¿Aprender a caminar? No lo entiendo, dirán muchos... Quien no ha tenido nunca una lesión seria en un pie, tobillo o rodilla y no ha estado inmovilizado durante un buen tiempo, ni se imagina lo que se puede sentir cuando uno intenta volver a caminar. ¡Se te ha olvidado! Es como si el pie no supiera hacer su trabajo.
En todo tipo de lesiones en las que ha habido una inmovilización prolongada, se da como consecuencia una rigidez articular(1) y una perdida de la capacidad propioceptiva.
Si nos planteamos que en este caso el pie y el tobillo están formados por numerosísimos huesos unidos todos ellos por ligamentos y provistos de numerosas inserciones tendinosas y musculares, comprenderemos como la inmovilización hace que todos los planos de deslizamiento entre unas estructuras y otras tienda a perderse, de forma que además, se da una descalcificación de la estructura ósea.
En estos casos, como pueden ser esguinces de tobillo, tendinitis del tendón de Aquiles de los peroneos, del tibial anterior, en las que algún médico haya decidido desde nuestro punto de vista erróneamente inmovilizar la articulación durante dos o tres semanas, una fractura de tibia o peroné, o del calcaneo o astrágalo, en todos estos casos en los que se habrá dado una inmovilización más o menos prolongada.
Veremos como consecuencia una perdida de la propiocepción, del patrón corporal, pérdida de fuerza, perdida de movilidad articular e incluso una descalcificación o perdida de masa ósea que dará lugar a su vez a una dificultad para la carga del peso sobre ese pie y para realizar un paso en sus fases normales, con un apoyo inicial del talón, luego de la planta y una despedida del paso con la puntera del pie.
Este ejercicio busca recuperar este patrón normal de la marcha readaptando a toda las estructuras del pie para que se acostumbren a esta carga del piso y a todos los movimientos y los deslizamientos entre estructuras que serán cuando caminamos.
Es un ejercicio que puede realizarse desde el momento mismo en que el médico nos permite empezar a apoyar el pie en el suelo y que podemos ir aumentando en dificultad restando apoyo de las manos en las muletas o las sillas que hayamos colocado a los lados y cargando cada vez más peso sobre el pie.
(1)https://sci-hub.se/10.1016/j.procs.2013.10.040