Espondilitis Anquilosante o Fijación de la Columna. Causas, Síntomas y Tratamiento

Espondilitis Anquilosante o Fijación de la Columna. Causas, Síntomas y Tratamiento
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Atlas de Fisioterapia Integrativa - Libro Fiit concept

Muchas personas presentan dolores en la columna y tienden a relacionarlo con lumbalgias o dorsalgias asociadas al trabajo, el mal dormir, el ejercicio, malas posturas, solo cuando sienten dolor intenso que ya no pueden aguantarlo y presentan limitación funcional, es que toman la decisión de asistir a consulta médica, es importante no esperar a último momento para buscar ayuda de un especialista, ya que puede tratarse de una condición más seria como la Espondilitis Anquilosante, un tipo de artritis crónica que afecta principalmente las articulaciones de la columna lumbar, articulaciones sacroilíacas, columna dorsal, cervical, rodillas y talones. Su sintomatología puede ser prolongada en el tiempo con mayor o menor intensidad y su diagnóstico en muchas ocasiones tardío.

¿Qué es la Espondilitis Anquilosante?

La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis que afecta las articulaciones de la columna vertebral, causando inflamación y dolor en las vértebras, con frecuencia implica inflamación de las articulaciones sacroilíacas, en la unión de la pelvis con la columna y hueso sacro. Las dolencias de esta enfermedad varia de una persona a otra, en algunos pacientes se presentan de forma intermitente, mientras en otros casos puede ser un dolor fuerte y permanente, con limitaciones funcionales y de movimiento en tronco. En casos más graves, la inflamación puede hacer que se fusionen dos o más vértebras de la columna, trayendo como consecuencia cambios en las curvaturas naturales de la columna, posturas antálgicas (anti dolor) que se instauran, fijándose la columna en dichas posturas, endurecimiento de la caja torácica y reducción de la capacidad pulmonar, afectando la adecuada respiración.

La espondilitis anquilosante puede afectar otras articulaciones, costoesternales, costovertebrales, glenohumeral, sacropélvica, rodillas, y articulaciones del pie. Puede afectar tendones y ligamentos. Existen casos donde se pueden afectar órganos como los intestinos, los ojos y en ocasiones los pulmones y el corazón.

Datos de interés de la Espondilitis Anquilosante

Usualmente cuando las personas presentan sintomatología en la región lumbar o dolencias articulares, en primera instancia acuden a un médico traumatólogo, indicándole realización de estudios de RX o resonancia magnética, diagnosticando lesiones en columna relacionadas con lumbalgias mecánicas, radiculopatías, síndromes fascetarios, discopatías degenerativas, entre otras lesiones musculoesqueléticas, que pudiesen tener relación directa con padecimientos reumatológicos, dichos pacientes por desconocimiento no acuden a un especialista reumatólogo y puede pasar un tiempo considerable antes que el médico traumatólogo refiera al paciente a un especialista en reumatología. Os dejo algunos datos de interés acerca de la espondilitis anquilosante:

  • Las articulaciones y ligamentos que se encuentran a lo largo de la columna vertebral se inflaman. Dicha inflamación produce dolor y rigidez que inicia en la espalda baja, nalgas y puede avanzar hacia la parte superior de la columna.
  • Es una enfermedad crónica de larga duración, la gravedad de los síntomas y las limitaciones funcionales varían de una persona a otra.
  • Es una enfermedad sistémica, por lo tanto, puede afectar otros órganos del cuerpo. Puede causar fiebre, pérdida del apetito, fatiga, afección en ojos, pulmones y el corazón.
  • La enfermedad se presenta comúnmente en adolescentes o en adultos jóvenes. La mayor parte de las personas que sufren la enfermedad tienen sintomatología antes de los 30 años de edad.
  • La espondilitis anquilosante puede afectar a las personas por el resto de su vida, por lo que se recomienda buscar ayuda médica, fisioterapéutica, nutricional y en algunos casos ayuda psicológica, una atención de un equipo multidisciplinario, de forma tal que se mantenga la mejor calidad de vida a pesar del padecimiento.
  • No se sabe exactamente que produce la espondilitis anquilosante, pero se ha determinado que la genética puede incidir en su aparición, los familiares de pacientes con espondiloartritis tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad, comparado con la población general.
  • Es de real importancia los antecedentes familiares del paciente, ya que los padres, abuelos, tíos y hermanos, pudiesen tener la enfermedad, siendo una patología con componente genético.
  • La evolución es progresiva y varía en cada persona. La enfermedad puede producir dolores nocturnos, despertando al paciente a mitad de la noche y pudiendo presentar rigidez y tensión en las mañanas de más de 30 minutos.
  • Los casos más graves cada vez son más raros, benignos y sin rigidez crónica. Mas sin embargo se pueden dar casos de osificación anquilosante de la columna vertebral (formación de hueso en las zonas de inflamación con fijación de las vértebras), con severa afectación en caderas y pelvis.
  • En casos de espondilitis anquilosante se puede presentar dolor lumbar que va desde debajo de las costillas hasta las nalgas, presentando mayor sintomatología en las primeras horas de la mañana o posterior a varias horas de reposo. En un inicio de la enfermedad el dolor puede durar más de un mes.
  • Esta enfermedad puede ser confundida con hernia discal, artrosis de columna vertebral o lumbalgia mecánica, por lo que es importante asistir a un especialista en reumatología, en el caso que se manifieste alguno de los síntomas de la espondilitis anquilosante.
  • La espondilitis anquilosante no puede ser prevenida desde el punto de vista genético, sin embargo, las personas que tengan probabilidades de padecerla deben poner en práctica las recomendaciones para evitar su manifestación, mantener un peso óptimo, tener una alimentación balanceada y realizar actividad física, dándole movilidad a la columna. Si la persona ya está diagnosticada debe realizar el tratamiento estricto y evitar mantener la columna inmóvil.
  • Usualmente el médico reumatólogo es quien diagnostica la espondilitis anquilosante. Ya que este es especializado en el tratamiento de la artritis y los problemas relacionados.
  • Ya que la espondilitis anquilosante puede afectar varias partes del cuerpo, es posible que se tenga que acudir a más de un especialista, entre estos, los oftalmólogos, los gastroenterólogos, traumatólogos y los fisioterapeutas.
  • No existe una cura para la espondilitis anquilosante, algunos tratamientos pueden atenuar la sintomatología y pueden prevenir el avance de la enfermedad. En la mayoría de los casos, el tratamiento consiste en medicamentos, ejercicios y medidas de autoayuda.
  • En algunos casos, el especialista podrá recomendar alguna cirugía para reparar algún daño en las articulaciones, en caso de afectación severa.
  • Los especialistas investigadores siguen haciendo estudios acerca de cómo el estilo de vida y otros factores pueden mejorar o empeorar la sintomatología de la espondilitis anquilosante. Así mismo están estudiando que exámenes de sangre pueden predecir el riesgo de presentar la enfermedad o exámenes que ayuden a tener un diagnóstico temprano.

Es de vital importancia que la persona diagnosticada, busque ayuda de médicos especialistas, fisioterapeuta, nutricionista, y en algunos casos ayuda psicológica para afrontar la enfermedad de la mejor manera, en la búsqueda de bienestar, estabilidad emocional y mantener la mayor calidad de vida posible.

Causas de la Espondilitis Anquilosante

Al considerarse una enfermedad del sistema inmunológico y siendo este protector del organismo de las infecciones y enfermedades, se cree que los niveles aumentados de una forma activa de una proteína del sistema inmunológico llamada Factor de Necrosis Tumoral, juegan un papel en la inflamación asociada con la espondilitis anquilosante.

Se analiza si los factores genéticos y hereditarios inciden en la aparición y desarrollo de la enfermedad. Esta enfermedad le da a 1 de cada 20 personas con el gen HLA-B27, poseer el gen no significa que presentará espondilitis anquilosante. Actualmente, científicos han descubierto dos genes más, el ERAP1 y el IL23R, pueden ser un riesgo genético para la aparición de la espondilitis anquilosante. Los especialistas indican que algunas infecciones pueden estar relacionadas. No se ha encontrado una causa específica de la espondilitis anquilosante.

¿Cuáles son los Síntomas de la espondilitis anquilosante?

Los síntomas son dolores relacionados con una inflamación de las articulaciones sacroilíacas, los ligamentos y las articulaciones de las vértebras, las articulaciones del tórax. Estas dolencias en la zona baja de la espalda, glúteos y en la parte posterior del muslo, aparecen sobre todo por la noche, mejoran durante el día y con la actividad física, para reaparecer al final del día con el cansancio y la fatiga. Los pacientes refieren no mejorar con el reposo, al igual que rigidez por las mañanas.

La inflamación causa que los huesos sacroilíacos y las vértebras se fusionen. Cuando esto ocurre, la columna se vuelve rígida. La enfermedad puede causar fiebre, pérdida del apetito, fatiga e inflamación de los ojos, el colon, el corazón y los pulmones. Se puede presentar uveítis anterior es una inflamación de la parte anterior del ojo, presentándose un ojo enrojecido y doloroso, que puede empeorar con la exposición a la luz y en ocasiones falta de nitidez visual. Puede aparecer una psoriasis cutánea o una inflación en el sistema digestivo.

Tratamiento en la Espondilitis Anquilosante

El tratamiento de la Espondilitis Anquilosante tiene como objetivo principal la reducción del dolor y la rigidez, previniendo deformaciones y prosiguiendo con sus actividades regulares de la vida diaria.

Tratamiento de medicamentos

Los fármacos antiinflamatorios no esteroides, conocidos por sus siglas AINE, alivian el dolor y la rigidez, permitiendo hacer ejercicio, evitar las posturas antálgicas y proseguir con las actividades cotidianas. Los fármacos llamados agentes biológicos incluyen medicamentos que inhiben una molécula llamada factor de necrosis tumoral (FNT), siendo efectivos en el tratamiento de la espondilitis anquilosante (Etanercept, Infliximab, Adalimumab, Golimumab, Secukinumab).

Recomendaciones a considerar

El paciente con espondilitis anquilosante al tener conciencia de su condición, puede estar más atento en como realiza sus actividades día a día, procurando en la medida de lo posible mantenerse en movimiento, teniendo más precaución en las distintas posturas, siguiendo las recomendaciones de autoayuda que le indique su médico y su fisioterapeuta tratante. A continuación, algunos datos que pueden ayudar al paciente con esta enfermedad:

  • Cuando ya se presenta perdida de la movilidad e inflexibilidad, se pueden utilizar aditamentos que ayuden a realizar las actividades de la vida diaria, entre estos, los calzadores con agarraderas largas y artefactos para colocarse las medias o calcetines.
  • Si la columna vertebral esta rígida, el paciente puede lastimarse con facilidad, para evitar lesiones, se recomienda evadir actividades que puedan causarle una caída. Es primordial hablar con el médico tratante y un fisioterapeuta de cómo mejorar su capacidad funcional.
  • Al manejar se sugiere colocar espejos que permitan una mejor visualización posterior, en el caso de que al paciente por la pérdida de movilidad se le dificulte manejar el carro en reversa.
  • En el caso de que la persona afectada fume, lo ideal es dejar de hacerlo, ya que la enfermedad puede afectar los pulmones y la movilidad del tórax, afectándose la respiración. El fumar añade el riesgo de desarrollar osteoporosis en las personas con espondilitis anquilosante.
  • Las mujeres embarazadas con espondilitis anquilosante usualmente no presentan ningún problema especial para la madre o el bebé. Algunos medicamentos pueden ser perjudiciales para el feto. Es habitual que las mujeres embarazadas con la enfermedad den a luz por medio de cesárea. Si planea un embarazo, deberá coordinar con su médico la medicación y demás aspectos a considerar.
  • El ejercicio regular es de suma importancia en el control general de la espondilitis anquilosante, el objetivo es prevenir la deformidad, la rigidez permanente y mantener la amplitud del movimiento de toda la columna.
  • El fisioterapeuta puede idear un programa de ejercicios terapéuticos adaptados al caso, según sus necesidades, tomando en consideración el estado individual del paciente.
  • Los ejercicios de tonificación de la espalda y cuello, ayudarán a mantener y mejorar la postura, los ejercicios aeróbicos y de respiración profunda servirán a mantener la flexibilidad de la caja torácica.
  • Se recomienda un horario regular de ejercicios para cada día. De presentar algún problema pulmonar o cardiaco, se debe consultar al médico especialista si es conveniente iniciar un plan de ejercicios.
  • Se recomienda nadar para mantener la flexibilidad. Estos ejercicios ayudan a conservar la funcionalidad en las personas con esta enfermedad: Beneficios de la natación terapéutica

Si el paciente está dispuesto y abierto a seguir las recomendaciones, esta actitud le será de mucha ayuda en su día a día, enlenteciendo el empeoramiento de la enfermedad y disminuyendo la sintomatología que presente.

La Fisioterapia en la espondilitis anquilosante

Al ingresar al servicio de fisioterapia un paciente con dolencia lumbar o en columna, que no tenga diagnóstico médico de espondilitis anquilosante, es importante indagar en los antecedentes familiares, si sus padres o abuelos padecen o padecieron de patologías reumatológicas, de ser afirmativo se puede presumir que sea un caso de espondilitis anquilosante, el fisioterapeuta deberá estar atento a la sintomatología referida y como son las dolencias en el día a día del paciente. Si el fisioterapeuta tiene sospecha de que las dolencias puedan ser de tipo reumatológico, este puede sugerir que asista a una consulta con un especialista en reumatología.

Cuando al servicio de rehabilitación llega el paciente con diagnóstico de espondilitis anquilosante, el fisioterapeuta ha de realizar una evaluación y exploración exhaustiva, en la cual se observe la flexibilidad de la columna, de igual forma es importante conocer la condición muscular, evaluar la existencia de contracturas y posibles hipotrofias musculares. A continuación, algunas pautas de tratamiento de fisioterapia a considerar en pacientes con espondilitis anquilosante:

  1. En fase aguda o inflamatoria, el objetivo principal será reducir el dolor y la inflamación. Recomendando un reposo controlado, para disminuir la inflamación y prevenir la rigidez.
  2. Se colocará compresas húmedas calientes de 15 a 20 minutos en la zona de dolor, ya sea en la región lumbar, en alguna musculatura, o articulación afectada.
  3. Se puede colocar corriente analgésica en la zona de dolor de 15 a 20 minutos, cuando el paciente ya tenga varias sesiones de tratamiento y se encuentre mejor del dolor, se puede colocar corriente analgésica y pedirle la realización de ejercicios activos suaves, ya sea de la columna o alguna articulación afectada.
  4. Se puede aplicar ultrasonido en puntos dolorosos específicos del tejido blando.
  5. Se enseñará al paciente la adecuada respiración y la realización de ejercicios respiratorios (con movilización de diafragma y tórax). En la sesión de fisioterapia se pueden realizar ejercicios activos asistidos respiratorios para promover la movilización costal, mejorando la movilidad del tórax, promoviendo la adecuada expansión pulmonar y los múltiples beneficios fisiológicos de los ejercicios respiratorios.
  6. Se recomienda la aplicación de técnicas de terapia manual en el musculo diafragma para promover el adecuado y óptimo funcionamiento diafragmático, a tolerancia.
  7. Se realizarán ejercicios terapéuticos de flexibilización de los segmentos vertebrales, cuando un segmento se presente anquilosado o rígido, se promoverá la adecuada postura para mantener la articulación en la posición más funcional posible.
  8. Se harán movilizaciones para mantener la amplitud del movimiento articular en hombro, cadera y rodilla de requerir.
  9. Se indicarán ejercicios activos libres, activos asistidos y pasivos suaves generales y enfocados a mejorar las deficiencias físicas del paciente.
  10. Se enseñarán la realización de estiramientos de la musculatura implicada y que considere el fisioterapeuta, que requiera el paciente según su condición muscular general; usualmente los pacientes con espondilitis anquilosante pueden presentar contractura muscular de paravertebrales en columna, en región lumbar contracturas o retracciones musculares de cuadrados lumbares, hacia la región de los glúteos contractura de los músculos piramidales, hacia extremidades inferiores contractura de los músculos isquiotibiales. Se pueden presentar otras contracturas o retracciones musculares según la zona afectada en columna o extremidades.
  11. Se indicarán ejercicios de tonificación general a tolerancia del paciente y con precaución.
  12. La higiene postural y las recomendaciones para el hogar son de suma importancia, así como la enseñanza y la adecuada ejecución de ejercicios terapéuticos para realizar por su cuenta los días que no asista a la sesión de fisioterapia.
  13. Se puede realizar la aplicación de kinesiotape como coadyuvante, en los procesos dolorosos, para mejorar las contracturas musculares y los procesos inflamatorios.
  14. La atención del paciente con espondilitis anquilosante será con precaución, ya que esta enfermedad puede presentar procesos inflamatorios cada cierto tiempo, si el paciente refiere dolor y se detecta inflamación, no se deberá forzar la realización de ejercicios o técnicas manuales que puedan incrementar las dolencias.
  15. De presentar sintomatología en otras articulaciones, ligamentos, músculos o tendones de las extremidades se le realizara tratamiento de fisioterapia, con las precauciones del caso.

La rehabilitación será de forma personalizada, enfocada en las necesidades del paciente, no todos los casos evolucionan de igual manera, el tiempo de disminución de las dolencias y síntomas varia de una persona a otra. Lo más importante es que el paciente colabore activamente en su proceso de rehabilitación y tenga la mejor disposición y actitud positiva de salir adelante aun presentado esta enfermedad.

Educación Postural

El paciente con espondilitis anquilosante deberá proseguir las recomendaciones posturales y ergonómicas que recomiende su fisioterapeuta tratante, con la finalidad de retardar el avance de la deformidad de la columna y favorecer la disminución de las dolencias en el día a día. Acá algunas recomendaciones:

  • Mantener la mejor postura al estar acostado, sentado o de pie, para prevenir que las articulaciones se fijen.
  • Es importante invertir en un colchón ortopédico o semi ortopédico que este en óptimas condiciones, para un mejor descanso y posicionamiento durante el sueño nocturno.
  • La almohada a utilizar debe ser ni muy gruesa ni muy delgada, con apoyo de cabeza y cuello.
  • Al acostarse boca arriba se recomienda colocarse almohadas debajo de las rodillas, que estas queden a 30 grados aproximadamente de flexión.
  • Al acostarse sobre un costado mantener las rodillas flexionadas y colocar una almohada entre las piernas, sin encorvar mucho la columna, ni llevando las piernas hacia el pecho exageradamente.
  • La utilización de fajas ortopédicas puede ser contraproducente y no ayudan en el tratamiento de la espondilitis anquilosante. Es más efectivo mantener una buena postura y realizar ejercicios terapéuticos.
  • Evite levantar objetos pesados, encorvarse excesivamente, permanecer en posiciones incómodas y forzadas.
  • En la oficina colocar el monitor a nivel de los ojos. Hacer cambios frecuentes de posición y levantarse del puesto de trabajo cada hora. Utilizar soporte lumbar en la silla de trabajo. Distribuir y organizar las actividades cotidianas permitirá llevar mejor ritmo en el día a día.

Consulte al fisioterapeuta acerca de las posturas adecuadas en las distintas actividades de la vida diaria.

Vídeo respiración diafragmática o abdominal no forzada

Este vídeo muestra la adecuada respiración, el reconocimiento de los movimientos respiratorios, ayudando en la movilización del tórax, a mantener la mejor capacidad pulmonar posible, relajar el organismo y la obtención de todos los beneficios fisiológicos propios de la adecuada respiración. Siendo de mucha ayuda en los pacientes que presenten espondilitis anquilosante.

Vídeo rutina de ejercicios para dolor de espalda

En el presente vídeo de fisioterapia online se muestran diversos ejercicios terapéuticos para la región lumbar, que pueden ayudar a mejorar la amplitud del movimiento y flexibilizar la columna en pacientes con espondilitis anquilosante.

Conclusión

La espondilitis anquilosante es una enfermedad de tipo reumatológica crónica que afecta principalmente a la región lumbar, al avanzar la enfermedad las vértebras pueden fusionarse, causando que la columna se vuelva rígida e inflexible. En muchas ocasiones su diagnóstico puede ser tardío. Al ser una enfermedad que causa en ocasiones fuertes dolencias, el paciente puede presentar disminución en su funcionalidad, afectando sus actividades cotidianas. Se recomienda que estos pacientes tengan atención multidisciplinaria, para afrontar la enfermedad de la mejor manera. El fisioterapeuta apoyara al paciente en su proceso de rehabilitación y lo animara a tener fuerza, positivismo y optimismo para enfrentar la enfermedad.

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comentarios (3)

Comentario

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Ivancito

Agradezco la información, me resulta muy interesante y voy a llevar a cabo los ejercicios revomendados

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Hola, me gustaria saber , si la espondilitis anquilosante es lo mismo que la espodiloartritis y si puede causar una invalidez permanente? , gracias. Un saludo

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yogasaesha

Gracias!! Son geniales y super profesionales todos!! Mucha información, clarísima y generosa. Gracias otra vez!

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