El músculo cuádriceps (1) es un músculo que se inserta en el hueso iliaco, y en la rótula, mediante el tendón rotuliano o tendón cuadricipital, es un músculo sometido a grandes tensiones especialmente en su inserción distal, en el tendón del cuádriceps se soportan tensiones de, por ejemplo, hasta cuatro veces el peso del cuerpo subiendo y bajando escaleras.
Dentro del músculo cuádriceps encontramos cuatro músculos: el vasto interno, vasto externo, vasto medial o crural y recto anterior. De todos estos músculos el que se rompe o se desgarra con mayor frecuencia es el recto anterior.
El músculo recto anterior (2) puede romperse de forma parcial, cuando solo se rompen algunas de las fibras o producirse una rotura total cuando se rompen todas las fibras del músculo, así hablamos del síndrome de la pedrada, aunque en la zona del cuádriceps muchas personas describen la sensación de puñalada, igual que en el isquiotibial.
De igual manera el músculo puede sufrir la rotura tendinosa, bien de manera indirecta (por un golpe directo, rodillazo o bocadillo) o de manera directa (por grandes sobrecargas o en un estiramiento o elongación excesivos).
Si hablamos de rotura de fibras o rotura fibrilar del recto anterior del cuádriceps (3) estamos hablando del mal del futbolista ya que esta es una lesión o patología muy común en las personas que practican fútbol, tanto si lo hacen de manera amateur o profesional. La rotura de fibras del recto anterior del cuádriceps se produce principalmente en los lanzamientos a puerta, choques de balón o en sprints donde se solicita el tejido en máxima tensión.
Según Hagglund (2007) las lesiones en el fútbol de mayor prevalencia son las musculares de 60% a un 82%.
Además de los ejemplos mencionados anteriormente la rotura de fibras del cuádriceps se producen con frecuencia en deportes que requieren fuerza explosiva en el miembro en corto tiempo, la demanda de fuerza al músculo sobrepasa su capacidad, y es por esto que la rotura se produce en movimientos durante la fase excéntrica de contracción como en frenadas bruscas, aceleración rápida, cambios de ritmo, patadas a balón y otros.
Entre los factores que nos hacen más propensos a la rotura de fibras musculares de cuádriceps tenemos:
- Pobre condición neuromuscular (baja flexibilidad y baja tolerancia al esfuerzo)
- Propensión a la fatiga de manera rápida.
- Ausencia o deficiente calentamiento y enfriamiento o vuelta a la calma.
- Calzado deportivo mal adaptado.
- Entrenamiento sobre superficies irregulares.
- Sobreentrenamiento.
- Lesiones previas, recidivas de lesión.
- Desviaciones de columna, escoliosis, hipercifosis, hiperlordosis, rectificacion de columna.
- Mala salud general y deficientes prácticas higiénicas.
- Condiciones ambientales: frío y humedad.
No debemos olvidar que la rotura de fibras del cuádriceps se acompaña frecuentemente de patología del aductor (sobrecarga de aductores, dolor en el aductor, tendinitis de aductores, pubalgia).
Una rotura fibrilar se caracteriza por la aparición de un moretón o hematoma un poco por debajo de la zona de rotura, sobre todo debido a la gravedad y un hundimiento o depresión sobre la zona de rotura, esta depresión no siempre es visible, pero si va a ser palpable. El diagnóstico se puede acompañar de ecografía.
El tratamiento de fisioterapia en los casos de rotura del cuádriceps debe incluir las siguientes técnicas, se pueden añadir más:
1- https://www.jsams.org/article/S1440-2440(17)30333-X/fulltext
2- https://www.clinbiomech.com/article/S0268-0033(18)30090-1/fulltext
3- https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0021929018302069?via%3Dihub