Anatomía de la pelvis femenina y masculina. Suelo pélvico y diferencias entre ambos

Anatomía de la pelvis femenina y masculina. Suelo pélvico y diferencias entre ambos
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    Mikel Junquera
    Fisioterapeuta / Ftp. Músculo-Esqueletica

    Soy Fisioterapeuta con formación en la Universidad de las Islas Baleares - España, y fundador de FisioCampus, una innovadora escuela de formación para fisioterapeutas que ofrece una amplia oferta formativa y de calidad a nivel presencial y online, además de Director de Fisioterapia Online.

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Atlas de Fisioterapia Integrativa - Libro Fiit concept

Mediante el siguiente artículo se quiere dar a conocer la anatomía de la pelvis de una mujer; por ello se describirán los principales huesos, músculos y estructuras de la pelvis de la mujer junto con las funciones y acciones que puede realizar el suelo pélvico.

Anatomía de la pelvis femenina

La pelvis ósea (1) está formada por los ilíacos y el hueso sacro y se divide en dos partes:

  • Pelvis mayor o parte superior: compuesta por la parte superior del hueso sacro, parte superior de la rama pubiana y fosas ilíacas.
  • Pelvis menor o parte inferior: formada por el resto del hueso sacro y cóccix, cuerpo del pubis y ramas isquiopubianas.

El plano inferior que delimita la pelvis menor caudalmente (por debajo) se denomina estrecho inferior de la pelvis.

La pelvis femenina (2) se encuentra en la región inferior del tronco, que se dividirá en pelvis mayor y menos como se mencionó anteriormente. La pelvis femenina se caracteriza por ser una cavidad que se estrecha hacia su parte inferior y que se encuentra limitada por diversos huesos, como se puede apreciar en la imagen. Dentro de esta cavidad ósea se encuentra alojado el aparato reproductor femenino.

Los diámetros obstétricos son importantes de cara al embarazo y al parto:

Pelvis mayor

  • Diámetro transversal de la pelvis mayor: distancia máxima que hay entre las dos líneas innominadas. En condiciones normales mide 13 cm.
  • Conjugado verdadero o mayor: distancia entre el promontorio sacro y sínfisis del pubis (es anteroposterior). Su valor normal es de 10 cm.

Cuando hay disminución de estos diámetros de la pelvis femenina, la mujer presentará incapacidad en la posibilidad de desarrollar partos naturales.

Pelvis menor

  • Diámetro transversal de la pelvis menor: une las dos tuberosidades isquiáticas. Su valor mínimo es de 11 cm.
  • Conjugado menor: distancia entre la sínfisis del pubis y el cóccix. Mide entre 10-11cm.

Una disminución de los diámetros de la pelvis menor implica que esa mujer tendrá mayor riesgo de daño en la musculatura del suelo pélvico durante el parto.

Estructuras que se alojan en la pelvis femenina

En la zona central encontramos el útero, por delante de él está la vejiga con la uretra y por detrás, el recto. Entre estas tres estructuras hay fondos de saco o suturas de tejido fibroso que las separan. El saco que separa la vejiga del útero se denomina saco vesico-uterino y el saco que separa el útero del recto se denomina saco de Douglas.

El útero, en su parte superior y laterales, se comunica con las trompas de Falopio, las cuales finalizan en los ovarios.

La vejiga es un músculo membranoso que tiene una inclinación más o menos paralela al estrecho superior de la pelvis (60º con la horizontal); por delante se relaciona con la uretra y por detrás con el recto. Su pared está cubierta por músculo liso denominado músculo detrusor.

La uretra es el conducto de salida del sistema vesical y es más corta en la mujer que en el hombre, por lo que hace que las mujeres sean más susceptibles a padecer infecciones urinarias. Encontramos un esfínter interno formado por musculatura lisa y uno externo formado por musculatura estriada o voluntaria.

Todas estas estructuras están suspendidas por una serie de fascias y aponeurosis (tejido fibroso) que se fijan en sus paredes y las anclan a la pared abdominal, región lumbar, pelvis ósea… para evitar su caída y correcto funcionamiento.

Diferencias entre la pelvis femenina y masculina

Los humanos tenemos muchos detalles que nos caracterizan individualmente (3), pero en el caso particular de la pelvis el sexo de una persona puede indicar que sea estructuralmente de una u otra forma. ¿Por qué hay una diferencia estructural entre el sexo femenino y el masculino? Pues porque la pelvis de la mujer tiene un adicionalmente un objetivo: además del sostén de las vísceras, la pelvis de la mujer sirve de medio de gestación y debe tener características especiales para que el bebé pueda pasar a través de ella durante el parto. Es por ello que podemos nombrar algunas de las diferencias entre la pelvis del hombre y la mujer que describimos a continuación:

  • El borde de la pelvis (conformado por la prominencia del hueso sacro, la línea arcuata del hueso ilion, la línea pectínea y la superficie superior de la sínfisis del pubis) tiene forma ovalada y es más grande en las mujeres, mientras que en los hombres adopta una forma de corazón y es más pequeño; como podrás observar en la imagen de abajo.

  • La pelvis femenina se encuentra arqueada hacia adelante, y sus huesos son mucho más ligeros y delgados que los de la pelvis de los hombres. Además, la pelvis de los hombres se encuentra rodeada de músculos que son mucho más fuertes y voluminosos que los que rodean la pelvis de la mujer.
  • Los acetábulos (cavidades en donde el fémur se aloja para articularse con el hueso ilion, el isquion y el pubis) es en los hombres mucho más grande que los acetábulos de las mujeres. Además, en los hombres el acetábulo se dirige hacia la vista lateral, a diferencia de la mujer que se orienta hacia anterior.
  • El hueso sacro se encuentra mucho menos curvado hacia adelante en las mujeres que en los hombres. El hueso sacro es también más pequeño en las mujeres, pero más ancho.
  • El cóccix es una estructura que facilita el parto en las mujeres, por lo que en ellas es naturalmente muy flexible y se orienta en una posición recta. El cóccix del hombre por el contrario es rígido y se orienta hacia adelante.
  • Los agujeros obturadores toman una forma triangular en las mujeres, mientras que en los hombre es más ovalada (pueden llegar a ser redondos inclusive).

Como podemos observar existen diferencias remarcables entre una pelvis y otra, pero todas con un propósito o fin específico.

Musculatura del suelo pélvico de la pelvis femenina

El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos estriados que cierran por debajo la pelvis menor y juegan un papel importante en el embarazo, parto y en la incontinencia urinaria.

La musculatura del suelo pélvico se organiza en tres planos:

Plano profundo

  • Músculo coccígeo: sale de las espinas ciáticas para llegar al vértice del cóccix.
  • El músculo elevador del ano (muy importante): es el más grande y potente y tiene tres porciones que se fijan en las paredes de la vagina y de la uretra:
    • Músculo pubo-rectal: que va del pubis a las paredes del recto.
    • Músculo pubo-coccígeo: que se origina en el pubis y termina en el cóccíx.
    • Músculo ileo-coccígeo: que parte de la Espina ciática para acabar insertándose en el pubis.

Plano intermedio

  • Esfínter uretral externo: es un músculo estriado que rodea y cierra la porción membranosa de la uretra.
  • Músculo transverso profundo del periné: va de una rama isquiopubiana a otra, fijándose en la uretra y en la vejiga.

Plano superficial

  • Zona anterior o triángulo perineal:
    • Bulbocavernosos (clítoris-apertura de la uretra y la vagina) y los ileocavernosos: se encargan de la erección del clítoris
    • Músculo transverso superficial del periné: rama isquiopubiana de un lado al otro. Se fija en la uretra y la vejiga.
  • Zona posterior o triángulo anal:
    • Esfínter anal

Funciones y acción de la musculatura del suelo pélvico de la pelvis femenina

Entre las funciones de la musculatura del suelo pélvico encontramos el sostén de las vísceras urogenitales en su sitio. El músculo elevador del ano es el que realiza la función de sostén más importante, ya que es el más potente y su contracción mantiene y empuja las vísceras hacia arriba y adelante. Otra acción importante de la musculatura del periné es el refuerzo de los esfínteres uretrales y anales, evitando así la defecación y la micción involuntarias.

En condiciones normales, el esfínter uretral externo está relajado mientras que el interno está en contracción. En el proceso de diuresis la vejiga va aumentando de presión hasta que es superior a la de la uretra y es en ese momento cuando notamos ganas de hacer pis y para ello contraemos el esfínter externo, mientras que el resto de la musculatura del suelo pélvico ayuda a controlar la micción. Tras orinar podemos seguir teniendo ganas ya que el riñón sigue trabajando.

Patologías más comunes de la pelvis femenina

Debido a la estructura de la pelvis femenina, la misma está más predispuesta a ciertas lesiones que la pelvis masculina. Podemos nombrar por ejemplo la tendinitis del músculo iliopsoas o psoas ilíaco: una inflamación del tendón de inserción de este músculo que genera dolor a nivel de la ingle. La tendinitis del psoas ilíaco se produce por desequilibrios musculares y mecánicos y alteraciones viscerales, éstas últimas muy frecuentes en las mujeres (sobre todo las alteraciones viscerales de los órganos reproductores).

Pero más allá de las lesiones propias de la pelvis femenina tenemos las lesiones producto de su estructura en otros sitios del cuerpo:

  • Las lesiones del ligamento cruzado anterior de la rodilla (son 6 veces más comunes en las mujeres que en los hombres debido a la anchura de la pelvis y a la flexibilidad de los tejidos, que es mayor en las mujeres que en los hombres y promueve la inestabilidad en las rodillas).
  • Lesiones de la rótula (como por ejemplo la condromalacia, igualmente promovida por la anchura de la pelvis en la mujer).
  • Lesiones en los pies (sobre todo los esguinces y la fascitis plantar, una vez más por culpa de la anchura en la pelvis de la mujer).

Resumen acerca de la anatomía de la pelvis femenina

A continuación te presentamos el resumen de algunos aspectos importantes sobre la pelvis femenina:

  • La pelvis femenina (4) está formada por los ilíacos y el hueso sacro y se divide en pelvis mayor y pelvis menor.
  • La disminución de la pelvis mayor generará en la mujer incapacidad en la posibilidad de desarrollar partos naturales.
  • La disminución de los diámetros de la pelvis menor implica que esa mujer tendrá mayor riesgo de daño en la musculatura del suelo pélvico durante el parto.
  • La musculatura del suelo pélvico se encarga del sostén de las vísceras urogenitales en su sitio.

Referencias Bibliográficas

 

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