Los trapecios son los músculos (1) que se encuentran a ambos lados del cuello y bajan por el centro de la espalda a lo largo de la columna vertebral. Una contractura muscular es la contracción persistente e involuntaria del músculo. Los tejidos se vuelven rígidos y pierden su capacidad de movilidad, produciendo inflamación y dolor. La contractura de los trapecios es el principal causante del dolor en cuello y espalda. No hace falta sufrir un accidente o una lesión considerable para que estos músculos se contracturen, pues una actividad tan cotidiana como lavarse los dientes es más que suficiente.
Los brazos y las manos pueden recibir sensaciones extrañas como hormigueo, adormecimiento o calambres, pues la contracción (2) puede comprimir algunos nervios de las extremidades. Al tratar la contractura, estos signos desaparecen en un par de semanas.
Dependiendo de la lesión y después de un diagnóstico acertado, es posible el uso de distintas técnicas de fisioterapia que ayudarán a que el músculo se relaje y por tanto, disminuya el dolor. Si tenemos este problema y acudimos a un fisioterapeuta, éste nos dará una serie de tratamientos que podemos realizar para evitar el dolor y corregir la contracción del músculo. Estas son algunas de las terapias que pueden usarse para este tipo de lesión. Cada una de estas técnicas está especialmente diseñada para cada tipo de paciente.
Son equipos de electroestimulación (es decir, que aplican electricidad a la zona a tratar), que actúan directamente sobre el músculo contracturado. A través de parches eléctricos se reciben pequeñas descargas que distienden la rigidez, ya que la electricidad produce la segregación de distintas sustancias (como las encefalinas y las leuencefalinas, precursores de las endorfinas) que actúan sobre la fibra muscular y la relajan.
Los masajes son una de las técnicas más solicitadas. La aplicación de las maniobras del masaje provoca un aumento de la circulación sanguínea, que limpia la zona a tratar de tóxicos y otras sustancias de desecho generadas de los procesos celulares que pueden estar provocando la contractura muscular, al mismo tiempo que nutre las células musculares de oxígeno y sustancias necesarias para el metabolismo de las células. El efecto del masaje es directo, casi inmediato y resulta muy placentero; por lo que es una herramienta muy útil.
Es una técnica manual cuyos movimientos y presiones estimulan el sistema facial. La fascia es un tejido dispuesto a manera de capas, que recubren cada una de las estructuras de nuestro cuerpo. La fascia de los músculos y del tejido conectivo cercano al músculo con frecuencia se retrae, debido a diversos factores. Esta retracción provoca una restricción en el movimiento del músculo, contracturándolo. A través de las maniobras de liberación miofascial se rompe la retracción de la fascia y se libera la rigidez recuperando el equilibrio funcional de todos los tejidos.
Es una técnica que utiliza la fuerza mecánica producida por un dispositivo o por las propias manos del terapeuta para mantener estirados los músculos. El estiramiento de un músculo disminuye su actividad contráctil, por lo que es posible reducir los espasmos. Además, la tracción cervical logra disminuir el dolor al liberar los discos intervertebrales de la presión constante a la que son sometidos.
Algo que muy pocos saben es que la contractura del trapecio (3) puede estar provocada por disfunciones viscerales: alteraciones en el funcionamiento de los órganos. La mala función de un órgano puede reflejarse en zonas específicas de nuestro sistema músculo-esquelético. En el caso de la contractura del trapecio, puede estar vinculada a 2 disfunciones: la disfunción de hígado y vesícula biliar si es del lado derecho, o del estómago si es del lado izquierdo. Cuando la disfunción es de origen orgánico, el tratamiento deberá de incluir otras herramientas además de las corrientes y de las técnicas manuales: hablamos de un cambio en la alimentación y de un tratamiento con plantas medicinales. Las plantas medicinales fortalecerán los órganos afectados, para que de esta manera no generen problemas a nivel músculo-esquelético.
¿Sabías que la contractura del trapecio derecha puede tener una causa distinta a la de la contractura del trapecio izquierda? ¿Quieres saber en qué consiste un tratamiento completamente natural para tu contractura del trapecio? En este vídeo te explicamos qué hacer en cuanto a alimentación y a plantas medicinales para acabar con tu contractura del trapecio.
Nuestro estilo de vida se ha visto totalmente modificado por las nuevas tecnologías aplicadas a nuestros hábitos diarios. Pasar largas horas sentado frente a un teclado o inclinar la cabeza para el uso del móvil, son claros ejemplos de cómo nuestro cuerpo ha tenido que adaptarse a las nuevas necesidades. El músculo trapecio (4) es uno de los más afectados por esta “nueva” condición.
Su prevención es posible, aunque también inciden factores externos que pueden provocarla. Siguiendo algunas sencillas recomendaciones de nuestro fisioterapeuta se pueden reducir las probabilidades de padecer esta rigidez muscular.
- Evitar el estrés y la ansiedad. Sin darnos cuenta, al atravesar periodos de angustia los músculos se tensan y causan una tirantez extrema.
- Es necesario cambiar de postura constantemente. El tener la cabeza fija en una pantalla ya sea hacia abajo o hacia arriba es una muestra de una mala postura. Los monitores deben estar siempre al frente, nunca abajo o arriba de la dirección natural de nuestros ojos.
- El teléfono ya sea fijo o móvil no debe colocarse nunca entre la cabeza y el cuello, ya que se comprometen músculos importantes.
- Cargar bolsas pesadas siempre con el mismo hombro puede causar un estiramiento poco recomendable.
- El asiento del coche debe estar perfectamente alineado a nuestra columna y los espejos bien colocados para evitar movimientos bruscos.
- Evitar los cambios repentinos de temperatura evita un enfriamiento del músculo.
- Nunca se debe realizar actividad física sin un calentamiento previo.
Estos y otros simples pero muy útiles consejos ayudan a mantener una mejor postura. Al paso del tiempo, su cuello y espalda los agradecerán.