Mi intención con el siguiente texto es tratar de explicarte de una manera sencilla y breve qué es lo que ocurre en nuestro organismo tras la fractura de un hueso y las fases de reparación del hueso tras sufrir una fractura.
Antes de comenzar con la explicación de qué ocurre tras rompernos un hueso, me gustaría explicar un fenómeno que se lleva a cabo en nuestro organismo: la osteogénesis o generación de hueso nuevo y la reabsorción ósea o destrucción de hueso antiguo.
La osteogénesis y la reabsorción ósea son términos que hacen referencia a un ciclo que se lleva a cabo en los huesos de forma continuada a lo largo de nuestra vida. Nuestros huesos, como otros tejidos del organismo, están en un proceso constante de regeneración y remodelación, destruyendo y regenerando tejido constantemente. Se calcula que cada año renovamos entre el 5 y el 15% de nuestro esqueleto, por lo tanto, cada 10 años aproximadamente, renovamos por completo todos los huesos de nuestro cuerpo. Este proceso de reciclaje óseo va disminuyendo a lo largo de la vida, siendo cada vez más imperfecto, por lo que en edades avanzadas se manifiestan diferentes patologías en el hueso.
La osteogénesis es la creación de hueso nuevo mediante los osteoblastos (células encargadas de crear, reparar y mantener el hueso) no como consecuencia de un problema, sino porque, como hemos comentado, nuestro cuerpo está en constante cambio.
Por otra parte está la reabsorción ósea o destrucción del hueso(1), ya que el proceso de regeneración tiene que estar acompañada por un proceso de destrucción o reabsorción del hueso antiguo. Éste proceso se lleva a cabo por los osteoclastos, que son células encargadas de destruir el hueso.
Con este ciclo natural no quiere decir que haya un tiempo en el cual el hueso es más frágil, nuestro organismo se encarga de mantener nuestros huesos siempre en un óptimo estado mientras se produce constantemente este proceso de absorción y generación de hueso.
El hueso de una persona es fuerte, pero se rompe bajo una pequeña deformación. La fractura es una interrupción de la continuidad ósea o cartilaginosa(2). Es un proceso mecánico, pero provoca reacciones biológicas, como la resorción ósea (destrucción del hueso) y formación de callo, que dependen a su vez del aporte sanguíneo. Los huesos que están menos rodeados de músculos tienen menos vasos y tardan más en recuperarse.
Sin embargo, cuando se produce una fractura en el hueso se desencadenan diversos procesos de reparación que varían la dinámica normal de un hueso, y que están encaminados a resolver esa fractura en el menor tiempo posible.
Lo primero que ocurre tras una fractura ósea es una consolidación inestable o flexible(3) que se llama callo, que une los fragmentos óseos.
Seguido ocurre una inflamación, hematoma y exudado por rotura de vasos que rodean al foco de la fractura. Hay un crecimiento de vasos y capilares dentro del hematoma, que posteriormente es reemplazado por tejido de granulación. Así mismo se lleva acabo simultáneamente la reabsorción del hueso necrótico de los extremos de los fragmentos rotos mediante los osteoclastos.
Tres semanas después de la fractura tenemos formado un callo blando. Esto nos da estabilidad suficiente para evitar el acortamiento del hueso, pero no la angulación. Cabe destacar que se pueden encontrar osteoblastos entre los diferentes fragmentos.
Tras tres o cuatro meses aparece el callo duro, que es cuando el callo blando se convierte en tejido rígido calcificado por formación ósea intramembranosa, en el cual se puede apreciar hueso nuevo entre los fragmentos.
Por último ocurrirá la remodelación, que puede durar de meses a años. Es un proceso en el cual el hueso va adquiriendo su forma original.
¿Sabes cómo se consolidan o recuperan las fracturas de huesos? Descubre como ocurre en la siguiente infografía.
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