnóstico sea muy claro. En este examen físico también es importante establecer la presencia de restricciones funcionales o motoras, síntomas neurológicos (adormecimiento u hormigueos).
Si bien estas acciones diagnósticas permiten establecer la presencia de esta alteración postural, el grado de angulación solo puede ser establecido con un estudio de radiografía o rayos X. Este estudio permite al médico o fisioterapeuta ver exactamente hasta qué punto es el grado de angulación. Normalmente la lordosis lumbar varía entre 40 – 60 grados, cuando el ángulo formado por las cinco vértebras lumbares supera estos grados se le considera hiperlordosis. Finalmente, para descartar la presencia de daños y otras enfermedades, se realizan estudios complementarios de imagenología cómo: resonancia magnética (RM) y tomografía computarizada (TC).
Normalmente la lordosis lumbar varía entre 40 – 60 grados, cuando el ángulo formado por las cinco vértebras lumbares supera estos grados se le considera hiperlordosis.
El objetivo del tratamiento médico es, por supuesto, corregir la desalineación espinal en la parte baja de la espalda y reducir los síntomas y molestias presentes. Con ese propósito algunos médicos indican ciertos medicamentos para aliviar el dolor como: paracetamol, ibuprofeno o naproxeno. Simultáneamente indican además ejercicio terapéutico bajo supervisión de un fisioterapeuta, con el objetivo de lograr restablecer las fuerzas musculares alteradas y promover la lordosis fisiológica.
Existen casos en donde esta deformidad del raquis lumbar y los síntomas que la acompañan, no pueden ser resueltas con las medidas terapéuticas anteriormente mencionadas. En estos casos los médicos suelen indicar y planificar una cirugía correctiva, que es constituida principalmente por una artrodesis del raquis lumbar. En el procedimiento quirúrgico el cirujano repara los daños ocasionados por la alteración postural (si es el caso) y procede a corregir la deformidad, preservando la lordosis fisiológica, mediante la inserción de implantes metálicos como tornillos y varillas en las vértebras lumbares. Si bien la corrección quirúrgica a corto plazo influye positivamente en la biomecánica altera y puede ser muy útil para que el paciente obtenga una marcha funcional, no ofrece un alivio completo del dolor.
Es importante destacar que mientras la tensión muscular y el acortamiento muscular presente, no se traten después de la cirugía y se corrijan correctamente, los éxitos logrados con la cirugía (si los hay) no son duraderos.
El ejercicio terapéutico es una de las medidas más importantes para tratar esta alteración postural, debido a los desequilibrios musculares presentes. Estos pueden ser equilibrados mediante fisioterapia y entrenamiento guiado. Después de que el fisioterapeuta establezca los desequilibrios presentes, procederá a plantificar un plan de tratamiento enfocado en las características y necesidades específicas del paciente.
Generalmente, como hemos comentado anteriormente en este artículo, el desequilibrio muscular radica en ciertos músculos lumbares, los abdominales, glúteos y los flexores de cadera; por lo cual las intervenciones fisioterapeutas y el entrenamiento serán enfocadas en restablecer el equilibrio en estos grupos musculares. Siendo así, las intervenciones más destacables son:
Desde nuestro portal del YouTube FisioOnline queremos compartirte vídeos que te ayuden a recuperar las curvaturas fisiológicas de tu espalda y mejorar la salud de tu espalda, mediante ejercicios, estiramientos, automasajes y recomendaciones por parte de profesionales fisioterapeutas.
Antes que nada, queremos aclararte cuál es la importancia de esta curvatura fisiológica y cómo la alteración de la misma puede conllevar a disfunciones biomecánicas que afecten la salud de la espalda. Si deseas obtener esta información te recomendamos ver el vídeo a continuación
Seguidamente te ofrecemos en el siguiente vídeo unos fáciles y efectivos ejercicios terapéuticos que te ayudaran a tratar esta alteración postural de manera efectiva:
Una medida terapéutica efectiva para normalizar la forma de la zona baja de la espalda, es el ejercicio físico. Es por ello que te recomendamos ver el siguiente vídeo, con el cual aprenderás variedad de ejercicios enfocados en la normalización de la forma fisiológica del raquis lumbar, así como unos importantes consejos por parte de un experimentado fisioterapeuta:
En esta alteración postural los músculos de la zona baja de la espalda se encuentran tensionados, por lo que te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde encontrarás importante información sobre esta alteración postural, como: ejercicios de estiramiento muscular enfocados en la relajación y flexibilización de los músculos que fomentan la hiperlordosis:
El pronóstico de esta alteración postural no es favorable, si no recibe un temprano tratamiento y entrenamiento. Ya que, con el tiempo, el ángulo y las molestias pueden aumentar gradualmente en intensidad y el daño puede convertirse en impedimentos irreparables. Con un tratamiento conservador temprano e integral, se pueden lograr mejoras significativas en los síntomas y se puede atenuar progresivamente la curvatura lordótica incrementada, hasta lograr una postura corporal correcta. Esto es particularmente posible en personas que se encuentran en las primeras etapas de la deformidad y que cuenten con un diagnóstico temprano.
Cuanto más tarde se comience una terapia, menores serán las posibilidades de recuperar la lordosis fisiológica.
En estos casos, la cirugía es la única medida terapéutica disponible para conseguir la normalización de la lordosis, aunque es posible obtener la estabilización de los segmentos lumbares alterados, esta medida terapéutica no muestra óptimos resultados en cuanto a la analgesia del dolor y el alivio de otros síntomas. Es importante destacar que la cooperación del paciente es necesaria para lograr que los positivos resultados obtenidos por tratamientos conservadores o quirúrgicos, perduren en el tiempo. Para ello, se recomienda que el paciente mantenga las medidas ergonómicas y los ejercicios recomendados el fisioterapeuta.