En el deporte constantemente ponemos al límite las fibras de los ligamentos de nuestras rodillas y ellos responden brindando la estabilidad necesaria en cada movimiento, sin embargo, en ocasiones estas estructuras no logran tolerar el estrés y la carga que reciben, ocasionando esguince de rodilla. Los esguinces no sólo ocurren en el contexto deportivo, otras situaciones traumáticas también pueden provocarlo. Lea toda la información importante sobre esta lesión aquí:
Antes de hablar más a fondo sobre los esguinces de rodilla, es importante conocer un poco acerca de las características anatómicas de las estructuras lesionadas, ósea, los ligamentos de rodilla…
La articulación de la rodilla está formada por el extremo distal del hueso del muslo (fémur), la rótula o patela y el segmento proximal de la tibia. La conexión que mantienen estos huesos entre sí, es posible gracias a la balanceada integración de cartílagos, músculos, tendones y ligamentos. Estos últimos proporcionan la estabilidad necesaria a la articulación durante el movimiento. En la siguiente infografía podrás observar los cuatro los ligamentos que aseguran la fijación, la estabilidad y la movilidad al mantener los huesos y la rótula en su posición durante el movimiento:
Todos en conjunto guían el movimiento y aseguran que la articulación solo se mueva en cierta medida. Si estos ligamentos están distendidos por razones traumáticas o resultan ser demasiado largos, ya no pueden estabilizar adecuadamente la art. de la rodilla por lo que puede conducir a importantes lesiones, como la gonartrosis.
El esguince de rodilla es una lesión traumática que ocasiona el sobreestiramiento o desgarre parcial de uno o más ligamentos de la rodilla: colaterales (medial y lateral) y cruzados (anterior y posterior). Por lo general, surge debido a un movimiento excesivo o de torsión de la rodilla asociado a la actividad deportiva. De hecho, resulta ser una de las lesiones deportivas más frecuentes en deportes como el fútbol, basquetbol, balonmano, tenis y en aquellas disciplinas en las que se desarrollen cambios rápidos de posición e inesperados movimientos. Los síntomas de un esguince de rodilla generalmente dependen del ligamento afectado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, un esguince en el ligamento de la rodilla resulta ser doloroso y provoca hinchazón y dificultad para caminar.
Existen tres tipos/clases de esguinces, en general la gravedad o intensidad de los síntomas está relacionada al grado de esguince:
Aunque los esguinces pueden ocurrir en todas las articulaciones del cuerpo, la rodilla y el tobillo se ven generalmente más afectadas que otras. Seguidas de la muñeca y los dedos, los cuales se lesionan con menos frecuencia que las anteriores. Mientras que los esguinces en el codo o el hombro resultan ser los menos frecuentes.
Se estima que desde 1999 hasta 2008 se han presentado 6.664.324 lesiones de rodilla en los servicios de emergencia de los EE. UU., con una tasa de incidencia de 2.29 lesiones de rodilla por 1,000 habitantes. El diagnóstico más frecuente en estos casos fueron los esguinces (42.1%), seguido por contusiones y abrasiones (27.1%), y laceraciones y pinchazos (10.5%). Siendo los factores causales más comunes de estas lesiones: deportes y recreación (49.3%), estructuras del hogar (30.2%) y muebles en la casa (13.6%).
En los esguinces de rodilla, el LCA es el más comúnmente lesionado en la rodilla..."
En los esguinces de rodilla, el LCA es el más comúnmente lesionado en la rodilla, con una incidencia anual en los Estados Unidos de 1 de cada 3500 personas. Aunque no hay sesgo de edad o género; se ha reportado que las mujeres tienen un mayor riesgo de lesión de LCA. Además, se ha reportado que la tasa de esguinces de rodilla en deportistas aumenta a medida que aumenta el nivel de competencia. De los deportistas afectados por esta afección destacamos al futbolista colombiano Matheus Uribe quién a mediados del 2020 presentó este diagnóstico en su pierna izquierda.
Parte médico de Matheus Uribe: "esguince en la rodilla izquierda (la lesión sigue en estudio). Sobre Luis Díaz: "mialgia en la cara posterior del muslo izquierdo". pic.twitter.com/rrus7zgZDz
— Gente, Pasión y Fútbol (#GPFenCasa) (@gpyfutbol) July 26, 2020
Tratándose de una lesión traumática, los signos y síntomas son notables inmediatamente después de generarse el esguince. Los síntomas destacables son el dolor y la inflamación de rodilla, la intensidad de estos puede variar en cada persona, debido a que el grado del daño presente varía en cada caso. Los siguientes signos y síntomas son indicativos de una lesión de este tipo:
Existen otros posibles síntomas destacamos la sensibilidad al tacto de la zona alrededor de la rodilla lesionada; esto generalmente persiste hasta que la inflamación haya disminuido. Además, la rodilla también puede sentirse rígida al caminar.
En este video se enseña los síntomas de un esguince de rodilla, tanto del ligamento lateral interno como ligamento lateral externo y ligamento cruzado, así como la realización de diferentes pruebas diagnósticas para la detección de esta afección deportiva:
Dado que la rodilla se encuentra asegurada por ligamentos, es indiscutible que estas estructuras tienen más probabilidades de dañarse en caso de movimientos y estiramientos excesivos, situaciones de estrés y fuerzas o impactos desde el exterior, asociados principalmente a actividades deportivas como: jugar baloncesto, trotar en terrenos irregulares o jugar al fútbol. Aunque es particularmente frecuente en el deporte, el esguince de rodilla también puede ocurrir en el desarrollo de situaciones de la vida diaria, por ejemplo, al bajar las escaleras demasiado rápido o al caminar por terrenos irregulares.
Aunque se trata de una afección de origen traumático que puede afectar a cualquier persona, existen algunos factores que puede contribuir su aparición, tales como:
El riesgo de sufrir esguinces en las rodillas puede minimizarse significativamente tomando algunas medidas antes de iniciar y culminar cualquier actividad deportiva. Estas incluyen:
En el diagnóstico diferencial del esguince de rodilla, no sólo se busca diferenciar esta afección de otras lesiones de rodilla, sino también establecer cuál de los ligamentos se ha visto afectado. Teniendo esto en claro podemos decir que los diagnósticos diferenciales relacionados a esta afección de salud son:
El diagnóstico se basa inicialmente en la construcción de la anamnesis mediante el registro de los síntomas característicos: dolor, inflamación y hematomas y la descripción exacta del curso del accidente. Si bien la información obtenida con la anamnesis puede permitir un diagnóstico rápido, es necesario llevar a cabo un examen físico en donde el traumatólogo o fisioterapeuta inspeccione cuidadosamente la rodilla sintomática. Un indicativo de esta lesión es el dolor a la palpación del sitio de la lesión o en sus cercanías. Con la finalidad de comprobar las estructuras afectadas, en el examen físico el especialista aplicará una serie de pruebas manuales al paciente.
Existen variadas pruebas manuales usadas en caso de presunción de una lesión en los ligamentos de la rodilla, el resultado positivo de alguna de ellas puede reflejar cuál ligamento es el afectado, las pruebas más usadas son:
Por lo general, inicialmente se realiza una ecografía (ultrasonido) de la región lesionada. Esto le permite al especialista reconocer si un ligamento está desgarrado o sobreestirado. Otro método es la resonancia magnética (RM). Sin embargo, una RM generalmente solo es necesaria para las lesiones que deben tratarse con cirugía (grado III). Las imágenes de resonancia magnética le dan al cirujano una buena visión general del alcance del daño antes de la intervención. Para descartar lesiones en los huesos, especialmente en el caso de accidentes graves, podría ser útil una radiografía.
El tratamiento quirúrgico depende del grado de lesión presente; existen dos opciones en el abordaje terapéutico médico: conservador (no operativo) y quirúrgico. El que predomina de los dos es el conservador, ya que en la mayoría de los casos resulta ser el más efectivo, sin complicaciones asociadas.
El tratamiento está enfocado en disminuir el dolor y la inflamación de la articulación afectada, para ello el médico inicialmente indica el reposo deportivo de la misma durante una semana o dos (para así protegerla y promover el proceso de curación), la colocación de hielo sobre la zona dolorosa, el uso de ayudas ortopédicas (bastones, muletas) para disminuir la presión sobre la articulación y posicionar la pierna afectada en alto para favorecer la desinflamación. Algunos médicos también indican el uso de una venda o de una órtesis estabilizadora (rodilleras), no sólo cómo medida terapéutica sino también como medida profiláctica, para evitar nuevas lesiones. Además, es usual la indicación de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos tanto en presentación tópica (geles o ungüentos) cómo oral. Esta terapia conservadora a menudo no es suficiente en lesiones graves (grado III).
En el caso de una lesión severa (esguince grado III) o en personas que tengan un estilo de vida que exponga a estas articulaciones a cargas particularmente altas (deportistas profesionales, trabajadores de la construcción), puede ser necesaria una cirugía. Con el procedimiento quirúrgico se intenta reparar el daño a los ligamentos y demás estructuras (de ser el caso). Si el ligamento no está completamente desgarrado, generalmente el cirujano lo puede reparar fácilmente. Sin embargo, si partes del ligamento se han desprendido por completo, se realiza una intervención reconstructiva mediante artroscopia, en donde el cirujano utiliza partes ligamentosas sanas de otras regiones del cuerpo del paciente o de un donante (aloinjerto) para reconstruir las estructuras en el sitio de la lesión.
No hay mejor medicina para esta afección de salud, que la intervención terapéutica médica conservadora, dentro de este abordaje terapéutico destaca la fisioterapia. El objetivo principal del abordaje fisioterapéutico es la reducción del dolor y la inflamación, seguidamente de la prevención de adherencias cicatriciales, la corrección de las alteraciones biomecánicas y la restauración del rendimiento deportivo del paciente afectado.
La construcción del abordaje terapéutico depende de las características del paciente lesionado y de la gravedad del esguince..."
La construcción del abordaje terapéutico depende principalmente de las características del paciente lesionado y de la gravedad del esguince, una vez establecidos estos criterios, el fisioterapeuta seleccionará las intervenciones y herramientas terapéuticas adecuadas para el caso. Frecuentemente, el abordaje terapéutico conservador es divido en fases.
En esta fase el fisioterapeuta busca controlar el dolor y reducir la inflamación, así como también incentivar el proceso de curación de las estructuras lesionadas y conservar los rangos articulares y la fuerza muscular del miembro afectado, para ello realiza intervenciones tales como:
En esta fase se mantienen los objetivos de la anterior, pero se aumenta la resistencia de la actividad física a tolerancia del paciente. Si el aumento de la resistencia es posible sin dolor, se realiza un entrenamiento enfocado en los movimientos de rodilla y se aumenta gradualmente la descarga de peso sobre el miembro lesionado (con precaución).
Ya en esta fase se busca la descarga completa de peso sobre la extremidad lesionada, se procede al destete de la ayuda ortopédica y se realiza un entrenamiento de la marcha sin apoyo. Para ello se realizan intervenciones tales como:
Aquí el objetivo del entrenamiento terapéutico, se centra más en los movimientos y gestos deportivos correspondiente a la disciplina que practica el paciente. Todos los ejercicios realizados en esta fase son de mayor intensidad, y, en lugar de los realizados con apoyo monopodal, se cambia a ejercicios con una sola pierna. Una vez restaurado el movimiento y la fuerza previo a la lesión, se procede a realizar intervenciones enfocadas en el regreso a la actividad deportiva y las actividades de la vida diaria.
Los tiempos y las intervenciones en cada fase van a variar según la gravedad y el estado en que este el ligamento lesionado, además, entre cada fase se realizan constantes evaluaciones, con la finalidad de modificar el abordaje terapéutico según vaya progresando el paciente.
Entendemos que las lesiones de rodilla requieren un abordaje terapéutico constante, que frecuentemente no se lleva a cabo por el olvido de las indicaciones dadas por el fisioterapeuta. Es por ello que a continuación te dejaremos vídeos de nuestro canal de YouTube FisioOnline que te ayudarán a continuar con el tratamiento fisioterapéutico desde tu casa. Cada uno de estos videos son realizados por profesionales especializados en fisioterapia y rehabilitación, que de manera amena y didáctica te explicarán con deshacerte de las molestias en las rodillas mediante ejercicios, automasajes, estiramientos y otras recomendaciones:
Cómo ya te hemos comentado, el reposo y la inmovilización son técnicas terapéuticas que pueden resultar altamente beneficiosas, si se usas de manera adecuada. Si quieres conocer cuando es conveniente usarlas y por cuanto tiempo, te recomendamos ver el siguiente vídeo:
Estas recomendaciones que te brindaremos a continuación no se igualan a la atención personalizada e individualizada realizada por un profesional fisioterapeuta, sin embargo, podrían serte de gran ayuda en el seguimiento de los objetivos de rehabilitación. En el siguiente vídeo te mostramos un plan terapéutico diseñado para este tipo de afección:
El entrenamiento de propiocepción es altamente efectivo para la recuperación y rehabilitación efectiva de lesiones de esta magnitud, es por ello que queremos mostrarte cómo realizarlos mediante las directrices que te brindamos en el vídeo a continuación:
Una vez superado el nivel de dificultad de los movimientos mostrados en el vídeo anterior, te recomendamos seguir el entrenamiento propioceptivo con los siguientes ejercicios en nivel intermedio:
Finalmente, en este vídeo se muestran una serie de ejercicios para el entrenamiento propioceptivo de las rodillas, que te permitirá reforzar y estabilizar la región articular lesionada:
Para muchos deportistas puede resultar atemorizante la vuelta a la actividad deportiva después de una afección de esta magnitud, si este es tu caso te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde un fisioterapeuta especializado en rehabilitación deportiva te brindara algunos consejos y recomendaciones para volver a la actividad deportiva sin preocupaciones:
La duración del proceso de curación de un esguince de rodilla varía en cada persona. Varios factores influyen en el pronóstico, por un lado, el grado del esguince y, por otro lado, el estado de salud general, la edad y las características del aparato locomotor en la extremidad inferior afectada. El momento en el cual inicio la terapia también juega un importante papel. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mayores serán las posibilidades de recuperación y más probabilidades de que no presente síntomas y recidivas a futuro.
A pesar de todo esto, en general se considera una afección de salud con un buen pronóstico, ya que frecuentemente sus síntomas se mantienen durante pocos días y hasta un máximo de 2 semanas. Mientras que su tiempo de curación varía según la gravedad, en casos leves (grado I) se estima un tiempo de curación total de 3 – 4 semanas, en casos moderados (grado II) 4 – 6 semanas y en casos graves (grado III) entre 6 – 8 semanas (sin cirugía).
Durante el proceso de curación, es extremadamente importante proteger la art. de la rodilla y no volver a cargarla al menos por dos semanas. Si esto no se hace, el esguince puede traer complicaciones y consecuencias a largo plazo (cómo recidivas o artrosis). Las estructuras ligamentosas desgarradas o distendidas desestabilizan la rodilla, esto aumenta la probabilidad de más lesiones y contribuye al daño articular progresivo. En algunos casos este aumento del daño ligamentoso implica la aparición de la triada desgraciada o de O'Donoghue, esta situación es particularmente predominante en deportistas.